Pues proseguimos haciendo nuevos documentales, para haceros llegar distintos escenarios de pesca, con modalidades variadas, de la mano de más pescadores.
En esta ocasión tocaba pescar luciopercas, por tierras de Castilla y León. Para ello conté con la ayuda de Adrián Hidalgo y de sus amigos Alfonso y Javi.
Tuve que pegarme una buena paliza de coche. Nada más y nada menos que 900 kms, entre ida y vuelta. El frío de la mañana y el calor de la tarde, no fueron un inconveniente para pescar, pues las ganas mitigaban sus efectos.
El embalse en el que se desarrolló la acción de pesca, presentaba un nivel un tanto bajo, para estas fechas, dado que este año está siendo bastante seco.
Después de llegar a la zona caliente, las picadas se fueron produciendo tímidamente.
Sin embargo, perdíamos señuelos a un ritmo vertiginoso. Esto no mermó nuestras ganas de sacar la primera pieza del día, y una vez se capturó, la jornada ya apuntaba maneras.
A lo largo de la mañana fue mejorando todo, por lo que hicimos una jornada memorable.
Tras la comida, llegó la entrevista, para luego despedirnos de nuestros amigos.
Por la tarde nos desplazamos hasta un lugar de interés y que a mí, particularmente me encantó, ya que me gusta mucho todo lo que tenga que ver con la naturaleza. En este caso eran las aves las protagonistas y después de ver buitres, sisones y algún milano durante la mañana, la tarde fue dedicada a las aves acuáticas y esteparias.
En la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila disfruté como un enano, por dos motivos. Una por la gran variedad de aves que pude observar y otra, porque las puertas de los observatorios, eran muy bajitas jejeje. De hecho en todas hay una señal de "Cuidado con la cabeza".
Nos despedimos de este lugar tan singular, con los últimos rayos de sol.
Fue una jornada maratoniana, pero mereció la pena pasar un día tan agradable en esta tierra.