El domingo día 16 de marzo arrancó la temporada en Galicia. Mi amigo Luis y yo nos desplazamos hasta Asturias para tentar al rey del río, el cada vez más escaso salmón.

(5:20 am)Una vez revisados los bártulos y con el coche a punto, partimos de Pontevedra rumbo a Montesalgueiro, donde nos encontraríamos con Nino.

(8:10 am)Tras unas cuantas horas de trayecto, llegamos al punto de encuentro donde nos reuniríamos con Bernardo y Gonzalo. En este bar donde al mediodía comeríamos, hay una gran cantidad de elementos relacionados con la pesca del salmón. Cucharillas y devones colgados por muchos lugares ...

... fotografías ...

... y por supuesto, moscas.
Poco después nos fuimos rumbo al río, para comenzar la pesca. Una vez allí cada uno se fue en busca de un pozo donde echar la lombriz, sola o en tándem, junto con una quisquilla.

En el río nos encontramos con Pelu, que ya llevaba un rato con la caña desplegada en busca del campanu. Tan pronto como llegamos nos percatamos del bajo caudal del río Eo.

Aquí estoy yo en una de las pocas zonas buenas que me encontré para estrenarme en esta modalidad de pesca que a menudo provoca decepciones, pero también alegrías, pues un salmón al otro lado del sedal tiene que ser una gran experiencia, sin embargo si se consigue echar a tierra a este magnífico pez, seguro que se olvida uno de todo lo pasado.

(1:30 pm) Cuando mi amigo Luis y yo nos íbamos para comer, nos enteramos que ya había salido el campanu en el río Narcea.
(noticia)Antes de comer haríamos un alto en el camino para ver los salmones zancados que se agolpaban en el coto de Piago Mayor.

Si se amplía la fotografía se pueden apreciar a los salmones que esperaban en la presa a que las lluvias mejoren las condiciones para regresar al mar. El poco caudal del río provocó que los salmones no pudiesen bajar a tiempo, y a su vez que no puedan ir subiendo los que vienen del mar.

Durante la comida intercambiamos impresiones sobre la mañana. Todos coincidíamos respecto al bajo caudal del río.
Después de la comida, de la que destaco la fabada, contamos anécdotas y chistes, quizás para animarnos un poco.
Los que pescamos en el coto de La Volta (Luis, Pelu y yo), decidimos no ir por la tarde.

Antes de marcharnos decidí mostrarle a mi amigo Luis el pueblo de
Taramundi.
Este precioso pueblo asturiano, fronterizo con la provincia de Lugo, es una verdadera joya del turismo. Sus navajas y museos etnográficos son de gran fama. Un lugar que merece la pena visitar.
Algo que sorprendió a Luis fue que aquí tambien se habla el gallego en la vida cotidiana.
En fin un viaje inolvidable.