En la vida del pescador hay fases por las que uno va pasando y a lo largo de ellas uno se encuentra artículos con los que quiere hacerse, porque los necesita para la práctica de su deporte o por motivos varios. Y yo no podía ser ajeno a esto y hace años, cuando me decidí a pescar carpas, opté por el material que tenía, si bien traté de hacerme con material específico, en lo que a accesorios se refiere. Las cañas también fueron llegando, pero había algo que me quedaba pendiente. Una espina clavada que veía en catálogos, en revistas o en la web.
Y hablo de un carrete con el sistema baitrunner. Para los que no conozcan este tipo de carretes, os diré que tienen una particularidad muy especial y es que cuentan con un sistema de doble freno. El primero es el de toda la vida. Un freno de combate para lidiar con la pieza que se captura. El segundo es un freno que es este caso se regula en la parte trasera. La misión de este es dejar este freno con una tensión menor que el principal, de manera que cuando el pez pica, puede tirar de la línea sin notar casi resistencia. Este tarado del freno queda "memorizado" y se activa cuando bajamos la pequeña palanca que trae incorporada. ¿Y qué ocurre cuando el pez pica? La línea sale con facilidad, hasta que damos la primera vuelta de manivela, en ese momento pasa a la acción el freno de combate para tener un mayor control sobre el pez. Sin duda es un gran aliado para la pesca de peces desconfiados como la carpa o la dorada. De hecho la primera vez que pude ver uno en la mano, fue de la mano de Walter, el cual había usado años atrás este tipo de carretes desembragables.
Por otro lado, es cierto que los pescadores podemos llegar a juntarnos con algunos libros de pesca, para disfrutarlos cuando el tiempo no está para pescar o para momentos de relax en casa.
Hace años mi hermano me mostró un libro que le había prestado Manuel Iglesias. Se trataba de un libro escrito por un reputado pescador portugués: António Manuel Carvalho de Pinho.
Me gustaron mucho las fotografías, pero una vez comencé a leerlo, llegué a una parte en la que el autor da muchos consejos al pescador, la cual me encantó. Para un gallego es relativamente fácil leer el portugués, porque proviene de una misma lengua y así fui apuntando muchos de esos consejos, ya que pensaba en la imposibilidad de hacerme con aquel libro.
En mi vida como pescador y también como persona, considero que he tenido suerte y tras varias décadas, he tenido la opción de hacerme con el libro en cuestión. Y fue a través de un pescador portugués que tenía la opción de conseguirlo en una de las Casas da Floresta que hay en el país luso.
!! Muchas gracias Joao ¡¡
Si os queréis maravillar con la historia de truchas, reos y salmones del río Miño, este es el libro para tener en la biblioteca del pescador.
Os comparto algunas reflexiones y datos que aparecen en el inicio del libro:
- La pesca deportiva es escuela de compañerismo.
- Mis mejores amigos son todos pescadores.
- La pesca proporciona grandes viajes, bellas imágenes y situaciones maravillosas.
- Un salmón de 24,400 kg fue pescado con red en MonÇao.
-El esturión desapareció del río Miño.
- En el pasado lejano, los labradores de las orillas del río Miño, abonaban los campos con alevines de truchas y de salmón.
-Que las autoridades responsables, preserven lo que queda de sábalos, salmones, truchas y ciclóstomos: la lamprea.
- La pesca a mosca con caña y carrete es un arte.
Sin duda es un libro genial que disfrutaré.
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