sábado, 16 de febrero de 2013

A por sargos con frío

Antes de nada quisiera comentar que un rayo me ha fulminado el PC, y que por esta razón he estado apartado un poco de este mundo virtual, al que ya echaba de menos. Trataré de ponerme al día lo antes posible.

Tras esta aclaración, paso a relataros la última salida de pesca.

 En vista de que el sargo está dando grandes alegrías por nuestra zona, me decidí a ir a tentarlos en compañía de José Antonio.
Salimos temprano ya que por la tarde tocaba trabajar, así que tras unos minutos de conducción, llegamos al pesquero.
 El mar no estaba bueno del todo, ya que a menudo venían algunas olas que golpeaban violentamente contra la costa. A pesar de todo, lo más incómodo era el frío que le ganaba la partida a mis manos.
Como pude, fui aguantando la caña. Pude observar cómo José Antonio se hacía con la primera pieza del día. Una boga que ya nos hizo presagiar lo peor.
 A medida que la mañana avanzaba, las manos ganaron algo de temperatura. Gracias a ello, pude levantar sin problemas mi primera captura, que también era otra boga.
 Como no había tiempo para cambiar de zona, seguimos probando en puntos próximos.
El mar ahora tenía mejor color y quizás con paciencia, pudiéramos encontrar aquello que buscábamos.
 Pero fue otra boga la que se quedó prendida de mi anzuelo. Estas se encontraban en el pesquero y no había mucho más que hacer.
 Junto a una roca solitaria, logré engañar a este sargo, que se escurrió hasta una grieta próxima. Tras sujetarlo, procedí a liberarlo en el agua, pues tenía un tamaño poco interesante.
 Después de sacar alguna boga más, tanto por mi parte, como por la de mi compañero, salió otro morador de los pedreros. Un mújol que no ofreció la lucha que habría dado si fuera engañado con el equipo de mosca.
Lo liberé en una charca y me dispuse a afrontar los últimos lances.
Mientras José Antonio plegaba la caña, tuve tiempo de engañar a otra boga, que se fue por donde había llegado. No fue una jornada como me hubiera gustado, pero valió para sacarse el mono y retomar la actividad.

domingo, 3 de febrero de 2013

Un magnífico evento

Este sábado día 2 de febrero, asistí a una jornada de montaje, que me demostraría una vez más, la constante evolución que se produce en el ámbito de la pesca.
 En este caso, contaríamos con la presencia de conocidos montadores, los cuales nos mostrarían algunos trucos relacionados con el mundo del montaje de moscas.
 El primero en tomar el protagonismo del evento, fue Paco Porto. Sus moscas de salmón embelesan a cualquiera que las tenga delante, ya que la combinación de colores resulta extremadamente agradable a la vista.
 La mosca con la que comenzó la demostración, fue la conocida Green Highlander. En este caso confeccionada con pluma.
Con suma atención, fui siguiendo los pasos y reteniendo los trucos que permiten solventar las posibles complicaciones, durante el proceso de confección de la mosca.
 Lo cierto es que crear una mosca de salmón es un proceso lento y laborioso, si lo que se pretende es hacer una obra de arte en toda regla.
 Más tarde fue el turno de Jorge Aráujo. Este nos mostró distintos trucos en el montaje de ninfas.
Su experiencia como competidor internacional con la selección de Portugal, le ha dado un conocimiento único, que ha sabido llevar al torno de montaje.
 Es por ello que sus explicaciones fueron seguidas con detenimiento por los asistentes.

 Existen multitud de factores que pueden pasar desapercibidos para el pescador menos experimentado, sin embargo, las explicaciones de Jorge nos valdrán en el futuro, ya que aportan otro enfoque a la pesca con ninfa.
 Las cajas de ninfas de Jorge demostraban un gran nivel en el mundo del montaje, y es que este pescador del pais luso, no deja nada al azar.
 Llegaba el momento de la comida. Dando buena cuenta de los manjares que teníamos delante, fuimos soltando muchas carcajadas, propiciadas principalmete por Aleixo, que también llegaba del país vecino, acompañando a Jorge.
 Tras despedir a los compañeros portugueses, y agradecerles su visita, nos fuimos a visitar los ríos Verdugo y Oitavén, para observar el estado que presentan tras las copiosas lluvias de las últimas semanas.
 Tras el paseo, volvimos a la faena. 
Mientras Paco Porto seguía con sus moscas de salmón, Arturo Alonso nos mostró un montaje revolucionario, con el que obtener resultados muy vistosos.
Un compañero de la Sociedad de Pesca de Soutomaior, llamado Rubén, también aportó un método novedoso para lo que podría ser una ninfa terminada o el cuerpo de esta.
 Aquí tenemos una Rusty Rat confeccionada por el compañero Porto.
Tras poner punto y final al evento, se sortearon las moscas que se habían montado durante la jornada.
Yo fui agraciado con la primera mosca que había montado Paco y con la última que se había montado por la tarde, creada por Arturo Alonso.

Con todo lo aprendido en esta jornada, no hay excusa para ponerse delante del torno.