Por muchos momentos dulces que uno tenga en la vida, siempre acaban llegando momentos amargos.
La pérdida de un ser querido, debe ser lo peor a lo que uno tiene que enfrentarse. Este ser querido puede ser un familiar, amigo o alguien con quien uno comparte una afición.
Excelente persona a la que conocí hace muchos años, pescando truchas en el embalse de Eiras.
Aquel día en el que todavía era un chaval, un pescador se aproximaba hacia mí, pescando desde la orilla. Capturó tres truchas en muy poco tiempo, por lo que no pude evitar preguntarle por el señuelo en cuestión. Recuerdo cómo me mostró un Rapala color GFR de 5 cms. En ese preciso instante nació una buena relación entre nosotros, quizás porque entendíamos la pesca de una manera muy parecida.
El primer día de la temporada no faltábamos a la cita con las truchas. Alguna vez, dicha apertura coincidía con el día de nuestra onomástica (San José), lo cual no hacía que pescásemos más jejeje.
Otras veces coincidíamos en fines de semana posteriores, ya que éramos asiduos de este escenario.
Jornadas maratonianas en las que pasábamos horas aguantando frío, chaparrones, etc. mientras charlábamos de pesca.
En esas charlas me enteré de que a él le tocó vivir la pérdida de su hermano, cuyas cenizas reposan en dicho embalse.
Con los años, su presencia fue menor, ya que la población de peces disminuyó notablemente y tenía que conducir bastante tiempo, hasta llegar al lugar.
Así que fuimos cambiando el agua dulce por el mar. Además, nuestra afición por la creación de señuelos, nos emplazaba a quedar en su taller, de vez en cuando. Y así fue como en su día le dediqué una entrada en mi blog: http://nosolomosca.blogspot.com.es/2009/02/artesania-gallega-el-bolo-frances.html
Me hubiera gustado dedicarle otra entrada, por un motivo bien distinto, pero esta es mi forma de rendirle homenaje, pues se lo merece.
Desde este espacio, quiero trasladar mi más sentido pésame a familiares y amigos.
Y a tí Jose ... pues que sigas pescando allá donde estés.
En contraposición a esta pérdida, decir que la pesca me va brindando la posibilidad de conocer a nuevos amigos, que comparten esta misma pasión.
Y como anécdota, comentaros que estando en Coruña con Walter y David, pudimos saludar a otro apasionado de la pesca como es Carlos Redruello.
Un placer haber podido intecambiar unas palabras.