Salvando las jornadas de pesca en Madagascar, podría decir que este ha sido un año atípico de pesca para mí. Por una parte no he tenido suerte a la hora de afrontar algunas jornadas de pesca y por otra se han dado situaciones que me han dejado un poco apartado del mundo de la pesca. Una de las razones que me está quitando bastante tiempo, la conoceréis si Dios quiere, este año.
Pero bueno, todavía ha transcurrido poco más de medio año y queda el resto para reponerse.
Por un lado me quedé con las ganas de sacar algún sargo de los gordos, cosa que sí hizo mi hermano en varias ocasiones, poniéndome los dientes bien largos.
Aunque cuando este pueda visionar todo lo que saqué en Madagascar, esto va a quedarse en una anécdota jejeje.
Con el salmón me coincidió fatal. Un día después de mi accidente, tenía coto en el Lérez. Fui como buenamente pude y con ayuda de mi amigo Luis, aún tuve la oportunidad echar unas varadas, con opción de clavar algún salmón, aunque al final no se dio el caso.
Pocos días después repetía coto, pero a pesar de la mejoría, desistí de acudir a mi cita con el rey del río.
Las condiciones hacían muy difícil su captura, aunque nunca se puede dar nada por seguro.
Y con las pintonas me ha pasado un poco lo mismo. Compañeros de pesca con problemas de salud, citas ineludibles, etc.
Atrás quedan esas jornadas de día sí y día también, que algún día os contaré.
Espero poder dedicarle más tiempo en agosto y septiembre, cuando haya adelantado algunas tareas pendientes. Y espero poder decir que el año va mejor que cuando comenzó, ya que lo importante no es como uno empieza, si no como acaba ... y yo espero acabar muy bien.