El mal tiempo no nos abandona por el momento y parece que cuando uno quiere ir de pesca, las cosas empeoran.
En el mar el temporal amenaza a los pescadores y en aguas continentales el frío y la lluvia no permiten hacer florituras cuando uno está pasando un proceso gripal.Es el momento de hacer alguna salida a buscar setas en los momentos de calma.
El objetivo es el suculento níscalo (Lactarius deliciosus) que es muy común en los pinares.
En algunas ocasiones hay que prestar mucha atención por donde caminamos ya que suelen camuflarse entre la hierba, los tojos o las zarzas.Por el camino nos encontramos con gran cantidad de especies. Entre las más llamativas por su porte, están las lepiotas. Aunque la lepiota procera y la lepiota mastoidea son bastante singulares, la cautela debe predominar en este mundillo si no queremos llevarnos ninguna sorpresa.Las rúsulas con sus tonos rosados son de las más bellas. Los invertebrados dan buena cuenta de ellas y seguro que sabiendo distinguir entre las comestible y las venenosas, también nos dedicaríamos a degustarlas.Ramarias aureas, boletos, amanitas pantherinas y otras más, salpican el suelo por el que nos movemos.
Aún sabiendo de la toxicidad de algunas de ellas, hay que ser respetuoso, pues tienen su cometido en la naturaleza.
He visto gente que pisa las amanitas muscarias porque son alucinógenas, otros que le dan patadas a cualquiera que no sea de su agrado. En fin, que son conductas a erradicar al igual que arrancar las setas.
Permitamos que se propaguen y se perpetúen a lo largo del tiempo, para que las generaciones futuras puedan disfrutar de una actividad tan agradecida como es la recolección de setas.
El objetivo es el suculento níscalo (Lactarius deliciosus) que es muy común en los pinares.
En algunas ocasiones hay que prestar mucha atención por donde caminamos ya que suelen camuflarse entre la hierba, los tojos o las zarzas.Por el camino nos encontramos con gran cantidad de especies. Entre las más llamativas por su porte, están las lepiotas. Aunque la lepiota procera y la lepiota mastoidea son bastante singulares, la cautela debe predominar en este mundillo si no queremos llevarnos ninguna sorpresa.Las rúsulas con sus tonos rosados son de las más bellas. Los invertebrados dan buena cuenta de ellas y seguro que sabiendo distinguir entre las comestible y las venenosas, también nos dedicaríamos a degustarlas.Ramarias aureas, boletos, amanitas pantherinas y otras más, salpican el suelo por el que nos movemos.
Aún sabiendo de la toxicidad de algunas de ellas, hay que ser respetuoso, pues tienen su cometido en la naturaleza.
He visto gente que pisa las amanitas muscarias porque son alucinógenas, otros que le dan patadas a cualquiera que no sea de su agrado. En fin, que son conductas a erradicar al igual que arrancar las setas.
Permitamos que se propaguen y se perpetúen a lo largo del tiempo, para que las generaciones futuras puedan disfrutar de una actividad tan agradecida como es la recolección de setas.
que señuelo utilizas,ya estoy "alucinando"jajaja.
ResponderEliminarMe ha encantado Jose... Lo que daría por que aquí hubieran salido ya. Pero la cosa está muy chunga... no llueve.
ResponderEliminarLas dos cestitas de níscalos están pidiendo a gritos ser degustadas. Hay gente que piensa que si tocas una seta se te cae el dedo... en fin la desinformación es tremenda y desastrosa para estas bellas formas de vida.
Me ha encantado Jose. Ole¡¡¡¡¡
Un abrazo Galleguiño
Marcos, el señuelo imprescindible es una navaja bien afilada. Y el equipo básico incluye botas, cesta de mimbre y paraguas por si acaso.
ResponderEliminarLuis, muy curioso lo del dedo. Otra prueba más de que la gente está muy desinformada.
De hecho aquí, la gente mayor las denomina "pan de cobra" o "pan de serpe", debido a que la gente cree que son las culebras las que las comen.
Habladurías sin fundamento.
Saludos.
Estas también pescan jeje.. Casualidades hoy fuí a buscarlas un rato, y el resultado un par de Semisanguifluus y un Pinophilus, más que suficiente para ese revueltillo que tanto pesca en la mesa jeje..
ResponderEliminarRespecto a las setas mucha mitologia erronea, que si las comen los animales que si la moneda... A veces es curarse en salud, informarse biencomo comentas, que experimentar, últimamente las lepiotillas están causando graves problemas entre los aficionados.
Un abrazo.
Pero qué suerte tenéis..Por aquí, en el "norte de Africa" todavía estamos a veintitantos grados y no cae una gota. Otros años sí hemos podido disfrutar mucho con los níscalos, sobre todo en el pueblo de Villaviciosa (..lo sé, el nombre tiene tarea..)donde hay hasta una fábrica conservera de esta seta que tanto abunda.
ResponderEliminarSaludos y a disfrutar del otoño
Hno. de los anzuelos, Jose.
ResponderEliminar¡Qué pesca más original!.
¡Vale!.
Es que esa canastilla parece sacada de un libro de cuentos.
Un afectuoso sapukay.