En esta entrada, la número 500, quería hacer una reflexión:
Para una persona que trabaja en una tienda de deportes, puede llegar un día en el que se pregunte ... ¿Cuál es el mejor deporte?
Sin duda los hay muy variados, colectivos o individuales, al aire libre o bajo techo, con mucho material o con casi nada, para cualquier edad o para alguna más concreta, etc.
El caso es que si analizamos estas combinaciones, podemos ir definiendo que los hay mejores o peores, relativamente.
Sin embargo, quizás haya dos que a menudo no se tienen muy en cuenta, a la hora de hablar de deportes: La caza y la pesca.
El caso que me ocupa hoy es hablar de la pesca, por supuesto.
Siguiendo un orden aleatorio, diría que la pesca puede ser de los deportes que se pueden practicar a más temprana edad. He visto vídeos con niños de no más de 4 años, pescando.
Y también a la más tardía, pues recuerdo un pescador de 98 ó 99 años, que apareció en un programa de Jara y Sedal, hace años. Desde luego no hay muchos deportes practicados por centenarios, porque lógicamente, primero hay que cumplirlos.
Después está "el rival". Si pescamos en compañía, los rivales pueden ser los compañeros, ya sea en competición o no. Sin embargo, estimo que a quién en realidad te enfrentas, es al pez ... ya sea sólo o acompañado. Es decir ... tu rival, no es de tu misma especie (sólo la caza comparte esta premisa). Y además siempre juega en casa, por lo cual, tiene mucho a su favor. Conoce el medio, y en la naturaleza, "el público" está de parte del pez. Te enfrentarás a rocas, acantilados, algas, olas, maleza, corrientes, árboles, cascadas, etc.
Quizás esto es algo que hace tan especial a la pesca.
Si hablamos de la naturaleza, estamos mencionando el lugar. Es decir, que practicamos deporte al aire libre, pudiendo disfrutar de los escenarios más variopintos. Un fiordo, una ría, un acantilado, un río, un lago, un ibón, sobre el hielo, etc. Estos lugares ya pueden ser mágicos de por sí, ya sea porque son paraísos para la pesca o paraísos en sí mismos. Sin embargo, primero tenemos que llegar a esos lugares. El desplazamiento hasta el lugar, ya puede ser todo un premio para los sentidos. A veces conoceremos parajes que no están en las guías de turismo, nos cruzaremos con animales que otros sólo conocen por fotografías o vídeos, etc.
También hay que decir que esto a veces se convierte en una excelente excusa para hacer turismo por el lugar, lo cual nos enriquece aún más.
Si analizamos el aspecto físico, tenemos modalidades de pesca en las que se queman muchas calorías, ya que hay que caminar mucho, vadear, subir rocas, a veces algo de escalada, etc.
Si se trata de una jornada de varias horas de duración, sin duda habremos quemado un buen número de calorías. Tantas, como en muchos otros deportes.
De hecho he realizado jornadas maratonianas, en las que terminé exhausto de verdad.
Otra aspecto que quisiera tratar, es que uno puede ir a pescar sin más, o puede entrenar. El entrenamiento en el caso de la pesca, suele estar encaminado a la competición, si bien eso también lo puede interpretar cada uno a su manera.
También podemos hablar del aspecto gastronómico. Una captura puede ser todo un premio para el paladar y además, distar mucho de lo que los mercados nos ofrecen. Poco tendrá que ver una lubina pescada a spinning, con una de piscifactoría u otra capturada con red. Un salmón criado en cautividad, es muy distinto a unos salvaje, por supuesto, etc.
Comentaré también el caso de la adrenalina que se libera cuando capturamos un pez. Es algo que a los pescadores nos gusta y nos mantiene en tensión. A veces estamos nerviosos, incluso días antes, como ocurre con el inicio de la apertura de los ríos. Algunos no podemos ni dormir jejeje.
En el momento de la captura, el corazón se acelera, nos preguntamos si estará bien clavado, si la línea resistirá, etc. Todo en unos segundos. Y a veces hay que reaccionar en milésimas de segundo.
Con la picada, se liberan sustancias que seguro que no aparecen con otros deportes, si bien no voy a ahondar en ello.
Si se habla de adrenalina, endorfinas, etc ... la pesca aporta de todas ellas.
No me puedo olvidar de la peligrosidad. Está claro que hay deportes en los que existe la posibilidad de morir. La pesca está entre esos deportes y por desgracia, todos los años solemos tener noticias de alguna tragedia. Supongo que uno no es consciente a veces, de que corre riesgos cuando va a pescar.
El mar suele ser el causante del mayor número de defunciones, pero hay que tener en cuenta que una caída en las rocas, una subida repentina del caudal de un río, una tormenta, etc. son factores que pueden llevar a un desenlace fatal, pues ya se han dado estos casos.
Podría tratar una buena cantidad de aspectos más, sin embargo, finalizaré, hablando de una de las características que hacen único a este deporte. Es un acto de nobleza y no es otro que el concederle la libertad al pez, para que retome su vida. Esto proporciona la posibilidad de que en otra ocasión, el pez se pueda medir con un nuevo contendiente, proporcionando las mismas sensaciones o mayores, si cabe. Quizás sea un gesto cada vez más necesario, pues la pesca no atraviesa por el mejor de sus momentos, si bien todos sabemos que el problema tiene otros orígenes.
Por esto que os he comentado y otras razones, estimo que la pesca, es el mejor deporte del mundo.
¿Estáis de acuerdo?