Una vez en Bayona nos fuimos a tomar un café para calentar motores y acto seguido a buscar una zona propicia para comenzar la pesca.
Con poca luz todavía, nos detuvimos en varios puntos para observar el estado del mar y finalmente nos decantamos por una zona en la que teníamos diferentes configuraciones.Comenzamos en una ensenada desde la que podíamos pescar con cierta comodidad, pero no hubo respuesta alguna por parte de los moradores marinos.
A continuación descartamos un lugar donde enormes olas rompían con fuerza devastadora y nos dirigimos a otra ensenada.
Por el camino divisamos algunos mújoles atrapados en las charcas que se forman con la bajamar. Estos son ideales para la pesca con cebo vivo, pero ahora tocaba spinning.Probamos suerte en la nueva ubicación, pero sin perder de vista a las incipientes olas que se perciben en la lejanía.
Una serie de olas nos hace salir a toda prisa del lugar y como máximos daños recibimos una leve mojadura.
Seguimos probando un poco más, insistiendo en las zonas más prometedoras.
Una nueva serie de olas se acerca, nos damos la vuelta para ponernos a resguardo, pero la espuma no nos deja ver donde pisamos y debemos aguardar un eterno segundo para ver la roca. Víctor se cae y raudo acudo a levantarlo. !!!Ahora ya es demasiado tarde¡¡¡ La ola me hace levitar sobre ella unas décimas de segundo, perdiendo todo contacto con algo firme, pero como una exhalación logro sujetarme a una roca con la mano libre. Giro la cabeza y contemplo con horror como mi compañero es arrastrado por una enorme masa de agua y yace flotando a merced de ella, pero al igual que yo logra tocar la roca del fondo y logra evitar que el mar lo lleve a una zona de mayor riesgo. Ambos nos ponemos a salvo a una distancia prudencial. Por suerte a Víctor no le entró agua en el vadeador. Se saca la chaqueta totalmente empapada y trata infructuosamente de encender un cigarrillo para tranquilizarse, pues el paquete se le había mojado también. Mi compañero está temblando, pero no de frío. Y yo respiro aliviado porque el desenlace no ha sido funesto.
Abandonamos el lugar con ritmo pausado y ponemos rumbo a una zona más calmada, desde la que poder afrontar el tiempo restante sin ningún sobresalto.Con las pulsaciones y la respiración normalizadas, retomamos la pesca.
El cielo sigue echándonos una mano, pues logra retener a la lluvia y no deja que el astro rey haga acto de presencia.Sin embargo comienza a soplar un viento muy frío, que obliga a taparnos algo más. Las manos comienzan a padecer por la humedad y la gélida corriente de aire.
Cambiamos una vez más de lugar y nos resguardamos del viento en una ensenada.
Contemplamos como una lubina sale de dicho lugar, donde presumiblemente ha dado caza a alguno de los alborotados mújoles que navegaban en las zonas más someras.
Pero no hubo fortuna y decidimos poner rumbo hacia los coches, haciendo algún que otro lance.
De vuelta nos encontramos a Antonio, que acababa de llegar a la zona. Esto hizo que me decantase por probar algún tiempo más, antes de irme a comer.
Después de despedirnos de Víctor, nos desplazamos hacia un lugar que ahora se encontraría con más agua y que con un poco de suerte nos podría proporcionar alguna captura.
Fue Antonio quién tuvo una buena picada a su chivo, pero por desgracia no se produjo el desenlace esperado.
De vuelta a los coches, le mostré a Antonio un pequeño mújol que capturé en una charca y le comenté las virtudes de este cebo, con respecto a otros utilizados para el mismo fin.Ya por la tarde, cambiamos de escenario y pusimos rumbo al norte. En esta ocasión, Antonio, Berto y yo, nos desplazamos hasta una zona de difícil acceso.
El objetivo era sacar alguna pieza, aunque últimamente no hay noticias alentadoras sobre las lubinas. Sin embargo los sargos parece ser que están saliendo en cantidad y calidad.
Después de una bajada sin ningún percance, fuimos tomando posiciones en las rocas.
Antonio optaba por el chivo, pues el mar estaba un poco pasado, mientras yo probaba un minnow que trabaja en una capa de agua más profunda.El mar aquí nos mostraba diferentes caras. Unas muy halagüeñas y otras que invitaban a dejar de lanzar para poner los cinco sentidos en lo que ocurría a nuestro alrededor.Estaba yo lanzando en un canal, mientras Berto hacía lo propio desde una atalaya un tanto expuesta a las olas.
De repente, percibo una expresión que viaja por el aire hasta mí. Es mi compañero que exclama: -!!Me cago en D...¡¡
Súbitamente una ola golpea con violencia, provocando un gran estruendo. Mientras Berto se agazapa, una enorme cantidad de líquido lechoso pulverizado se precipita sobre su espalda.
A continuación el exceso de agua se retira hacia el mar, momento que aprovechó él para ponerse en una zona más elevada.El arcoiris anunciaba la llegada de la lluvia, aunque esta se mostró tímida y cesó al cabo de un rato.
Buscamos con ahínco una captura, pero seguía sin aparecer.
En el canal en el que me encontraba pescando, percibí una silueta de lo que podría ser un sargo persiguiendo mi artificial, pues vino y desapareció de manera fugaz.El sol nos comunicaba que ya no quedaba mucho tiempo de luz, por lo que apuramos los últimos lances.
De todas formas habíamos sido precavidos y portábamos con nosotros unas linternas, ya que una subida a ciegas por aquí, es una temeridad.Con la derrota más que asumida, comenzamos el dificultoso ascenso.
La luna marcaba la dirección a seguir, pero era la luz artificial de nuestras linternas, la que guiaba nuestros pasos.
Bastó una pausa para hacer el recorrido completo y una vez junto a los coches, pudimos dar por concluida la jornada. Por suerte para nosotros, sin ningún percance, pues el susto matinal ya fue más que suficiente.
Jolin tiaco!! Que bien escribes!!
ResponderEliminarPropongo para la próxima, salida en barco.
Ya será tras las fiestas.
Estamos en contacto....
Jolin tiaco!!! Que bien escribes!!!
ResponderEliminarPropongo para la próxima una salidita en barco...
Menudo susto el de tu compañero... y una pena no sacar nada con todo el día intentándolo, otra vez será.
ResponderEliminarSaludos y felices fiestas.
Uy Antonio, no escribas esas cosas que me ruborizo jejeje
ResponderEliminarCon tiempo todo se prepara.
Como siempre se dice Efrén, una cosa es contarlo y otra vivirlo. Creo que ahora entiendo el porqué de la seguridad de los pescadores japoneses de mar, con sus chalecos y algunos hasta con casco.
Felices fiestas para todos y cuidado con el turrón.
A pesca de spinning tem destes riscos.Muito cuidado, muito cuidado, em Portugal é o desporto que mais mata, a pesca desportiva infelizmente. Ainda há duas semanas morreram mais dois no sul de Portugal. Já pesco há quarenta anos e agora só pesco por aí na Galiza sargos ao corcho. Quando levo uns companheiros mesmo veteranos como eu, não arrisco e não os deixo pescar comigo.O mar de fundo é muito perigoso, o seu companheiro teve a melhor prenda da vida dele!!!A sua vida!!!
ResponderEliminarCumprimentos
António
Vaya susto Jose, pero el buen robalito requiere algo de riesgo, tuvisteis mucha suerte los dos.
ResponderEliminarSaludiños
Hola Jose;
ResponderEliminarPues me da a mi que va a ser la tónica de este invierno, muchas salidas y poca pesca.
Cuidado con este tiempo deja el mar algo nervioso y acercan olas imprevista que nos pueden dar algún que otro susto, por cierto, me alegro que todo quedara en eso, un susto.
Un saludo.
Qué tal Jose! Vaya susto tuvisteis que llevaros; no quiero ni pensar lo que podría haber pasado..Me alegro mucho de que todo quedara ahí, pero tened cuidado.
ResponderEliminarSois incansables; sinceramente os admiro por vuestra constancia, aun a pesar de ni siquiera tener apenas picadas, seguís intentándolo hasta que os quedais sin sol.
Espero que pases unas felices fiestas y que el año que viene te dejes caer por tierras sureñas y nos conozcamos.
Un abrazo
Me dan escalafrios solo pensar en el tremendo susto que pasasteis a ala vez que me alegra que solo se ha tratado de de eso, un susto y que lo podais contar a la vez que tomeis buena nota para que no os vuelva a ocurrir un hecho como este ni de lejos.
ResponderEliminarUn saludo, Juan (jalaico)
Después de una jornada tan larga de pesca ,no hubo resultados que uno esperaba. pero en vuestro caso es salir bien parados por lo que le pasó a tu compañero que pudo haber sido mucho peor, estamos en la época de capaotazos, pero para todos.Un saludo y FELIZ NAVIDAD y para todos tus seguidores
ResponderEliminarNo voy ha hacer referencia a la entrada que me parece perfecta, he podido seguir entrada por entrada tu blog durante el último año, no suelo leer blogs que no se centren en la pesca a mosca, pero sinceramente solo con ver las fotografías de los escenarios donde pescais me resultan muy gratificantes, espero que este año sigas compartiendo con nosotros tus salidas de pesca, Feliz Navidad "gallego".
ResponderEliminarjoder tio, tened cuidado que la cosa no esta para tirar cohetes, sobre todo con los temporales que estais teniendo...
ResponderEliminarMe alegro que no pasara nada al final.
Espero que vaya todo bien por Galicia, te escribo ahora desde la nevada Polonia! Que por cierto, aqui le dan al siluro en el Vistula!
Un abrazo muy fuerte!
Alex
Hno. de los anzuelos, Jose:
ResponderEliminarPuede ser que...se educa por teoría, práctica o "rigor" del Educador...
No han hecho caso a las dos primeras, y vuestro Educador...Natura, "entendió" requería de ejercer algo de lo último...¿Ojalá! aprendan,...hay ojitos que en casa esperan siempre el regreso del pescador, téngalo en cuenta antes de dar un "paso de pescador" más allá de lo debido...es mejor emocionar por lo que uno hizo, que "impactar" por lo que uno fué capaz de hacer. Con infinito cariño por el aprecio sin límite que os tengo.
Por lo demás...¡Felicitaciones!.
¡Felices Fiestas!.
Un abrazo y,...
Un afectuoso sapukay.-