martes, 25 de julio de 2017

Magnífico escenario

Hace unos días Luis y yo, planificamos una salida de pesca.
El caso es que la previsión no era muy buena, por lo que me fui hasta su casa y dejé que mi compañero decidiera.
 Al final nos fuimos hasta el río Miño, si bien yo iría de espectador, junto con Bulma
El día se iba aguantando sin llover, aunque con un viento bastante molesto para la pesca.
Nada más llegar, Luis se puso manos la la obra, ofreciendo las ninfas en aquellas zonas que parecían más prometedoras.
 No tardó demasiado en hacerse con una buena pintona.
Una de esas que alegran cualquier inicio de jornada, ya que se trataba de un ejemplar vigoroso.
 Poco después vi como la caña de mi compañero se arqueaba de manera violenta. En la distancia también observaba los chapoteos de un buen ejemplar. Se trataba de una pintona que superaba holgadamente el kilo de peso, por lo que Luis se acercó para mostrármela, antes de liberarla.
!! Magnífico ejemplar ¡¡
Bulma y yo nos íbamos desplazando a lo largo de la orilla, sin perder detalle de los pescadores que allí se encontraban.
Nuevamente, las ninfas de Luis se hicieron con otra trucha, que se fue al agua tras una breve contemplación.
Entrada la tarde, el viento arreció, por lo que no alargamos más la jornada.
Bien valió la pena la visita, ya que este se reveló como un escenario magnífico.

Y hoy, día de Santiago, monté una caña de lance ultraligero y me fui hasta el río, para ver de primera mano los efectos de la sequía de este año.
El panorama era desolador, ya que el río estaba agonizando por falta de agua. Las zonas soleadas estaban plagadas de vegetación, que no dejaban pescar con un mínimo de garantías.
A pesar de todo, pude engañar unas cuantas pintonas, que me alegraron la tarde, ya que el equipo ultraligero resulta muy atractivo en este tipo de condiciones.
Y tras muchos años, hoy me coincidió a ver una anguila en este río, justo cuando pisaba la vegetación que había sobre el cauce.
Como se puede apreciar, no había mucho donde probar fortuna.

sábado, 15 de julio de 2017

Los "macabíes" gallegos

El otro día recibo un correo de Josan, comunicándome que se encontraba en Galicia.
Como al día siguiente, tenía el día libre, allá me fui hasta la provincia de A Coruña a conocerlo.
Me hacía mucha ilusión, ya que sigo su blog con asiduidad, pues nos presenta muchas cosas interesantes, sobre pesca de agua dulce.
 El caso es que él creyó que no iba a ir hasta dónde se encontraba, por lo que se llevó una grata sorpresa.
 Como Josan se encontraba cerca de Aguiño, le propuse intentar pescar algún mújol a mosca, a lo que accedió gustoso.
 Lo llevé a una zona donde sabía que habría un buen número de mújoles o "macabíes del pobre", como se le llama en algunos lugares. Estos nos podían brindar una grata jornada o dejarnos con la miel en los labios, ya que no es un pez fácil de engañar, y más con las condiciones de viento que teníamos.
Tras mucho intentarlo, yo logré sacar a uno de estos torpedos, el cual me dio bastante guerra.
 Después fue mi compañero el que lo intentaría. Le costó lo suyo, pues el viento arreciaba por momentos, aunque al final se hizo con su ansiado trofeo.
La mala fortuna hizo que se fuera antes de posar para la foto oficial, pero el reto ya había sido conseguido.
 Estuvimos un rato más intentándolo, si bien los peces desaparecían cuando insistíamos mucho.
Esa era una buena prueba de que los mújoles no son peces fáciles, al menos para pescarlos con mosca.
Tras la comida en un restaurante cercano, intentamos sacar algún mújol en el puerto de Aguiño.
Lo intentamos a pesar del fuerte viento, aunque estos no estaban por la labor.
Probé con diferentes moscas, hasta que con un diminuto estrímer, clavé una pequeña lubinita, que se libró, después de que el 0,16 mm se rompiera tras la clavada.
  Por la tarde volvimos al escenario de la mañana. Era el turno de Josan.
Tenía la ensenada llena de mújoles.
Mientras lo grababa, llegó un señor con su coche. Del maletero sacó algo y se dirigió a la orilla. Se trataba de una atarraya (red plomada que se lanza sobre los peces). El caso es que el señor en cuestión lanzó la red y sacó una buena cantidad de mújoles. Tiró al agua algunos de los que había capturado y el resto se puso a eviscerarlos en la misma orilla.
Con su acción, los mújoles habían desaparecido, por lo que le dije a Josan de marcharnos a tomar una cerveza.
La charla en el bar fue muy amena y enriquecedora, por lo que desde este espacio, le agradezco a Josan la jornada que pasé en su compañía.
!!Espero que vuelvas pronto¡¡

lunes, 3 de julio de 2017

Madagascar : Más cosas

Esta entrada es una recopilación de lo que dio de sí el primer viaje a tierras africanas.
Para los que seguís este espacio desde tiempos recientes, os recomendaría echar un vistazo a estos dos enlaces : 

 La finalidad del viaje era la de pescar, a la vez que se grababa un documental de pesca.
 
Por razones climatológicas, en la primera expedición no pudimos llevar a cabo la acción de pesca, así que os contaré cómo fue el viaje.
 Lo más duro y que peor llevé sin duda, fueron los viajes en avión.
Ida: Santiago de Compostela - Barcelona / Barcelona - París / Paris - Antananarivo / Antananarivo - Nosy Be.
Vuelta: Nosy Be - Antananarivo / Antananarivo - Mauricio / Mauricio - Paris / Paris - Barcelona / Barcelona - Santiago de Compostela.
En el segundo viaje tuvimos una escala menos, lo cual se agradeció, y en lugar de Mauricio, pasamos por Reunión.
Viajar con el material de pesca fue un poco caótico, pues moverse con el bulto de las cañas por los aeropuertos, era una barbaridad, si bien al final lo logramos.
Las esperas con el calor no eran nada agradables, aunque se compensaban con las bellas vistas desde el avión.
Y de la comida del avión mejor no hablar, pues tanto desayunos, comidas o cenas eran en dosis infantiles. Menos mal que al no dormir, pude hacer muchos viajes para ir picando entre horas jejeje.
 Los hospedajes estuvieron geniales. Te podías encontrar cangrejos en los armarios, gecos en los cuadros y lámparas, ranas por las paredes, etc. Pero como yo también soy algo "bicho" nos llevamos genial jejeje.
Sólo nos importunaron algunos mosquitos, aunque íbamos tranquilos con el medicamento contra la malaria. Lo malo de este, eran los efectos adversos, que te hacían visitar el baño jejeje.
 La comida en los hoteles era exquisita. Mención de honor para la carne de cebú. Walter y yo comíamos las hamburguesas de cebú de 2 en 2. Creo que mermamos la población de cebúes, porque todos los días la consumíamos. 
Los desayunos y los postres eran de lo mejor para mí jejeje. Comí más fruta que un mono, porque las había muy variadas y deliciosas.
En alguna ocasión, había alguna confusión con los camareros, a la hora de traer la comida. Pero no había problema, pues allí estaba yo para comer lo que habían traído de más jejeje.
Unos de los días nos fuimos hasta la reserva de Lokobe. Un lugar al que tuvimos que acceder con unas rudimentarias embarcaciones, por lo que Walter no pudo acompañarnos, ya que había que embarcar en medio del mar, después de caminar por una zona de manglares. 
Fue una travesía bastante larga, en la que aporté mi granito de arena, remando con los guías.
Cuando estábamos a punto de desembarcar, pensé en que habíamos llegado a la isla de Jurassic Park jejeje.
Rafa, uno de los cámaras, se quedó sorprendido, cuando el guía le sacó de encima un escorpión sin apenas inmutarse.
Allí pudimos observar al camaleón enano, camaleones pantera, lémures, ranas, uroplatos, arañas y varias especies de boas. Entre ellas una enorme de unos 3 metros, que si te despistabas, te podía dar un buen susto.
Armand, nuestro guía, se encargó de mostrarnos todo aquello, sin que perdiésemos detalle.
En otras jornadas, visitamos un árbol sagrado de más de 200 años, en el cual hice una ofrenda, para que el viaje de pesca saliera bien. Allí nos engalanaron, para poder acceder al recinto, aunque fui yo el que lo hizo, ya que debía hacerse descalzo.
También visitamos el mercado de Hellville, donde admiramos la gran cantidad de productos, que las gentes del lugar obtienen del entorno.
Hür se animó a probar el khat, que es una planta que se masca y que viene siendo el equivalente africano de la coca.
No muy lejos, nos acercamos para contemplar una pelea de gallos, pues es algo que allí estaba muy arraigado, si bien la idea no me había entusiasmado.
Me gustó mucho más la visita a una fábrica donde procesaban las flores de Ylang Ylang, para obtener un aceite que se usa en los perfumes más caros, entre ellos el Chanel Nº5. Y es que la isla de Nosy Be se conoce como la isla del perfume.
Tuvimos otra excursión al parque Tonga Soa, donde admiramos a muchas especies de lémures, cocodrilos, camaleones, etc.
Sin duda, lo que más nos llamó la atención fueron los cocodrilos y unas enormes tortugas de más de 100 años de edad.
Y como yo soy un apasionado de la fruta y las especies botánicas, pues disfruté mucho al observar el árbol del cacao, los mangos, tamarindos, plataneros, el corossol (que estaba de vicio), el árbol del pan, la vainilla, los baobab y la ravenala madagascariensis.

A pesar de no tener opción de pescar, fue una magnífica ocasión para conocer otra cultura y una zona bioclimática, muy diferente a la nuestra.
Agradecer a Karan el haberme permitido ser parte de este proyecto, pues es algo que no olvidaré jamás.