jueves, 24 de diciembre de 2015

Felices Fiestas


Se va terminando este 2015 y es hora de echar la vista atrás para observar el camino recorrido.
En mi caso no puedo decir que haya sido una año malo, pero sí atípico. Y es que un percance me condicionó gran parte del año en cuanto a la pesca se refiere. En contraposición está el viaje de pesca a Madagascar, pues puedo afirmar que con lo que viví allí, ya tenía para el resto del año.
Este año 2016 que está a punto de comenzar, espero relataros todo lo vivido, pues lo cierto es que hay mucho que contar. Sólo pediré un poco mas de paciencia jejeje.

Y además de felicitaros estas fiestas, quiero aprovechar para dar las gracias a todos lo que me aguantáis en mis jornadas de pesca, a todos los que visitáis este espacio, a todos los que dejáis un comentario y a todos los que me animáis a seguir adelante con este proyecto.
Muchas gracias, y si Dios quiere ... nos vemos en el 2016.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Templando los nervios

El domingo pasado me levanté más temprano que otras veces, a pesar de que había quedado a las 8.30 am con Luis. La razón fue que sospechaba que la niebla condicionaría el viaje hasta mi destino. Y así fue.
Una niebla densa como la espuma, que imposibilitaba la visibilidad en amplios tramos de la autovía. El caso era llegar, por lo que no me apuré en llegar a mi destino.
Tras saludar a Luis, hice lo propio con Bulma, su encantadora perrita, la cual me recibe con mucha alegría.
Con todo en el coche, nos fuimos para el río, parando unos minutos para tomar un café.
La niebla ya se había disipado en parte, lo cual ayudaría a transitar por las inaccesibles orillas del lugar.
 Lo primero que nos encontramos al acercarnos al agua, fue un trasmallo, que la corriente arrastró hasta una rama parcialmente sumergida. Esto da una idea de las intenciones de alguna gente, que trata de esquilmar lo que estas aguas ofrecen.
Las crecidas repentinas del caudal, hacen que a veces resulte imposible recuperar el aparejo, por lo que al final, el "pescador" se queda sin su botín y sin su "arte de pesca".
 A través de una de las aberturas de una pesqueira, accedemos hasta la zona escogida.
Las pesqueiras son parte de la historia del río Miño, ya que durante siglos se utilizaron para extraer las lampreas.
Aquí tenéis algo más de información sobre este enigmático pez: http://www.miguelpesca.com/la%20lamprea.htm
En esta ocasión yo me decidí a pescar a spinning. Sin embargo, tras unos lances, me detuve a maravillarme con la excelente técnica de mi anfitrión con la ninfa.
Y es que ha sabido desarrollar una técnica que le ha proporcionado grandes momentos en este curso fluvial.
Tímidamente, el sol comenzaba a hacerse visible, lo cual se agradecía. Y digo esto, porque el frío hace que las manos sufran bastante en estas condiciones.
Si algo odio en el ejercicio de la pesca, es sentir el frío en mis manos. Pero entiendo que a veces es inevitable jejeje.
Con la mañana avanzada, llegué a un enorme pozo. Sabedor de que aquí habitan grandes truchas y algunos salmones, los nervios pueden jugarte una mala pasada.
Y es que cuando el señuelo se para en seco, la imaginación puede hacerte soñar despierto.
En este caso se trataba de una bonita trucha, que volvió al agua tras una breve contemplación.
Curiosamente se quedó detrás de mí, recuperando sus fuerzas en una suave corriente.
Estuvo un buen rato, hasta que decidí grabarla bajo el agua. Entonces se marchó como una exhalación.
Poco después, observé la orilla opuesta y pensé en la posibilidad de que aquel lugar tan distante, pudiera albergar un buen pez. Fue un pálpito, y como tal, había que hacerle caso. Es una de esas extrañas sensaciones de pensar "Y si ..."
El caso es que me dispuse para intentar alcanzar el punto en cuestión. Ejecuté el lance y mi señuelo cayó donde había planeado. Tantos años pescando a spinning han dado sus frutos jejeje.
Pocas vueltas de manivela y la cucharilla se para en seco ... clavo ... y un pez comienza a saltar fuera del agua con gran nerviosismo. Pensé en un reo, aunque también barajé otra opción que me tiene ocurrido en alguna ocasión.
Al final fue la segunda. Se trataba de una trucha a la que el anzuelo de la cucharilla había pinchado cerca del ojo. Por suerte pude liberarla sin secuelas para ella. Y en esta ocasión, esta sí que buscó alejarse rápidamente desde el primer momento.

Luego, Luis y yo fuimos ascendiendo por la orilla, cada vez más impracticable. Queríamos ver hasta donde podíamos acceder. Lo cierto es que era una temeridad aventurarse por aquella vegetación tan densa y las rocas tan resbaladizas. Cuando me encontraba un poco distanciado de Luis, pude escuchar unos gemidos.
Era mi compañero, así que acudí a ver qué había ocurrido. Este se había enganchado con unas zarzas, provocando su caída entre las rocas. La sangre brotaba en su nariz y en la frente. Por ello le recomendé que se sentase. Tras unos minutos, nos dimos cuenta que no merecía la pena seguir por allí, así que buscamos una salida para volver hasta el coche.
Así fue como terminó esta jornada de pesca.  Con mi compañero magullado por la caída y con un corte importante en su nariz.
Por ello recomiendo no ir sólo a pescar y más cuando se trata de lugares en los que hay dificultades para avanzar. Y es que a veces no basta con comunicar a nuestra familia el lugar al que vamos. 
Sé que a veces es imposible contar con un compañero de pesca. En estos casos será mejor echar mano de la cautela.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

V A ver cantos quedamos a spinning

El domingo tocaba asistir a esta cita en las costas de Ribeira y alrededores.
Me levanté a las 5:30 am para desayunar en primer lugar y a continuación poner rumbo a la villa marinera de Aguiño, donde se ubicaba el punto de encuentro.
Tras poco más de una hora de trayecto, llegué al lugar.
El lugar parecía poco concurrido y resulta que era porque la hora de concentración había sido 30 minutos antes jejeje. Un malentendido que sólo me arrancó una sonrisa.
Pero allí me encontré con Manel, Juan Carlos, Casti, Anxo, Millares y otros pescadores rezagados o sin tantas preocupaciones por salir rumbo al pedrero.
Mientras tomaba un café, charlaba con Juan Carlos de pesca, como no podía ser de otra manera, y luego nos tomamos unos chupitos de licor café, para ir entrando en calor jejeje.
Finalmente opté por acompañar a Manel y Juan Carlos, ya que no nos desplazaríamos demasiado y eso se agradecía después del madrugón.
Unos minutos en coche bastaron para llegar al punto escogido. Nos cambiamos y a lanzar.
Manel no tardó en sacar su primera lubina. Juan Carlos y yo tuvimos sendas picadas, pero no tuvimos tanta suerte como nuestro compañero.
 Poco después Manel clavaba otra lubina.
A pesar de encontrar restos de algas en la orilla, las lubinas parecían estar activas. De hecho, dos pescadores lograron engañar a 7 lubinas con las primeras luces del día.
 Manel volvió a hacer de las suyas sacando su tercera lubina en muy poco tiempo, la cual liberó en una charca. El mar se encargó de sacarla, justo antes de tomar la instantánea.
Por su parte, Juan Carlos ya había perdido un par de lubinas, lo cual fomentaba las risas de Manel jejeje.
 El sol comenzó a asomar en el horizonte, su calor nos vendría bien, ya que la mañana prometía seguir muy fría.
A pesar de ello, las picadas se siguieron sucediendo, aunque no todas se materializaban en capturas.
 Entonces llegó la hora de Juan Carlos. ¡¡Esta vez sí!!
Estaba eufórico porque había dejado atrás la mala racha matinal.
La opción más sensata fueron los vinilos, y Manel me dejó uno de los suyos, ya que no me quedaban de los que consideraba mejores para ese lugar.
 Nos desplazamos unos metros hasta una roca que se adentraba en el mar. Primer lance y picada lejana.
Se trataba de otra lubina que había sucumbido al vinilo entre las aguas tomadas.
La devolví al mar y proseguí con la pesca.

Tras unos minutos más, cambiamos de lugar. Esta vez probaríamos suerte en una zona mixta.
Nada más bajar del coche, nos encontramos con Óscar, el cual nos comentó que su mañana había sido muy diferente a la nuestra, ya que su pesca iba encaminada a la captura de otras especies como "la merluza" jejeje, estando con otros colegas de afición, los cuales todavía no habían aparecido.
Juan Carlos y yo nos fuimos a pescar, mientras Manel se iba con Óscar.
Las aguas tomadas de la playapodían ser el augurio de alguna pieza más, antes de salir de la zona de pesca.
Y así cayó otra lubina, que entregué a Juan Carlos, ya que tenía un compromiso y esta superaba la talla mínima legal.
- La anécdota -
Dejamos la lubina en una charca entre las rocas y proseguimos la pesca. Había gente caminando por la playa, otra cogiendo cebo, etc.
El caso es que tengo la costumbre de mirar cada cierto tiempo para el lugar donde se deja una pieza, ya que es frecuente en la costa que suelo pescar, que aparezca un visón y se llevé el pez o que se lo coma en parte. (ENLACE). El caso es que al poco rato miro a un señor mayor con la lubina en la mano, alejándose del lugar. Se lo comento a Juan Carlos y acudo para hablar con él.
Educadamente le pido el pez y le comento que lo habíamos dejado allí para seguir pescando cómodamente, a lo que él me responde: - Si a mí me da igual.
Luego nos reímos un rato largo con la anécdota, diciendo que los "visones" de aquí tienen piernas en lugar de patas jejeje.
Tras cesar la actividad, pusimos punto y final a la jornada de pesca. A continuación llamamos a Manel, el cual se encontraba en un bar cercano, con otros compañeros.
Pusimos rumbo al bar en cuestión y allí nos encontramos con otros conocidos: Cabo, Mikel, Jose y otros con los que habíamos estado por la mañana.
Comentamos lo ocurrido durante la jornada, mientras nos tomábamos unas cervezas, acompañadas de sus navajas a la plancha.
Nos relajamos tanto que nos perderíamos el momento del pesaje, pero se sacrificó por un buen motivo: Moluscos bivalvos alargados, abiertos a la plancha y con un sabor excelente jejeje.
Pero de lo que no íbamos a pasar era de la comida, así que para allá nos fuimos.
A causa de nuestra demora, nos tocó comer en la terraza, pero la verdad es que estuvo muy bien.
Durante la comida y en el momento de la entrega de premios, me fui encontrando y saludando a compañeros de afición, con los que tengo coincidido otras veces: Vitu, Rober, Pablo, Tirso, Toni, Víctor, Kiko, Abi, Xenxo, Luis, etc.
Hubo premios para todos los asistentes, lo cual fue todo un detalle.
Sin duda hay que dar las gracias a todos los patrocinadores, porque gracias a ellos y a los organizadores, este es un gran evento, año tras año.

Más fotos:
http://surfcastingmasters.blogspot.com.es/2015/12/5-ver-cantos-quedamos-spinning-2015.html