El sábado por la tarde, después de la jornada de lanzado, pasé por casa para coger el material de pesca. A continuación, a buscar a Rubén y después rumbo al camping de O Muiño.
Nada más llegar, ya me encontré con un buen número de caras conocidas (Cabo, Casti, Anxo, Óscar, Mikel, Kiko, Jorge, Gerson, etc). Pedí una cerveza y comenzó la charla con algunos de ellos.
A continuación me fui con Rubén a Casa Paco a cenar, pues otros amigos nos esperaban allí.
Rober, Gabi, Darío, Nacho, mis vecinos Ángel y José Antonio ya estaban a la mesa, así que pedimos una ración de zorza de potro para mí y para Rubén.
Poco después llegó la paella, que no fue "pa ella", si no "pa nosotros" jejeje.
Luego postre, café y para el camping con los colegas.
Con el pretexto del cambio de hora, pernoctamos hasta tarde. Charla de pesca todo el rato y comentando los pasos a seguir al día siguiente. Ya de madrugada, yo me retiré, aunque otros se quedaron a seguir con la charla.
Tras unas horas dando vueltas, sin poder conciliar el sueño, al fin pude dormir. No sé cuanto tiempo pasó, pero al poco rato el despertador me avisaba de que había que levantarse. Desperté a Rubén y me fui a desayunar.
Estaban abriendo el portal del camping, todavía de noche, cuando pude mirar a Roberto y Alex.
Les di la bienvenida a ambos y entré en la cafetería. Entonces comenzaron a llegar todos los asistentes a la quedada: Carlos, Ricardo, Jorge, Sergio, Esteban, Micael y un largo etcétera.
Tras los cafés, la gente fue partiendo rumbo al pedrero. Algunos compañeros y yo mismo retrasamos la salida, ya que el mar pintaba un poco fuerte para nuestro gusto.
Poco después llegó la paella, que no fue "pa ella", si no "pa nosotros" jejeje.
Luego postre, café y para el camping con los colegas.
Con el pretexto del cambio de hora, pernoctamos hasta tarde. Charla de pesca todo el rato y comentando los pasos a seguir al día siguiente. Ya de madrugada, yo me retiré, aunque otros se quedaron a seguir con la charla.
Tras unas horas dando vueltas, sin poder conciliar el sueño, al fin pude dormir. No sé cuanto tiempo pasó, pero al poco rato el despertador me avisaba de que había que levantarse. Desperté a Rubén y me fui a desayunar.
Estaban abriendo el portal del camping, todavía de noche, cuando pude mirar a Roberto y Alex.
Les di la bienvenida a ambos y entré en la cafetería. Entonces comenzaron a llegar todos los asistentes a la quedada: Carlos, Ricardo, Jorge, Sergio, Esteban, Micael y un largo etcétera.
Tras los cafés, la gente fue partiendo rumbo al pedrero. Algunos compañeros y yo mismo retrasamos la salida, ya que el mar pintaba un poco fuerte para nuestro gusto.
Evidentemente había que ir a dar unos lances, así que allá nos fuimos. Elegí una zona que suele darme buenos resultados con mares como el de ese día. Para mi sorpresa, varios colegas estaban por la zona.
Comencé pescando en los puntos que me parecían más prometedores, si bien me desplacé hasta otro lugar a la vista de los nulos resultados. Allí me encontré con Nacho, Casti y Darío, los cuales se disponían a abandonar la zona.
Todo el grupo se desplazó hasta una zona más resguardada, así que tocaba volver a empezar. Sugerí a Darío prospectar un buen sector de la costa, ya que sabía que está acostumbrado a las caminatas.
El mar estaba perfecto para dar una lubina, así que probamos con distintos señuelos.
Llegamos hasta el Parador de Baiona. Allí había triunfado en otras ocasiones, por lo que esta podía ser otra.
Pero en la pesca tienen que cooperar los peces, por lo que si estos no quieren, no hay mucho que hacer.
El mar estaba perfecto para dar una lubina, así que probamos con distintos señuelos.
Llegamos hasta el Parador de Baiona. Allí había triunfado en otras ocasiones, por lo que esta podía ser otra.
Pero en la pesca tienen que cooperar los peces, por lo que si estos no quieren, no hay mucho que hacer.
De vuelta, nos recreamos con el variado colorido de las pozas que se forman con la bajamar. En una de ellas, pude percibir la presencia de un pulpo. Fue colocarle el YKR Mákina delante y uno de sus tentáculos trató de apresarlo. Tras un rato mareando al octópodo, volvimos sobre nuestros pasos, ya que pronto habría que partir para comer.
Con todos reunidos en el camping, salimos hacia Casa Paco en Torroña.
Una vez allí, había que hidratarse y tomar un pinchito. Con la charla que manteníamos algunos, nos perdimos la demostración de Mikel, en la que enseñó a crear moldes y vinilos, para poder fabricarlos fácilmente en casa.
Con todos reunidos en el camping, salimos hacia Casa Paco en Torroña.
Una vez allí, había que hidratarse y tomar un pinchito. Con la charla que manteníamos algunos, nos perdimos la demostración de Mikel, en la que enseñó a crear moldes y vinilos, para poder fabricarlos fácilmente en casa.
Y tras una breve espera llegó el momento de la comida. Los que habíamos
organizado el evento, sabíamos que en este punto íbamos a triunfar.
La gente parecía no impacientarse por la espera, pero yo ya estaba pensando en los suculentos manjares jejeje.
Fui mordisqueando un pedazo de pan de maíz, hasta que llegaron los entrantes. La zorza de potro estaba de vicio, como siempre. Estoy seguro que a alguno le quedaron ganas de repetir como a mí, así que llegó una segunda ronda de esta excelencia culinaria.
A continuación, mejillones con setas y poco después empanada. Los paladares más sibaritas comenzaron a deleitarse con estos productos, sin embargo aún quedaba mucho por llegar.
Tallarines con nécoras. Esto era nuevo para mí, porque en otras ocasiones los había probado con almejas.
La mayoría ya se había llenado el estómago con tal repertorio de entrantes, pero ahora era el turno del primer plato: Merluza al horno. Como yo no soy de pescado, dejé que se sirvieran los que optan por el pescado.
De segundo: Potro. No me iba a quedar con las ganas de degustar este plato, ya que su pinta era soberbia. Y su gusto se equiparaba con su presentación, así que a degustarlo con calma.
A continuación ... Rabo (no sé si de vaca o de toro) con espirales. Lo cierto es que aquí también pasé, porque en mis planes había establecido un procedimiento muy meticuloso.
Después llegó el sorbete de limón, que fue muy bien recibido por los asistentes.
Otros compañeros de la organización (Jorge y Gerson) comenzaron con el sorteo de los regalos que cedieron los patrocinadores del evento.
Entonces llegaron las piñas rellenas de melocotón, piña y crema. Ummmmmmmmmm. A alguno lo pilló por sorpresa, pero yo aún pude repetir jejeje.
Cuando llegó el momento de pedir los licores y los cafés, llegaron las filloas. Algunos estaban tan llenos que ya no había espacio para más. Entonces me ofrecí cortésmente a darles un lugar de acogida a todas las que pude jejeje.
Al final, un café sólo y unos chupitos de crema de limón, licor café y crema de orujo, para rematar la faena.
Temí que al final no se pudiera hacer la foto de grupo, ya que alguno ya no se podía ni mover jejeje. Sin embargo, salimos del restaurante para inmortalizar el encuentro.
Ya sólo quedaba despedirse de los compañeros y de la gente del restaurante, la cual se portó de manera sobresaliente durante las 3 horas que necesitamos para dar cuenta de lo que allí se nos sirvió.
La jornada fue muy mala en cuanto a capturas, sin embargo, la comida fue de órdago. por lo que ayudó a paliar el tema de la escasez de peces.
Dar las gracias a todos los asistentes, a los compañeros de la organización y a los trabajadores del restaurante, por hacer que esta velada fuera única.
La jornada según Cabo:
La jornada según Roberto:
La jornada según Esteban:
http://surfcastinvigo.blogspot.com.es/2014/10/iv-quedada-spinning-galicia.html