viernes, 27 de mayo de 2011

Un ejemplo para muchos: Walter "Tanero"

En la entrada número 100, he querido mostraros algo muy especial y como esta es la entrada número 200, pues la temática será la misma.En agosto del año pasado, había ido de pesca con mi amigo Luis para intentar sacar alguna dorada. El caso es que por alguna razón me puse a buscar información sobre esta especie y así encontré el blog de Walter: La pesca de la Dorada en el Atlántico y Cantábrico.

Me sorprendió mucho que en la cabecera del blog ponía "La pesca de la dorada en el Atlántico y Cantábrico", pues esta especie siempre la asocié más al Mediterráneo. Que conste que sé de sobra que en nuestras aguas también habitan, pues hace años también tuve la fortuna de pescarlas.

Navegando por el blog llegué a leer su historia, la cual me emocionó sobremanera, pues me siento algo identificado por Walter, pues yo pude perecer en un incendio cuando contaba con pocos años. De aquel incidente solo me quedó una amplia quemadura en una de mis piernas y en cuanto al aspecto psicológico, he de decir que lo olvidé pronto, pues por fortuna no acabó en tragedia.

Pero sin duda, coincidía con muchos otros lectores de su blog, en que el afán de superación que ha mostrado es digno de alabanza, pues otra gente tira la toalla o no se pone metas a largo plazo. Yo soy más de la opinión que hace más el que quiere, que el que puede.

De alguna manera, comenzamos a hablar a menudo sobre la pesca de la dorada y otros temas de la vida. Él tenía más que aceptado lo que le había ocurrido y por eso desbordaba naturalidad en todo momento. De hecho algunas anécdotas que me contaba, me parecían un tanto desproporcionadas, pero él se las tomaba con humor.
Un día, hablando de la superación humana, le mostré un vídeo que lo emocionó de manera notable.
Este es el vídeo:

Le comenté que el ejemplo de superación de Clay Dyer era el más grande que conocía, pero que ahora tenía uno similar más cerca de lo que creía.Y así fue como un día quedamos en Sada para conocernos. De allí nos fuimos a comer y comprobé que Walter hacía una vida totalmente normal (salvo en algún tema puntual).
Después me presentó a uno de sus compañeros de fatigas "El Tanerito" y con él nos fuimos a ver unas zonas para pescar sargos.
Y las muestras de superación siguieron llegando, hasta el punto que Walter me dijo que quería volver a pescar desde playa. Las playas en las que puede pescar son escasas, pero de todas formas el lo intenta.También se propuso que una revista le hiciera un reportaje y lo ha conseguido: Reportaje.

En una ocasión le dije que me quería comprar una cámara de fotos y me dijo que conocía un lugar donde me podrían hacer una buena oferta, así que me fui para allá.
Estuvimos un rato larguísimo hablando con el dependiente, hasta el punto que casi nos echan jejeje.
A continuación nos fuimos a comer a un bar y allí me mostró una fotografía anterior a su accidente. Durante el postre hablamos un buen rato con el dueño del bar. Tras la comida nos fuimos hasta su casa, para sacar a pasear a su perro.
Ese día me di cuenta de cual era la fuente de la energía positiva de Walter: La gente que le rodea.
Todos y cada uno de ellos le aporta un extra de motivación, pues el trato recibido es comparable al que sólo la familia te puede dar.En otra ocasión en la que habíamos quedado para pescar en la playa, Walter me presentó a su novia Iria "La tanera". Sin duda en ella tiene a una gran aliada, en especial por su comprensión en el momento en el que Walter se va de pesca.

Hace unos días fuimos de pesca juntos, a tentar a la dorada. Las jornadas fueron muy amenas, pero tengo que reconocer que acabé con las manos doloridas de preparar el cebo y en especial por el anzuelado de este. En mi interior pensaba: Y Walter lo hace durante horas y durante días seguidos.
¡¡Insólito!!
Por eso, cuando Walter me comentó que quería hacer un logotipo para su blog, no cabía otra respuesta que no fuera un rotundo sí. Y creo que cualquiera de sus lectores habituales haría lo mismo sin dudarlo.

Por otro lado decir que si yo me considero un fanático de la pesca, Walter creo que alcanza el grado de locura, pues con la creación del grupo de fishbook "la pesca de la dorada" da otro paso más en el maravilloso mundo de la pesca y no es otro que el de compartir sus conocimientos.

A día de hoy, nos une una buena amistad y por eso te digo: Gracias amigo, por la gran lección que me has dado.

** Aprovecho para comentaros que en fishbook existe el grupo "Bloggeros del Norte", en el que se pretende llevar a cabo un encuentro de gente que dispone de un blog de pesca o que simplemente tiene nuestra misma pasión. Uniros al grupo y entre todos haremos de este encuentro un gran encuentro de una gran hermandad **

jueves, 26 de mayo de 2011

En el tiempo muerto

Hace unos días, aproveché unas horas libres para pasar dos jornadas de pesca fugaces en dos tramos libres del mismo río.En la primera de ellas, fue mi hermano el que me acompañó, si bien él iba con la intención de probar unos señuelos que había comprado.
Cuando entramos en el río no había mucha actividad, pero a medida que avanzó la tarde, las truchas comenzaron a alimentarse en superficie.
Las truchas no eran de mucho porte pero eran de las de verdad, de las que no se entregan hasta que son arrancadas de su elemento.El sol ya comenzaba a desparecer tras los árboles de la ribera y los peces cobraban mayor actividad. En ese momento mi hermano insistió en que le dejara hacer unos lances, pero yo quería llegar hasta un puente cercano.
Una vez allí, con la imposibilidad de llegar a algunos peces, le pasé la caña a mi hermano, pues sabía que para él no entrañaría mayor problema.
Hace años mi hermano acudió a un curso de la Escuela de Pesca a Mosca "Baixo Miño" y de la mano de Manuel Iglesias, aprendió todo lo necesario para convertirse en un gran lanzador.
¡¡Y vaya si lo hizo!!
Me encanta observar cómo lanza y posa la mosca en el lugar preciso, a la espera de que suba la trucha a tomar la mosca.
La única pega es que a última hora de la tarde los peces ya no estaban por la labor y con este panorama no quedó otra que retirarnos del río.
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Y la semana pasada, me fui con Antonio a un tramo más alto, de aguas más movidas.
Encontrar el límite superior del coto, a partir de donde empezaríamos a pescar, no fue nada fácil, pero al final nos topamos con el cartel y allí comenzamos a pescar.La abundancia de bogas en algunas zonas llamaban la atención, pero entre ellas vagaban tranquilas algunas truchas.
Lo que más me gusta de este río es su configuración. Todo está en perfecta armonía.
Las orillas se transitan con bastante facilidad y entre alisos, abedules, robles, majuelos y alisos uno se va embriagando del ambiente único del lugar.Con el calor que hacía, no tardamos en meternos en el agua para paliar sus efectos.
Para mi sorpresa, nos encontramos con un pescador de cebo, que pasó desapercibido para nuestra vista, pues bajo los árboles existe una imponente cobertura de helechos de distintas especies.
Tras una breve charla, proseguimos con la pesca.Antonio fue el primero en estrenarse y poco después yo perdí una trucha en el transcurso de la lucha.
Aquí las truchas también son muy bravas y si en algún momento se pierde la tensión de la línea, estas se las arreglan para liberarse del anzuelo.En las zonas de aguas paradas, observé actividad en superficie y aunque llevaba material para montar un aparejo de mosca ahogada, opté por seguir con la cucharilla, pues de esta manera podríamos recorrer más río.Algunas bogas de buena tamaño se descolgaban en el fondo de los pozos y con sus destellos metálicos llamaban la atención del pescador.
Lo cierto es que aquí cumplen un cometido importante, pues con la presión de pesca que sufre este tramo libre, si no hubiera bogas, las truchas estarían casi extinguidas, ya que esta especie siente atracción por los cebos naturales que se les ofrecen a las truchas.Y en esta tabla me llevé otra sorpresa, pues miramos a otro pescador de cebo. Comento que es una sorpresa, pues a estas alturas de la temporada los pocos pescadores que vamos al río, lo hacemos los fines de semana, aunque hoy era una excepción jejeje.
Llegábamos a una zona que me gusta especialmente, pues otros años había capturado buenas truchas.
Para nuestra desdicha, el calor anima a la gente a pasar la tarde en el río y aquí nos encontramos a varios bañistas.
Con resignación, salimos del río y caminamos hacia arriba.En este lugar, tuve cinco picadas seguidas y no tuve forma de sacar ninguna trucha. Parecía estar maldito, pues no había forma de que se mantuvieran enganchadas el tiempo suficiente.
Nos sentamos un rato a descansar, pues el calor era inmenso.
Para mi sorpresa, localicé una pequeña anguila en una corriente. ¡¡Cuánto tiempo sin mirar una!!
Una vez recuperado el aliento, retomamos la actividad.Y de pronto parece que las truchas entraron en un frenesí alimenticio.
Antonio pescaba una y yo otra. Me llamó la atención que ocurriera esto con el día que hacía.Elevé la mirada y en el cielo no había nada especial. A veces, con el inicio de la lluvia o de una tormenta, pasan estas cosas, pero en este caso no supe a qué se debió este hecho.Seguíamos ascendiendo y el río se hacía aún más bello. Las cicutas comenzaban a reclamar su sitio en el lecho del río, cosa que aumentaba la dificultad en algunos lances.
Sin embargo, con este ingrediente, uno saborea aún más las capturas.La próxima generación de truchas se encuentran en pequeñas zonas de agua parada en la que consiguen llevarse a la boca algunos de los muchos macroinvertebrados que pueblan estas aguas.
Me alegra ver que a pesar de la presión de pesca de estos tramos, la supervivencia de la especie está garantizada.La única pega es que las truchas que iban saliendo eran de poco porte, pues aquí todavía está muy arraigado el "Catch & Cesta".
Le comenté a Antonio la necesidad de conseguir que en estos tramos hubiera truchas de más envergadura, ya fuera habilitando tramos sin muerte o vedando el río. Aunque está claro que la primera opción es la mejor, ya que con la segunda, muchos pescadores estarían aguardando la apertura de esos tramos para acudir en masa a hacerse con el mayor número de truchas.Y Antonio tuvo la suerte de capturar al rey del río en su estado más juvenil. Un pinto de salmón que no dudó en atacar la cucharilla en las corrientes.
Gracias a Dios, todavía hay esperanza para el salmón en este río, aunque creo que no se hace todo lo que se debería hacer.
Una vez finalizada la jornada, le mostré a Antonio un lugar en el que me gustaría ir a "riscar" en busca de los reos, pues en este río se capturan algunos de muy buena talla.

Cuando llegamos al coche, buscamos un lugar en el que hidratarnos, pues con el calor que padecimos, la pérdida fue importante. Y con una charla de pesca (cerveza en mano) quedamos para volver a pescar este río, pero en alguno de sus cotos.

martes, 24 de mayo de 2011

Más vale pájaro en mano ...

El domingo por la mañana salí de casa a la 5:30 am, pues había quedado con Rubén a las 6:30 am para ir a pescar al mar.
Con el reloj marcando las 6:50 am, decidí llamarlo por teléfono, pero no había forma de contactar con él.
Ya que estaba allí, busqué un lugar que dejase pescar, pues el mar estaba un poco bravo.Una vez junto a las rocas, me di cuenta de que la cosa estaba peor de lo que parecía. El oleaje de hasta dos metros no era nada alentador, pero intenté localizar un resquicio en el que poder lanzar el artificial.Después de varios minutos observando al mar y cambiando de zona, localicé un emplazamiento en el que podía hacer algunos lances, justo cuando el oleaje daba un respiro.Segundo lance y noto una picada. Consigo acercarla sin muchos problemas y la elevo hasta mi posición.
A pesar de que sobrepasaba la talla mínima legal, opté por liberarla a su medio, pues la jornada no había hecho más que comenzar.Cuarto lance y noto otra picada, esta a mucha distancia. Una vez recupero línea, no noto tensión, pero me di cuenta de que el pez navegaba hacia mi posición.
Esta la subí sin ningún problema, pero liberarla me llevó algo más de tiempo, pues no paraba quieta. Finalmente la sujeté y pude quitarle en anzuelo, para acto seguido echarla al mar.En los siguientes lances, los triples del señuelo portaban restos de un alga rojiza, así que me marché hacia otra zona. Pero no había manera de poder hacer un lance sin riesgo.La sucesión de olas era constante y estas llegaban íntegras hasta golpear las rocas sobre las que caminaba.
Observé hacia ambos lados y no miré a nadie.
Esta situación me animó a cambiar de lugar, pues estando sólo, un pequeño traspiés se puede traducir en un grave accidente.En el nuevo lugar ... más de lo mismo.
Podía hacer algunos lances aprovechando la calma, así que se subí a una roca y con los cinco sentidos puestos en el mar, me dispuse a retomar la pesca.
Miraba llegar las olas, escuchaba su estruendo al golpear las rocas, sentía el agua pulverizada en mi rostro a la vez que olía y saboreaba el ambiente yodado.El mismo lugar con un intervalo de un par de segundos.
El mar parecía decirme que me fuera a casa.
Aquí sólo me acompañaban mis pensamientos y estos sólo analizaban la situación en la que me encontraba.Busqué con paciencia otro lugar en el que poder probar fortuna. Un par de lances con restos de algas en los anzuelos ... y otra vez a ponerse a resguardo.El sol se elevó tras las montañas y la luminosidad abrazó las rocas y acarició el agua.
Una nueva sucesión de olas golpean la inerte roca y provocan unos tremendos borbotones espumosos de enorme pulcritud.
Después se hizo el silencio y el canto de un mirlo llamó mi atención.
Esta fue la señal que propició mi partida de aquel lugar.
No podía arriesgarme lo más mínimo en aquella situación.De camino al coche sentí cerca un fuerte hedor. Sobre un tapiz de suaves cantos rodados, yacía el cuerpo sin vida del que otrora surcó los cielos de esta costa.
Se trataba de un alcatraz adulto portador de una macabra mirada, pues sus cuencas oculares ya habían sido despojadas de sus moradores.
Lo único que le quedaba de vida, era el incesante movimiento de los gusanos que en su interior, estaban dando buena cuenta de él.

Me alejé del lugar echando un último vistazo al mar, prometiéndole que volveré cuando se haya calmado.

*Finalmente supe que Rubén se había quedado dormido, pues a su móvil se le había agotado la batería.

domingo, 22 de mayo de 2011

Objetivo: Dorada

Hace unos días pasé unas jornadas de pesca en busca de las doradas y por suerte he podido hacerlo en compañía de un verdadero maestro de esta modalidad.
Para los que no conocéis a Walter, aquí tenéis la dirección de su blog:
http://dorada-tanero.blogspot.com/

Una vez con todos los bártulos a punto, pusimos rumbo al pesquero y una vez allí, comencé a aprender muchas de las cosas que pasan desapercibidas para el pescador neófito en esta modalidad.
Una de las cosas que aprendí, fue el procedimiento para anzuelar el cangrejo y lo cierto es que no es tan sencillo como aparentemente pueda parecer.El segundo paso era preparar varios cangrejos y sus respectivos bajos, para simplificar las operaciones de sustitución del cebo.
Con esto nos ahorrábamos mucho tiempo, con lo que disponíamos de más oportunidades para engañar alguna cabezona.Durante la paciente espera charlamos sobre otros temas relacionados con la dorada.
Con cada frase me daba cuenta de que Walter ha adquirido un gran conocimiento de las costumbres de este espárido, lo que ayuda enormemente a la hora de afrontar una jornada de pesca.Y entonces llegó la primera picada. Walter me explicó todo lo que debía tener en cuenta a la hora de la clavada y lo cierto es que hay que ser muy cauto en esos momentos.
Por desgracia, la dorada es tan inteligente como mi compañero me había relatado otras veces y se las arregla para degustar un cangrejo, evitando en todo momento los anzuelos, como aquel que come pipas y tira las cáscaras.Aunque nosotros, que también somos inteligentes, saboreábamos unas cervezas frías mientras aguardábamos nuevas picadas.
A media tarde, Walter logró clavar una dorada. Ya estaba nervioso por la primera captura, pero esta logró liberarse durante la recuperación.Tuvimos varias picadas más, si bien las doradas lograban comer el cebo sin dar opción a clavarlas.
¡¡¡No me lo podía creer!!!
Le propuse a Walter anzuelar un cangrejo de una manera diferente, a lo que él accedió conocedor del resultado.
¡¡¡Serán ca ... las condenadas!!!
Si hace unos días me encontré con unos peces astutos en los ríos extremeños, ahora estaba frente a un adversario muy listo en la costa gallega.Para sobrellevar mejor esta derrota, me salió la vena humorística y le mostré a Walter cómo anzuelar una navaja en un bajo con un tándem de anzuelos.
No tiene misterio ninguno.
Se trata de introducir los anzuelos entre la ranura de las valvas jejeje.El segundo día fue más desapacible que el primero y la lluvia amenazaba con aparecer, aunque el sol daba señales de vida tras el plomizo velo de nubarrones.
Mientras escogía cangrejos, pude observar algo que las tanas hacen en ocasiones y no es otra cosa que demostrar que sus mandíbulas pueden ejercer una titánica presión. La suficiente para cerrar un anzuelo forjado de primera calidad.
¡¡¡Formidable!!!El viento seguía soplando y esto no nos permitía ver las picadas con nitidez, por lo que las doradas comían el cebo, pero no nos daban la opción de clavarlas.
Le pregunté a Walter qué se podía hacer en estos casos y él me comentó que con la caña en la mano, la posibilidad de detectar la picada era mayor.
Fue entonces cuando sujeté una de las cañas y me dispuse a esperar.
Dicho y hecho. Tras un rato aguardando la picada, Walter divisó la picada antes de que yo se lo dijera. Entonces él tomó la caña en la mano.
La dorada no dio señales de vida y tras varios minutos, volvió a picar.
Se trataba de un buen ejemplar. El momento de clavar no se presentó, por lo que la captura no se llevó a cabo.Mientras preparábamos más cangrejos, un robalo solitario apareció en la superficie, a escasos metros de la embarcación.
La pudimos observar deambulando un buen rato, antes de que desapareciera de nuestra vista.Por la tarde el viento no cesó y a pesar de contar con cebo fresco, no pudimos sentir la picada de ninguna dorada.
Tocó resignarse y aguardar a que el último intento nos deparase más fortuna.Pero en el último día, el viento volvió a salirse con la suya y se alió con las cabezonas, para que no lográsemos sacar alguna.
Un pescador que andaba por la zona logró capturar varias sepias de buen tamaño, por lo que deduzco que las doradas son más inteligentes que esos seres que tienen los pies en la cabeza, también conocidos como cefalópodos jejeje.

Al final me fui con una buena impresión pues cuanto más difícil es el adversario, más dulce es la victoria.
Eso sí, de los cangrejos me llevé un recuerdo desagradable, pues uno de ellos me provocó un doloroso corte en un dedo.
Agradezco a Walter el haberme brindado la oportunidad de capturar una dorada desde embarcación, si bien la climatología no nos ayudó en esta empresa. Y aunque en esta ocasión las doradas se salieron con la suya ... ya caerán.
También quiero agradecer al padre de Walter su hospitalidad.
Hasta pronto.

viernes, 20 de mayo de 2011

¿Por qué no acabamos con todo de una vez?

En realidad no me gusta tener que dar a conocer este tipo de noticias, pues mejor sería que no ocurriesen hechos de este tipo, pero la impotencia que siento, me ayuda a relataros los hechos.

El día 3 de este mes, recibo un e-mail de un lector del blog, diciéndome que han muerto muchas truchas en un embalse que suelo frecuentar.
Giro la cabeza y observo un calendario que tengo encima de la CPU del ordenador.
"3 de mayo. Martes"
Inmediatamente pienso lo que ha ocurrido: El lunes día 2 de mayo, que no se puede pescar en las aguas de pesca de salmónidos (como es el caso), han aprovechado para verter algún tipo de herbicida en el embalse, lo que garantiza que pasará desapercibido para la totalidad de los aficionados a la pesca.
Pero el martes 3 de Mayo (día hábil para la pesca) Juan José, que es como se llama el lector que me ha enviado las fotos, se acerca para pasar una jornada de pesca.
Lo que se encuentra es una serie de imágenes dantescas que yo ya he presenciado alguna vez, si bien la del Xallas se lleva la palma por la repercusión que ha tenido.En esta primera fotografía, se aprecia a un reo de ciclo cerrado, que padeció a causa de alguna sustancia dañina para los salmónidos.Y digo dañina para los salmónidos, pues los black bass no han tenido bajas aparentemente.
Los cadáveres de las truchas aparecieron en zonas resguardadas del viento, por lo que los cuerpos sin vida han quedado a la vista de todo aquel que estuviera en el lugar el día en cuestión.Agentes del SEPRONA recogieron la mayor parte de los salmónidos muertos, para su posterior análisis.Día 4 de mayo:
Juan José volvió por el embalse y aparentemente no murieron más truchas.
Este llamó al SEPRONA y estos le dijeron que Medio Ambiente se estaba ocupando del asunto.

El momento absurdo:
Juan José llama a Medio Ambiente y estos le dicen que es seguro seguir pescando y que se pueden llevar los peces que se pesquen, por lo que no van a avisar a nadie.
Juan José les pregunta si saben las causas de la muerte de los peces y estos le responden que no.

"Vamos a ver. No sabes por qué mueren unos peces y dices que la gente puede llevarse los peces sin problema, sean para el consumo o para hacer un pisapapeles"
¡¡¡Es que no me parece normal que digan esto!!!Se puede apreciar que los lugares son diferentes, por lo que la dosis se ha debido extender por toda la masa de agua.Lo más triste de estos hechos es que los pescadores que soltamos las piezas capturadas, vemos ahora que nuestro comportamiento ha sido inútil.
Y para los que habitualmente se llevan los peces, pues es un motivo para no renovar la licencia o para buscar nuevos destinos en los que pescar.Es decir: Con esto, hemos perdido todos.Las fotos muestran perfectamente el horror que ha reinado en las orillas, y que ha podido ser observado por cualquiera, pues el embalse también es visitado por excursiones de educación primaria, ciclistas, paseantes, senderistas, etc.Algunas truchas vagaban moribundas cuando Juan José tomó las fotos. Para esos ejemplares era sólo cuestión de tiempo que les llegara su hora.
El embalse estaba prácticamente a plena capacidad, pero a pesar de eso, la dosis ha sido letal.La rabia de ver un buen reproductor varado en la orilla, el cual no podrá continuar su estirpe, es una de las escenas más dramáticas para un pescador.Ahora es posible que repueblen las aguas con truchas traídas de otras zonas, para contentar a los pescadores y quitar hierro al asunto, pero esa no es forma de actuar.
Algunos de estos ejemplares portaban una genética única y aclimatada a estas condiciones, por lo que se partirá de cero en este aspecto.Espero que se pidan explicaciones a los culpables de estos hechos y que se evite cualquier intervención similar en el futuro, pues la solución no pasa por aniquilar los peces autóctonos de una determinada cuenca y luego repoblar con ejemplares de otra muy distinta.Espero que ante una situación así, todos actuemos como Juan José, pues la denuncia de este tipo de hechos, es la única vía para que los responsables de estas atrocidades paguen por sus actos.
De no hacerlo, los culpables seguirán con su rutina y nosotros tendremos que resignarnos en otro lugar.

Agradezco a Juan José el haberme dado permiso para publicar sus fotografías en este espacio.