lunes, 23 de febrero de 2015

Aumentando conocimientos

Este sábado había una cita muy interesante en mi agenda. Dicha cita tenía que ver con la especie que me vio nacer como pescador de caña: la trucha.
Se trataba del acto de presentación de un libro de biología de la trucha común. Concretamente "La trucha en la pesca a mosca. La biología de la trucha común", de Fernando Cobo Gradín.

Nada más llegar al Centro Comercial Compostela, me dirigí a la sección de deportes del Corte Inglés, en el que tenía lugar el concurso de montaje de moscas. Al entrar pude ver a Santi, con el que hablé del reportaje que Jara y Sedal (Múgiles en la ría de Lires) había emitido unos días atrás y del que él es protagonista. Por allí también estaban Luis y Paco Porto. Con este último estuve un buen rato charlado de diversos temas. Poco después llegaron Manuel Iglesias, su hijo y Roberto Caldeiro.
Charlando con estos últimos, también pude ver a Miguel Piñeiro, Luis Merayo, Eloi Saavedra y Jorge Maderal a los cuales saludé después.

En plena tertulia, nos comunicaron que iba a dar comienzo la mesa redonda La pesca: Turismo - Aguas Sanas - Arte - Pasión.
Calificaría de muy interesante las exposiciones de Antonio Abril (Arte), Fernando Cobo (Aguas Sanas) y Pepe Casal (Pasión) y en menor medida la dedicada al turismo, ya que a día de hoy me parece una idea muy lejana.
El primero de ellos nos mostró que España está muy lejos de valorar la pesca como ocurre en otros países tales como el Reino Unido o EEUU, en los que se ha ganado un hueco en importancia dentro de la sociedad.
Con la exposición del segundo aprendí que hay muchos otros factores que influyen en la supervivencia de los habitantes de nuestros ríos, además de la calidad de las aguas.
Y con el último, pudimos disfrutar con el relato de lo que es un verdadero adicto a la pesca.

Poco después comenzó el acto de presentación del libro, que era el acto que más me interesaba.
Fernando Cobo, en representación de su equipo de la Estación de Hidrobiología Encoro do Con, dependiente de la Universidad de Santiago de Compostela, nos expuso parte del contenido del libro y algunos temas que me parecieron muy interesantes. 
Al concluir este acto, hubo un breve descanso, en el que aproveché para comprar el libro y volver a la zona donde estaba la exposición de moscas, etc. Allí charlé un rato con Pedro Fernández de la Concha sobre la pesca del salmón y su situación actual.
A la hora acordada, se procedió a la entrega de premios del concurso de fotografía y de montaje.
Uno a uno fueron pasando los afortunados vencedores de cada una de las categorías.
 Dani, compañero de la Sociedad de Pesca Soutomaior, también obtuvo un premio en la categoría de montaje.
 Manuel Guitián (director del Corte Inglés de Santiago de Compostela) cerró el evento con un discurso de despedida a causa de su cercana jubilación, pero de ánimo para los que vengan detrás. Y es que este fue el artífice de que estos eventos se lleven a cabo desde hace muchos años.
Miguel Piñeiro leyó también un escrito en el que se le reconocía esta labor.
Y para rematar la faena, pues hubo tiempo de que Fernando Cobo firmase los libros de aquellos que a buen seguro extraerán toda la esencia de esta obra que versa sobre uno de nuestros peces emblemáticos.

jueves, 12 de febrero de 2015

Como antaño

Este año el frío me está echando para atrás a la hora de salir a pescar. Y es que las bajas temperaturas, sumadas a la humedad en el ambiente, no se hacen nada llevaderas en esta tierra.
Pero todo proceso de letargo tiene su fin, así que esta semana me fui a ver si había algún bass receptivo en las profundidades del embalse.
La mañana se presentaba fría. Tanto, que tuve que ponerme unos guantes de neopreno.
Inmediatamente pensé en la congelación del agua en la anilla de la punta de mi caña. Es un problema frecuente si esta es de poco diámetro, sin embargo no se presentó durante la jornada.
 Comencé con una cucharilla pesada, para dar paso a una ondulante y unos crankbaits. Sin embargo aquel entorno parecía inerte en toda su extensión.
Decidí cambiar de estrategia y buscar a más profundidad con un pequeño black minnow. La elección fue correcta, pues en poco tiempo pude sentir una picada, pero demasiado cercana a la orilla como para ser un bass. Y efectivamente se trataba de una vigorosa trucha, que disfruté a pesar de llevar un equipo demasiado potente para mi gusto.
 Una foto y para el agua.
Comentaré que todavía no se ha alcanzado la fecha de la apertura de la temporada truchera, por lo que hay que devolverlas todas a su medio, sin excepción.
 Caminando por la orilla del embalse llegué a una zona de troncos sumergidos. Aquí tuve dos ataques muy potentes al pequeño vinilo. Diría que de algún pez de buena talla, pero no pude confirmarlo.
Por si acaso insistí, pero sin resultados positivos.
Continué durante alguna hora más, aunque con la misma fortuna. Me conformé con observar los cormoranes, gaviotas, ánades y garzas que levantaban vuelo, al sentir la hojarasca resquebrajarse bajo la presión de mis botas.
Fue una jornada atípica, pero que me hizo recordar mis inicios en el río, donde las primeras capturas siempre eran truchas, ya que aún no me había iniciado en la pesca de mar.
Ahora que ya se empiezan a sentir los calores de los escasos rayos de sol que nos llegan, será el momento de ir probando fortuna con otras especies.