Este año está siendo un tanto extraño en cuanto a la pesca. El mar no da mucha tregua y en el agua dulce, los ríos bajan cargados de agua, en muchos casos, gélida.
A pesar de ello, había que acudir a la llamada de la apertura de la temporada de la trucha. Y es que este momento es muy especial, por el mero hecho de reencontrarse con otros compañeros de afición, que no solemos ver el resto del año.
En esta ocasión, quedamos Luis, Jose y un servidor.
Por la mañana, pude saludar a Juan, que iba a pescar en un embalse cercano.
Nuestra idea era visitar un nuevo escenario, pero un problema con el despertador de Luis, hizo que Jose y yo tuviéramos que adelantarnos a pescar donde otros años.
La niebla y el frío nos dieron la bienvenida, para no variar.
Hubo poca afluencia, dado que este escenario ha sido castigado por muchas catástrofes, a lo largo de los años, sin embargo, le guardamos un gran cariño.
Al poco de comenzar, unas tímidas picadas, seguramente de pequeños basses.
Luego nos fuimos hacia la zona que más alegrías nos ha traído siempre.
De camino me acordé de Jose, con quién coincidía muchas veces en este embalse. D.E.P.
Tras algunas picadas fallidas, al fin me estrené con esta trucha, que volvió por donde había venido.
Poco después, una más grande se libró del anzuelo simple y me dejaba con las ganas de retratarla jejeje.
Seguimos intentándolo, hasta la desembocadura de uno de los ríos que llegan hasta el embalse.
No hubo fortuna, así que volvimos sobre nuestros pasos para reunirnos con Luis.
Pudimos saludar a muchos compañeros de afición de camino al coche.
Una vez allí, charlamos con los agentes de medio ambiente y otros pescadores, para luego poner rumbo al corazón de Galicia.
La travesía fue larga, cruzando la sierra de O Suído, la cual estaba nevada.
A nuestra llegada, comenzó a llover, así que fuimos echando un vistazo donde se podía, aunque sin pescar.
Así fue como llegó la hora de comer, donde tocaba echar mano del anecdotario. No reímos a carcajada limpia, en muchas ocasiones, por lo que la pesca ya se quedaba en un segundo plano.
Sin embargo había que intentarlo una vez más, en el Miño.
Tuvimos opción de hacernos con alguna trucha de las que nos harían temblar, sin embargo no hubo fortuna de cara a materializar este hecho.
Un bass fue la última captura del día, justo antes de emprender el viaje de vuelta.
Al menos sirvió para poner la guinda del pastel a una jornada tremendamente divertida jejeje.
La nieve sigue pertrechada en las cumbres, por lo que lo bueno todavía está por llegar ... y cuando llegue ... estaremos ahí.
Por otro lado aprovecho para comentaros que la Sociedad de Pesca de Soutomaior, organiza otro año más, el clinic de lanzado con caña de dos manos, en la modalidad de Spey.
Seguro que será todo un éxito.
aUPA jOSIÑO, la apertura siempre trae buenos recuerdos y es una bonita tradición, a ver que tal se da el año, un abrazo!!
ResponderEliminarPues sí, Chema.
EliminarEspero que venga con muchas sorpresas jejeje.
Saludos
Olá Josiño!
ResponderEliminarNunca fiz esse tipo de pesca à truta, mesmo que quisesse aqui na minha zona não há nada disso...
No entanto deve ser um dia de pesca interessante e entretido só pelas paisagens e contacto com a Natureza...
Bonitas fotos da Natureza que tens aí...
Saúde e força aí.
Seguro que tes as trutas máis preto do que pensas, Pedro.
EliminarE tamén hai outras cousar para desfrutar.
Saúdos
Cómo molan esos parajes
ResponderEliminarEs lo que tiene nuestra Galicia, Vitu.
EliminarSaludos
A disfrutar y que nos hagas partícipes¡ Que paisajes!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias José Manuel.
EliminarOs mantendré informados.
Saludos
Preciosas piezas y sitios ¡ Va siendo hora de buen tiempo y buena pesca¡¡
ResponderEliminarQue tengas una buena temporada ¡
Muchas gracias Javier.
EliminarAhora que empiece el buen tiempo y la pesca a tope, jejeje.
Saludos