martes, 27 de julio de 2021

Lubinas sin agua

 Tocaba salida de pesca en busca de lubinas, con mi amigo Jose. La zona en la que íbamos a pescar era un tanto complicada para llevarla a cabo desde embarcación, por lo que optamos por echar mano de los patos. Estos compañeros de pesca nos permiten pescar en zonas imposibles por lo que teníamos unos grandes aliados para sacar algún pez.

 
 
Nos fuimos hacia los puntos más prometedores y comenzamos a tantear con distintos señuelos. La elección es muy importante en estos casos, ya que unos pueden triunfar y otros quedarse para otra ocasión. En este caso, la experiencia de Jose es la que marcaba la pauta.
 

No tardó Jose en clavar su primera captura. Una atrevida lubinita que se abalanzó sobre su señuelo y que volvió al agua después de la foto. Quizás la instantánea nos proporciona una idea de la voracidad de estos peces.
 
Y en unos minutos, Jose ya estaba con un festival de picadas. Unas fallidas, pero otras se materializaban en captura. Con el equipo de spinning ultraligero, la diversión estaba asegurada.


Tras un parón de actividad, Jose volvió a la carga. Alguna de las que atacaban, ya eran de porte, aunque las pequeñas se adelantaban. Yo tuve un ataque en superficie, donde la lubina saltó fuera del agua ... !!TREMENDO¡¡

Después de algunas picadas fallidas, al fin pude estrenarme en la cuenta. Esto de tener que pescar y hacer de fotógrafo, es un estrés jejeje. Mientras, Jose seguía sacando algunos ejemplares más.
Cuando los pies ya tocaban fondo y nos quedábamos sin agua, nos fuimos a recuperar un señuelo que mi compañero había perdido, con tan buena suerte, que lo encontró.
 

Con las últimas luces del día, nos fuimos a otra zona donde había un poco de agua y fue allí donde la caña de Chano me trajo la fortuna en forma de lubina, la cual se tragó el paseante casi al completo. La tarea de sacar el señuelo iba a ser complicada, así que Jose se acercó y me ayudó. De esta manera pudimos devolverla al agua sin complicaciones. Lo más raro es que el pez tragó el paseante por la cabeza de este, cosa que me ocurría por primera vez.
Fue un broche memorable para una jornada muy divertida, que no podríamos haber llevado a cabo, de no ser por el pato.