Son muchas las veces en las que el pescador persigue un pez que le haga sentir fuertes emociones. Leyendo esto, uno puede pensar en un sinfín de especies, aunque si nos limitamos a nuestro país, la lista se acorta sustancialmente. Sin embargo, también dependerá del equipo empleado, pues un conjunto de caña y carrete muy sobredimensionado, puede restar emoción a la captura.
Si sumamos el término "carpa" al de "mosca", ya tenemos un tándem para disfrutar de verdad ... pero antes habrá que engañar alguna.
Había quedado con Aitor sobre las 8:30 am, y el sol ya comenzaba a dar un anticipo de lo que sería una jornada muy calurosa.
La previsión era de 31 grados a la sombra, pero pescar bajo el sol ya sería otro cantar.
Nada más llegar, observamos a una buena trucha persiguiendo a un pequeño bass, y es que aquí comparten hábitat, pintonas, carpas, bogas, black bass, tencas, gobios, etc.
Mientras mi compañero montaba su equipo de carpfishing y uno de spinning para los basses, yo me fui a la orilla opuesta para comenzar a escudriñar las aguas.
No tardé en mirar grandes carpas que se movían plácidamente junto a una zona inaccesible para mí.
Sólo imaginarme peleando con un ejemplar de esos, ya me ponía los pelos de punta.
Comencé a lanzar mis moscas hacia la posición donde se encontraba un numeroso grupo de carpas, pero ninguna reaccionaba ante la caída de la mosca.
Utilicé ninfas, que colocaba junto a los peces o justo delante de su trayectoria, pero las carpas no mostraban ni el más mínimo interés.
Cuando llegué a junto de Aitor, esté había capturado ya algunos basses. Por lo menos ya se había librado del bolo, en vista de que tampoco hoy hacían mucho caso del maíz que les ofrecía.
Más tarde volví a intentarlo. Esta vez peinando minuciosamente las orillas y las aguas situadas más al interior.
El calor ahora se hacía insoportable y me obligaba a mojar la gorra cada poco tiempo.
A medida que avanzaba el día, las esperanzas de hacerme con mi primera carpa a mosca, se desvanecían. Algo debía estar haciendo mal, ya que algunas carpas venían nadando hacia mí, hasta el punto que las podía acariciar con la punta de la caña.
Las más precavidas se mantenían a una distancia prudencial, por lo que fui aumentando la distancia de los lances. Pero a pesar de todo, las carpas no estaban por la labor. Quizás no era el día o la época ...
Cambié por enésima de vez de mosca y até una ahogada que me da buen resultado con la trucha. La dejé profundizar ... di un pequeño tirón ... y de repente el agua explota con el salto de una carpa que pienso que ha tomado la mosca. El corazón se puso a mil en un suspiro, pero la tensión cesa y la carpa se aleja, dejando tras de sí un rastro de agua turbia y burbujas.
Cuando recupero la mosca, me doy cuenta de lo que había ocurrido. El anzuelo se había quedado prendido de una de las escamas del pez, y una vez comenzó a tirar, esta se desprendió de su cuerpo.
Tras mucho insistir llegaron dos picadas. La primera de ellas muy breve, pero en la segunda, ví como la carpa sacaba línea a una velocidad demoníaca ... !!Qué manera de tirar¡¡
Al final me fui a la búsqueda de mi compañero, con el pulso tembloroso por la experiencia vivida y pensé: -!!Esto no es para cualquiera¡¡
Aitor seguía sacando algunos basses, entonces le comenté que yo ya había tocado escama jejeje.
A continuación le comenté la historia completa, para aclararlo todo.
Y como yo no estaba para marcharme sin haber capturado algún pez, pues le pedí que me dejara su caña momentáneamente.
Primer lance y clavo este bass que estaba situado junto a una rama hundida.
Luego capturé otro más desde los troncos de unos árboles, aunque tuve que recuperarlo tirando de la línea.
Más tarde nos fuimos a ver si había posibilidades de pescar en otro lugar, pero el calor era tan intenso que desistimos.
En esta ocasión tampoco pudo ser, pero esto no quiere decir que no vuelva a intentarlo en breve, ya que la experiencia merece la pena.
Primer lance y clavo este bass que estaba situado junto a una rama hundida.
Luego capturé otro más desde los troncos de unos árboles, aunque tuve que recuperarlo tirando de la línea.
Más tarde nos fuimos a ver si había posibilidades de pescar en otro lugar, pero el calor era tan intenso que desistimos.
En esta ocasión tampoco pudo ser, pero esto no quiere decir que no vuelva a intentarlo en breve, ya que la experiencia merece la pena.