martes, 30 de abril de 2019

Nuevos estrenos en Abril y Mayo

Pues ya toca empezar a ver la nueva hornada de documentales.
Como siempre, espero que sean de vuestro agrado.
Ahora sólo queda pensar en los nuevos retos, que irán llegando a lo largo del año.
 El primero en estrenarse este 2019, es el que se llevó a cabo en Ponferrada. Una jornada de pesca en compañía de Óscar, por tierras leonesas, tras sus bellas truchas.
Y en mayo ... Jigging cerquita de casa.
En compañía de mi amigo Juan, saldríamos de Vigo, en dirección a varios puntos de la costa. El resultado lo podréis ver muy pronto.
Aquí están los próximos pases.
Como he dicho antes ... espero que os gusten. Ah, y se aceptan críticas jejeje.

miércoles, 24 de abril de 2019

Buscando oro

En esta ocasión me fui con Dani a la búsqueda de un oro que los romanos se dejaron atrás cuando se marcharon de estas tierras. Hace siglos, el imperio fue extrayendo este preciado metal del valle del río Sil. Seguro que por aquel entonces sólo se preocupaban de sacar la mayor cantidad del dorado material, dejando tranquilos a otros tesoros.
 Comenzamos la jornada en una zona de fácil acceso, donde sólo había que preocuparse de no resbalar, ya que el agua y las rocas, se encargan de pulir las orillas, convirtiéndose estas en un peligro.
En los primeros lances de la jornada, clavé una trucha que no tardó en liberarse del anzuelo, tras revolverse en la superficie del agua.
Esto me animó mucho, aunque Dani me comentó que no suele tener jornadas de muchas capturas en cantidad, pero sí en calidad.
 El sol iba ganando altura en el horizonte, calentando nuestros cuerpos, un poco tocados por el frío matinal.
Buscábamos las truchas en las zonas más prometedoras, de manera que no quedasen muchos puntos por inspeccionar.
 Caminando un buen trecho, llegamos a Montefurado, un lugar donde los romanos desviaron el cauce del río Sil, para dedicarse a la extracción de oro. 
Mediante la técnica de ruina montium, consiguieron un túnel de varias decenas de metros, dejando en seco un meandro del río Sil, en el que presumiblemente se depositaba mucho oro.
Hace algunos años, a causa de una gran crecida, parte del túnel se derrumbó.
La visita al lugar es muy recomendable, ya que en el pueblo del mismo nombre, hay unas pequeñas médulas que quedaron, después de la estancia romana.
 Acercándome al túnel creía haber encontrado oro, aunque al mirarlo de cerca, me parecieron cristales de pirita jejeje.
Proseguimos con la búsqueda del oro, en forma de pintonas, ya que teníamos mucho río por delante.
 Dani capturaba esta bonita trucha a media mañana, lo cual me alegraba mucho. Después de la foto se fue de vuelta al agua.
Tenía una librea muy particular, y a mediodía pudimos comprobar que esta trucha ya la había capturado Dani el año pasado.
Llegaba la hora de comer, así que nos fuimos a reponer fuerzas con una buena tapa de pulpo y unos callos.
 Ya por la tarde nos acercamos a otra zona de grandes corrientes donde la pesca se tornaba un tanto incómoda.
A los pocos minutos mi señuelo se paró en seco y una enorme cola golpeó la superficie del agua. Era un truchón de los que hacen temblar las piernas y que por desgracia se liberó en los primeros segundos. Dani se lamentaba más que yo mismo, aunque con el paso del tiempo, yo también me lamenté pues a buen seguro hubiera sido mi récord de trucha.
 Cambiamos una vez más, tocando una zona más calmada del río. Se percibía algo de actividad, aunque no sería fácil engañar a alguna pintona.
Dani tuvo alguna persecución, pero se quedaron en eso.
Ya no quedaba mucho para marcharse, así que aprovechamos los últimos lances, por una zona no apta para alérgicos.
El suelo parecía estar nevado, pero se trataba de los restos de la floración de los chopos de la orilla.
La jornada finalizó en una zona muy prometedora, en la que insistimos bastante, aunque sin resultado.
Volvimos al punto de partida para tomar una cerveza y repasar la jornada, donde ya quedamos para repetir muy pronto, ya que hay mucho oro que tocar.