Esta semana teníamos que ir de pesca a un lugar un tanto apartado.
Tras tomar un camino equivocado y después de una parada para una cervecita, llegamos al lugar escogido.
El río discurría con muy poco caudal, por lo que las truchas nos localizarían fácilmente. Tendríamos que pescar largo y con cautela, pues las truchas aquí no tienen contacto alguno con el ser humano.
Para esta jornada, utilizamos sendos carretes Crack Contact 400. Este carrete tiene unas prestaciones muy particulares, que hacen que sea una pieza muy codiciada.
De hecho hay que invertir bastante tiempo para localizarlos en algunas subastas o anuncios, y por norma general serán adquiridos a precios que rondan los 100 euros.
Buena prueba de ello es que mientras escribía esta entrada, había una subasta de uno de estos carretes. Y por tratarse de un carrete nuevo, superó los 200 euros.
Lo cierto es que utilizar estas autenticas joyas de museo, es una delicia, pues son muchas sus virtudes y espero hablaros de ellas en algún momento.
A pesar del escaso caudal, no tardamos en tener las primeras picadas, pero por tener que pescar con un solo anzuelo y sin muerte en nuestros señuelos, las truchas no quedaban enganchadas con facilidad.
Pero finalmente salió la primera trucha del día. Evidentemente no esperábamos encontrarnos grandes peces. Habíamos ido allí a batirnos con truchas 100% salvajes, desconfiadas y luchadoras a pesar de su porte.
Los equipos de lance ultraligero permiten disfrutar igualmente.
Las orillas del río son una bendición para la vista. Bosque autóctono hasta donde alcanza la vista, con distintos tonos de verde por todas partes.
La pureza de sus aguas es extraordinaria, por lo que bulle de vida en cada piedra o raíz. Si recogemos un poco de arena fina del lecho y la vamos moviendo bajo el agua, vemos aparecer a las singulares ninfas de las efémeras dánicas.
Después de que varias truchas se escaparan de mi señuelo, al fin pude tocar escama. Quizás la contemplación de la librea de la trucha, junto con su inteligencia, sea lo que haga que siempre tenga tiempo para decicarle unas jornadas durante la temporada.
Proseguimos río arriba por una zona que ya conocíamos. Aquí nos fuimos encontrando algunas tablas que podrían albergar un mayor número de pintonas.
La tarde discurría con más truchas que llegaban hasta nuestras manos, y tras una breve contemplación, recuperaban su libertad.
Sin embargo son muchas las que se quedaban por el camino, ya que debíamos pescar largo.
Cuando terminamos la jornada, decidimos dar un paseo por la orilla del río, para así poder explorar un poco más este tramo.
Nos encontramos con zonas de corrientes y algunas tablas en las que se veían cebadas.
Y con este último paseo pusimos punto y final a la jornada.
Una entrada muy apasionante, sobretodo lo de la cervecita, jejeje. Es broma!!
ResponderEliminarUsar unos carretes como esos tiene que ser una experiencia increíble, es como si pescáramos en los años 70. Lo que puedo asegurar como ingeniero que soy que esas maquinas es pura ingeniería mecánica de la buena.
Un saludo Josiño!!
Han llegado hasta nuestros días y tienen muchos detalles bien estudiados.
EliminarSaludos
Con ese paisaje casi no hace falta pescar nada para pasar un día perfecto.
ResponderEliminarUn saludo
Tienes razón, pero cuando busco sólo paisajes, me voy andando o con la bicicleta.
EliminarSaludos
Lástima que los parajes y las truchas que describes sean ya tan escasos. Dichosos los que podéis disfrutarlos.
ResponderEliminarPero tenemos lugares donde las truchas abundan en número y de buen tamaño. No son tan bellas, pero hacen pasar buenos momentos. Habrá tiempo para ellas también.
EliminarSaludos
Bonitas fotos y entrada Jose,no me cansare de decir lo guapas que son con esas pintinas y colores.
ResponderEliminarUn saludo.
Ese es uno de los motivos que hacen que vaya a pescarlas. Hay muchos peces, pero pocos como la trucha.
EliminarSaludos
Hola, da gusto saber que todavía quedan rincones donde encontrar truchas salvajes... donde el tamaño no importa. El carrete del que hablas me rescuerda al famoso carrete cerrado de Abu, tuve uno con el que en disfruté de lo lindo... Un saludo
ResponderEliminarPor suerte para nosotros, aquí no han llegado nunca las repoblaciones.
EliminarHay varios modelos con prestaciones similares.
Saludos
preciosos parajes y libreas, sl2 jose
ResponderEliminarDe esto tenemos mucho en nuestra tierra.
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Que hermoso lugar, el solo hecho de andar por alli ya es para volverse pleno de satisfaccion, si pescas es la ostia, enhorabuena
ResponderEliminarUn abrazo
Ciertamente la mera contemplación del lugar es un lujo, pero aprovechamos el paseo para intentar admirar las pintonas que esconde el río.
EliminarSaludos
Que parajes más bonitos...cada día estoy más enamorado de esa tierra..
ResponderEliminarS2
Será mejor que no saque la artillería pesada, sino te divorcias jejeje.
EliminarSaludos
Bonito sitio y bonitas truchas...
ResponderEliminarSeguramente a todos los que empezamos en esto de la pesca con truchas como esas, nos traerán buenos recuerdos esas imágenes...tiempos aquellos de botas cortas y una sola cucharilla...supongo que no hace falta explicar lo que hacíamos cuando había un enganche, je,je,je..
Saludos
Las botas cortas serían unas buenas compañeras en este lugar, aunque hay algún pozo que no se puede vadear con ellas.
EliminarSaludos
Que bellos parajes con tan bellos animales, sin duda el paraíso.
ResponderEliminarUn saludo
Quizás en esta tierra estuviese situado el Edén bíblico jejeje. Que no , que no es para tanto.
EliminarSaludos
jajajaja mejor explicado imposible es el mismísimo Edén.
EliminarYa te mostraré lugares más bellos, pero sobradamente jejeje.
EliminarA los lugares feos, que lE DÉN jajaja.
Saludos
Tiene que ser un lujo pescar en ese entorno y a esas truchas: envidia sana me das. Un saludo
ResponderEliminarA veces ocurre que, el mero hecho de salir de casa, ya sea una buena recompensa.
EliminarSaludos
Aunque la piezas fueran devueltas pescar en esa zona debe ser una gozada,impresionante.Cuida los carretes que parece que quedan pocos jjjjjsaludos.
ResponderEliminarEl lugar es un encanto y sacar truchitas con equipos tan ligeros, una gozada.
EliminarPor eso he comprado dos carretes. Así por lo menos tengo repuestos.
Saludos
es estupendo disfrutar de esta actividad en un paraje asi y poder seguir disfrutando de esos carretes que en su epoca eran extraordinarios y aun hoy en dia no tienen a mi modo de ver rivales que puedan superar sus buenas prestaciones y lo se por experiencia pues compre 5 en italia usados y estan en exelente estado de funcionamiento y uno para un colega que traje de belgica sin estrenar en su caja y con los papeles de origen por 250€ ,
ResponderEliminarahora a cuidarlos para que sigan trabajando por muchos años .
un saludo , marcelo
Uno nuevo se cotiza demasiado, ya que los hay usados en muy buen estado. Pero claro, uno se encapricha y ... jejeje.
EliminarSaludos