jueves, 25 de diciembre de 2008

Visitando ríos, embalses y costa (2)

En esta segunda jornada, Nino y yo nos dispusimos a visitar la zona media del río Eume. Esta zona es de difícil acceso, a no ser que se disponga de un coche todoterreno para poder alcanzar las partes más profundas de los valles horadados por diversos ríos y arroyos desde el comienzo de los tiempos.Tras ir preguntando a las gentes del lugar, llegamos al punto donde desemboca un tributario del río Eume. Antes de llegar a este punto, pasamos un mal trago tras haber bajado por un lugar erróneo , hasta alcanzar una zona de captación de agua, en la que dar la vuelta se convirtió en una odisea.Las aguas turquesa de este afluente, de cuyo nombre no me acuerdo, terminan aquí su recorrido para unirse al majestuoso Eume.El Eume, con sus orillas en estado de reposo, muestra un aspecto más melancólico, pero con su encanto en forma de manto de hojas caídas, frutos invernales, árboles desnudos y un sinfín de matices propios del momento.En el ascenso, la mirada no puede dejar de observar el color cobrizo de las hojas que todavía se resisten a tocar el suelo. El verde de los laureles y las hiedras resaltan en el entorno, demostrando que la llegada del invierno no afecta a todos por igual.
Una vez en la carretera, llegamos al puente que hay junto a la central eléctrica. Desde aquí se puede apreciar la majestuosidad de este río de frías aguas que baja erosionando al pétreo cauce y va modelando a su antojo las riveras.Desde el puente acertamos a mirar lo que creíamos que era la silueta de un gran reo. La distancia no nos permitió saber más, pero preferíamos creer que si lo era. De aquí emprendimos el camino hacia el embalse que está situado unos kilómetros más arriba de donde nos encontrábamos.
En este valle de roca se asienta uno de los embalses del río Eume. Este es el punto más alejado del mar al que los reos pueden acceder en su migración anual. Es por ello que desde el puente que hay más abajo hasta aquí, el tramo está vedado. Esto permite que año tras año el Eume registre una buena población de este salmónido migratorio.Con el embalse al límite de su capacidad, los aliviaderos crean una cortina de agua que golpea con gran estruendo el lecho del río. La gran altura del muro hace que en verano, cuando la presa suelta agua de la parte baja del embalse, el agua discurra con una temperatura muy baja. Es por ello recomendable vadearlo, en las zonas que lo permita, con vadeador de neopreno o uno transpirable usado junto con un forro polar.La vista del embalse se pierde en el horizonte, ya que las aguas embalsadas alcanzan los 13 kilómetros. Las orillas en esta zona son intransitables por lo que la pesca se hace muy difícil.De vuelta a casa pasamos junto a la central térmica de As Pontes. Esta central, la más potente de las centrales térmicas de España, cuenta con esta chimenea de 357 metros (33cm más alta que la torre Eiffel), 36.5 metros de diámetro en la base, 19 metros en la parte superior y 88.200 toneladas de peso.
Al mismo tiempo es una de las construcciones más contaminantes de Europa.
Noticia
Mirando junto a las chimeneas que expulsan el vapor de agua, apreciamos parte del almacén de carbón.
Este almacén fue en su momento la estructura sin apoyos, más grande de Europa.
Mide casi 600 metros de largo por 170 de ancho. Bajo su cubierta se podrían construir varios campos de fútbol.
Y desde este lugar, donde fotografié la chimenea y el almacén, pude observar una de las maravillas de la maquinaria moderna.
La gigantesca excavadora de noria de la marca Krupp. En este lugar había 6 ó 7.
Se trata de la máquina terrestre autopropulsada más grande del mundo.
Sus cifras:
Mide 95 metros de alto y 215 de largo (como dos campos de fútbol).
Pesa más de 45.000 toneladas
Se han necesitado 5 años para su diseño y construcción, y otros tantos para su montaje, costando 100 millones de dólares.
Puede excavar a una velocidad máxima de 10 metros por minuto.
Puede mover unos 76.000 metros cúbicos de carbón, piedra y arena cada día.
Más fotos de la Krupp.
Y antes de marcharnos para casa, queríamos mirar el río Chamoselo (afluente del río Eume) ,
que este verano fue protagonista por provocar la muerte de muchos reos en el Eume.

"CATÁSTROFE DEL EUME"
Vídeo
Este era el aspecto que tenía el río Chamoselo. La verdad es que no se ha avanzado mucho en lo que respecta a solucionar este problema. De continuar así, estoy seguro que el año que viene volveremos a ver a los reos agonizando en el Eume.

martes, 23 de diciembre de 2008

Visitando ríos, embalses y costa (1)

Este fin de semana me he ido con Nino a visitar a los que serán algunos de los escenarios de pesca de la próxima temporada.
Aprovechamos esta primera salida para echar un vistazo a algunos lugares conocidos y para descubrir otros nuevos.De camino hacia nuestro destino pasamos por la localidad de Pontedeume, en donde desemboca el que está considerado mejor río para pescar reos de toda Galicia. Este año dicho "galardón" se ha visto empañado por una catástrofe ocurrida en un afluente del Eume.En la villa marinera de Mugardos, Nino me recomendó que probase el pulpo preparado "a la mugardesa". Lo cierto es que esta preparación no tiene nada que envidiar al "pulpo á feira".
La bocana de la ría de Ferrol es dragada a menudo por este tipo de embarcaciones, que no se miran por las rías bajas.Bordeando la costa llegamos a las orillas del río Xubia, con su nueva escala, situada en la "Presa do rei", funcionando mejor que la anterior. Los reos más grandes de Galicia ya pueden acceder a la parte media del río, que antes les estaba vetada.Este obstáculo infranqueable, pasa a ser un mal recuerdo para los reos que año tras año, se quedaban a la espera de que las lluvias le aportasen la suficiente agua para ascender.
Vídeos de reos remontando la presa
Al atardecer llegamos al embalse das Forcadas, importante embalse truchero de la provincia de A Coruña.
En sus aguas se permitía la pesca con redes hasta no hace mucho tiempo, debido a la abundancia del salmónido. Las familias que se dedicaban a este tipo de pesca han tenido que reconvertir sus prácticas, tras la prohibición de la venta de los salmónidos.
La actividad en la superficie iba en aumento con la pérdida de luz y este momento fue el que marcaba la salida hacia el punto final.
De camino hacia Cedeira pudimos admirar la caída de la noche sobre la zona de Valdoviño. Impresionantes las vistas de la laguna de A Frouxeira junto al mar.
Ya de noche llegamos al pueblo marinero de Cedeira, donde las últimas horas del día son aprovechadas para reparar los aparejos que horas después se echarán al mar para sacar el pescado, que sustenta la economía del lugar.

Una vez de vuelta en casa, rememoramos la jornada y nos dedicamos a exponer anécdotas y temas de pesca. Con el reloj marcando las 6:30 am, nos fuimos a dormir, puesto que en unas horas se iniciaría el segundo viaje, que nos llevaría a contemplar la Galicia mejor conservada y la que se encuentra en el extremo más opuesto ...