El domingo por la mañana salí de casa a la 5:30 am, pues había quedado con Rubén a las 6:30 am para ir a pescar al mar.
Con el reloj marcando las 6:50 am, decidí llamarlo por teléfono, pero no había forma de contactar con él.
Ya que estaba allí, busqué un lugar que dejase pescar, pues el mar estaba un poco bravo.Una vez junto a las rocas, me di cuenta de que la cosa estaba peor de lo que parecía. El oleaje de hasta dos metros no era nada alentador, pero intenté localizar un resquicio en el que poder lanzar el artificial.Después de varios minutos observando al mar y cambiando de zona, localicé un emplazamiento en el que podía hacer algunos lances, justo cuando el oleaje daba un respiro.Segundo lance y noto una picada. Consigo acercarla sin muchos problemas y la elevo hasta mi posición.A pesar de que sobrepasaba la talla mínima legal, opté por liberarla a su medio, pues la jornada no había hecho más que comenzar.Cuarto lance y noto otra picada, esta a mucha distancia. Una vez recupero línea, no noto tensión, pero me di cuenta de que el pez navegaba hacia mi posición.
Esta la subí sin ningún problema, pero liberarla me llevó algo más de tiempo, pues no paraba quieta. Finalmente la sujeté y pude quitarle en anzuelo, para acto seguido echarla al mar.En los siguientes lances, los triples del señuelo portaban restos de un alga rojiza, así que me marché hacia otra zona. Pero no había manera de poder hacer un lance sin riesgo.La sucesión de olas era constante y estas llegaban íntegras hasta golpear las rocas sobre las que caminaba.
Observé hacia ambos lados y no miré a nadie.
Esta situación me animó a cambiar de lugar, pues estando sólo, un pequeño traspiés se puede traducir en un grave accidente.En el nuevo lugar ... más de lo mismo.
Podía hacer algunos lances aprovechando la calma, así que se subí a una roca y con los cinco sentidos puestos en el mar, me dispuse a retomar la pesca.
Miraba llegar las olas, escuchaba su estruendo al golpear las rocas, sentía el agua pulverizada en mi rostro a la vez que olía y saboreaba el ambiente yodado.El mismo lugar con un intervalo de un par de segundos.
El mar parecía decirme que me fuera a casa.
Aquí sólo me acompañaban mis pensamientos y estos sólo analizaban la situación en la que me encontraba.Busqué con paciencia otro lugar en el que poder probar fortuna. Un par de lances con restos de algas en los anzuelos ... y otra vez a ponerse a resguardo.El sol se elevó tras las montañas y la luminosidad abrazó las rocas y acarició el agua.
Una nueva sucesión de olas golpean la inerte roca y provocan unos tremendos borbotones espumosos de enorme pulcritud.
Después se hizo el silencio y el canto de un mirlo llamó mi atención.
Esta fue la señal que propició mi partida de aquel lugar.
No podía arriesgarme lo más mínimo en aquella situación.De camino al coche sentí cerca un fuerte hedor. Sobre un tapiz de suaves cantos rodados, yacía el cuerpo sin vida del que otrora surcó los cielos de esta costa.
Se trataba de un alcatraz adulto portador de una macabra mirada, pues sus cuencas oculares ya habían sido despojadas de sus moradores.
Lo único que le quedaba de vida, era el incesante movimiento de los gusanos que en su interior, estaban dando buena cuenta de él.
Me alejé del lugar echando un último vistazo al mar, prometiéndole que volveré cuando se haya calmado.
*Finalmente supe que Rubén se había quedado dormido, pues a su móvil se le había agotado la batería.
AUPA JOSE
ResponderEliminarPues si que lo tenías difícil......
Hiciste bien en desistir y dar un paso atrás pues de valientes está lleno el cementerio.
Por lo menos,disfrutaste de un par de picadas,que para como estaba el tema no está nada mal.
SALUDOS FIERA Y SUERTE PARA LA PRÓXIMA JORNADA
Al menos has sentido el repiqueo de caña, que siempre anima y alegra el día. Si que conviene alejarse del peligro que encierran las embestidas marinas y en esas condiciones, los titubeos no son buenos consejeros, por tanto una retirada a tiempo, es una victoria. Y después de haber refrigerado los pulmones y absorbido los efluvios marinos, uno se queda realmente satisfecho, las sueltas también contribuyen a ello, sin duda.
ResponderEliminarUn saludo.
Una jornada marina muy fructífera en capturas, aunque arriesgada y llena de plantones (..de plantas y de los otros...jejeje) Es algo que no me ha pasado nunca, quedarme dormido, pues la mayoría de las veces no le doy ni tiempo a sonar al despertador de las ganas que tengo de ir de pesca.
ResponderEliminarJose, como ya te he dicho otras veces, ten cuidado y no arriesgues ni lo más mínimo, pues no merece la pena y nos tienes que durar mucho!!
Saludos
Ander, yo no soy mucho de meterme en camisas de once varas, pero si estoy sólo trato de arriesgar lo mínimo. Aunque a veces nos aparece la vena aventurera y nos podemos llevar un buen susto.
ResponderEliminarSaludos
Al mar no se le puede tutear, pues no siente las vidas que se cobra, ni los llantos de los que pierden a alguien.
ResponderEliminarSólo sus moradores son sensibles a nuestro comportamiento y a poder ser ... este debe ser responsable en todo momento.
Saludos
Miguel, no te lo vas a creer, pero el primer robalo que capturé lo conseguí un día en el que me quedé dormido. Mis compañeros me llamaron e hice el esfuerzo de levantarme y conducir hasta el lugar.
ResponderEliminarCon el pez en la mano me di cuenta que sin sacrificio no hay victoria.
Saludos
Como siempre una gran entrada y muy buenas fotos enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos
Por lo menos clavaste dos,que ya es algo,felicidades.
ResponderEliminarLa verdad es que parece que habia mucho mar,y falso,hay que andar con mucho ojo cuando esta asi y mas si se va solo.
Un saludo
Te lo mereces José por la insistencia de muchas salidas, aunque todos ya sabemos que esta faltando bastante la Lubina. Que pena lo del alcatraz, quien sabe si una enfermedad o un golpe contra un barco grande, le produjera la muerte.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Álvaro. Procuro esmerarme.
ResponderEliminarSaludos
Falso no, Manel. Falsísimo. En varios de los pocos lances tuve que recuperar línea a todo trapo pues me venían las olas grandes y esas no hay quien las pare.
ResponderEliminarLo cierto es que no había una buena y estando sólo no estaba por sufrir un percance.
Saludos
Sí que está faltando Miguel, pero son perríodos cíclicos. Hay un año malo y luego vienen un par de ellos buenos. Si bien la tónica es a empeorar, pues hay muchos factores en contra de la lubina.
ResponderEliminarSaludos
Lo que me pregunto es cuando descansas?
ResponderEliminarEse Ima Sasuke parece que te dio alguna alegría..
Estando mala mar es mejor buscar una zona protegida,más vale prevenir..
S2
Descansaaaaaaar ¿Qué es eso, Fermintxo?
ResponderEliminarEl sasuke es un señuelo que me encanta. Tanto por capacidad de lance como por natación. Me ha dado más alegrías un komomo slim, pero este lo tenía en el banquillo.
Saludos
Buena entrada como siempre, y aunque corta jornada te dio tiempo de capturar y liberar dos piezas, enhorabuena y bonitas fotos.
ResponderEliminarSaludos.
Me supo a poco Fito, pero por lo menos toqué escama jejeje.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jose, esas jornadas son complicadas, hay que poner en ellas los cinco sentidos y toda la sangre fría que se pueda. El ansia de apurar el lance con esas condiciones ha dado muchos disgustos... si lo haces, es fácil que te pille la ola. Veo que no es tu caso, que como pescador experimentado arriesgas lo justo, y así debe ser, que el mar siempre estará allí y ya habrá mas dias.
ResponderEliminarEnhorabuena por ese par de lubinas, sacadas con condiciones bien complicadas.
Un saludo compañero
Muchas gracias Anxo. Hay que arriesgar lo mínimo para seguir disfrutando de esta afición, que debe ser divertida ... nunca peligrosa.
ResponderEliminarSaludos