viernes, 10 de diciembre de 2010

Robalo en el último suspiro

Después de varias semanas con temporales de viento, lluvia y nieve, por fin pude salir de pesca con unos compañeros.
Después de que Víctor hiciera las presentaciones (pues a Berto y a Antonio no los conocía), pusimos rumbo a la zona de pesca elegida.Una vez en la zona de Ribeira y tras tomar el café mañanero, nos desplazamos a la zona escogida.
Allí nos encontramos con un mar un tanto desapacible, pero pueden más las ganas de pescar que las caras que pueda poner el tiempo.
Antonio comenzó en una zona de rocas donde tuvo una picada con el chivo, pero la lubina consiguió soltarse del plomizo engaño.
Víctor y Berto comenzaron a prospectar la zona de la playa, mientras yo ultimaba mis lances en la zona de rocas.
La sucesión de olas era un disfrute para los ojos y mientras caminaba por la orilla, me detenía para tomar algunas instantáneas.
La playa en cuestión está enclavada en el parque Natural "Dunas de Corrubedo" y por eso un solo vistazo bastaba para pescar sosegadamente, en tan magnífico entorno.
Tras muchos lances infructuosos, decidí alcanzar a los dos compañeros que divisaba en la lejanía.
Una caminata de 15 minutos por la playa de fina arena, bastó para alcanzarlos.
Ambos compañeros se encontraban sobre unas rocas tapizadas por colonias de mejillones y de gusanos tubícolas.
No habían sentido la presencia de las lubinas, a pesar de que habían probado con diferentes señuelos.
Al cabo de un rato, Berto estaba peleando con una pequeña lubina, que había sido engañada con un pez artificial de buen tamaño.
La lubina siguió su camino después de que nuestro compañero la hubiera liberado del anzuelo.
Con dificultad, atravesamos una corriente de agua dulce y así logramos alcanzar un promontorio de rocas desde el que seguir pescando.
El mar aquí estaba un poco pasado, pero la lubina puede sorprendernos en las zonas menos esperadas.
Las sucesiones de olas cobraron mayor violencia con el inicio de la pleamar, pero a pesar de todo fuimos probando con distintos señuelos.
Ni chivos, ni minnows dieron resultado alguno, por lo que decidimos hacer algunos lances más, antes de volver a la zona inicial donde Antonio se encontraba.
Víctor no desistía en su afán por hacerse con una lubina en esta zona ...
... mientras Berto hacía lo propio cerca de allí.
Este es el curso de agua dulce cuya travesía fue dificultosa debido a la corriente y a que la arena estaba blanda, lo que provocaba el hundimiento de nuestras extremidades inferiores.
Tanto en la ida como en la vuelta, fue necesario hacer un pequeño descanso en medio de la corriente.
Dejamos atrás la masa pétrea, para ir vareando por la orilla, de camino al punto de partida.
No teníamos noticias de Antonio y queríamos saber si había tenido más suerte que nosotros.
Al fondo, donde termina la ondulante superficie arenosa, se divisa la duna móvil de Corrubedo, que es uno de los atractivos del lugar, junto con dos lagunas.
El sol que comenzó a asomar tímidamente entre las nubes, desplegaba ahora todo su fulgor y nos transmitía una sensación de cálido bienestar. Algo de agradecer, pues la previsión era que el viento soplaría del norte por la tarde.
Una vez nos reunimos con Antonio y tras unos lances más, decidimos ir a mirar unos lugares en los que pescar por la tarde y acto seguido irnos a comer.
Junto al faro, el mar estaba bastante bueno. Quizás válido para pescar sargos con boya, pero en ese momento tocaba irse a comer para reponer fuerzas y afrontar con garantías la tarde.
Por la tarde y tras una larga búsqueda, comenzamos a pescar en una zona de grandes rocas. El mar golpeaba con fuerza y había que andar con cuidado.
Probamos con los chivos en las zonas que aparentemente podía dar algún pez, pero no hubo suerte.
El estruendo de algunas olas rompiendo era ensordecedor y el viento fuerte nos animaba a caminar con cautela.
Víctor y yo nos dirigimos a una ensenada mientras Antonio y Berto se quedaban en la misma zona.
Tras una picada fallida por parte de Víctor y otra mía, mi compañero se percató de que en la ensenada había un gran número de mújoles.
!!Quién me diera un equipo de mosca en ese momento¡¡
Le comenté a Víctor que con un pequeño grub de vinilo podíamos capturar alguno. Y efectivamente pude capturar sendas lisas doradas y un mújol común, que me brindaron una bonita lucha.
Por su parte, Berto capturó una bonita lubina.
Cambiamos una vez más de lugar y nos dirigimos nuevamente al arenal.
El sol comenzaba su "descenso" y nosotros aprovecharíamos el cambio de luces para hacer los últimos lances de la jornada.
Descendimos por la pendiente, poniendo rumbo hacia la orilla y en mi cabeza se repetía la idea de que había que capturar una buena pieza en un lugar tan fantástico.
Una breve caminata y ya estábamos listos para el último asalto.
En esta zona, la pendiente de la playa era más pronunciada y la resaca de las olas era algo a tener en cuenta si queríamos evitar un susto.
Víctor divisó a Berto con su caña arqueada y la curvatura de esta indicó que el ejemplar que había al otro lado de la línea, era de buen porte.
Tras un duro combate, la fortuna se decantó del lado del pescador y nuestro compañero puso en seco al serránido.
La tensión del momento comenzaba a digerirse y el pescador posaba satisfecho ahora con el codiciado robalo.
Este momento culminada toda una jornada de búsqueda en este paradisiaco entorno.
Como disponíamos de unos minutos antes de que la oscuridad hiciera acto de presencia, apuramos los últimos lances sobre un mar muy desapacible.
No hubo respuesta alguna por parte de los hijos de Neptuno, por lo que ya sólo quedaba desmontar los equipos y poner rumbo al coche.


12 comentarios:

  1. Gracias por este fantástico post en el que describes perfectamente la jornada en Corrubedo.Pena que las Labrax tuviesen poca actividad ese día, pero todo no puede ser. Fue un placer conoceros, me lo he pasado muy bien y he aprendido un montón, así que ya sabéis que podéis contar conmigo para lo que queráis...

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  2. Las lubinas no nos lo pusieron fácil, pero esa es la única "pega" que se le puede poner a tan magnífico día.
    El poder compartir una jornada con vosotros ha sido una gran recompensa, si tengo en cuenta que ya hacía varias semanas que no me enfundaba el vadeador.
    Saludos Antonio.

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  3. Bonitos escenarios en los que pescar, yo hace 4 años lo intente con la mosca en el mar de Foz y llegue a sacar una lubina medianeta y me pico una aguja pero no salió, ¿lo sueles intentar con mosca?.

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  4. Todavía no Carlos, pero dame tiempo.
    Comenzaré con las especies más fáciles y luego pasaremos a por las lubinas.
    Saludos.

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  5. La verdad es que es complicado y bastante cansado estar horas y horas con el lance y ademas si hay viento pues ya ni te cuento, creo que las cañas de spinning tienen ventaja en el mar, pero da una alegria pillar algo con la mosca que no tiene comparación, suelo pescar en el mar cada vez que voy por Foz, pues la familia tiene ahi una casa y a veces se coje algo, tienes suerte de tenerlo tan cerca.
    Un saludo.

    www.barbosconmosca.blogspot.com

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  6. Buenas Jóse:
    Una preciosidad el sitio en el que estuvisteis y fantásticas las fotos.Después de leer el artículo y ver la secuencia de las fotos me da la impresión de que ha sido una de las salidas de pesca más larga que has tenido ultimamente.
    Por curiosidad; viendo la foto en la que el compañero de pesca posa con la lubina,se aprecia perfectamente el nylon y parece grueso.¿Que diámetro utilizais en zonas de rocas?

    Un saludo

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  7. Si señor pedazo de crónica!.

    Buenos amigos has hecho compañero jejej, me llama la atención el gran numero de ambientes que tenéis mas o menos cerca uno del otro, a ver si me animo algún verano a visitar la zona, esas rompientes me atraen como un imán jeje.

    Al final la loba de porte apareció, queda claro que todo esfuerzo tiene su recompensa. Las lisas no están nada mal, aquí en Huelva capture una con x-rap, no se que se le paso por la cabeza pero se le cruzaron los cables jeje.

    En fin, ojala que todos los días fueran como el vuestro, pero ahí esta la cosa, el no saber que va a pasar hasta el ultimo momento es lo que nos gusta, felicidades chavales!

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  8. Efectivamente Carlos. Los mújoles a mosca deben de ser una pasada y las lubinas por supuesto. Esos serán mis próximos retos a mosca.
    Pues sí Eduardo. Pasamos el día completo, pues el lugar dista bastante. Para pescar utilizamos trenzado del 0.15 ó 0.23 y un bajo de fluorocarbono del 0.25 hasta el 0.35 o incluso el 40.
    Uy Álvaro, si vienes por aquí lo mismo pides el traslado. En cuanto a especies no hay mucho donde elegir, pero ambientes y modalidades hay mogollón. Los ambientes más dispares son las playas y las zonas de roca, pero tenemos acantilados, zonas mixtas de roca, zonas someras, playas profundas y de cantos, etc.
    Poco a poco iré mostrando lo que esconde nuestro litoral.
    Espero que un día te animes.
    Saludos a todos.

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  9. Hno. de los anzuelos, Jose:
    Qué lindos lugares.
    Con buenas companías se logra preciosas jornadas como las vividas, por lo que cuentas y muestras.
    Un abrazo y,...
    Un afectuoso sapukay.-

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  10. La costa gallega, descrita y narrada desde tu especial punto de vista se muestra demasiado atractiva como para no poder sentir envidia de la maravillosa tierra en la que vivis. Menudas fotos. El video, o mejor dicho la música con esas imagenes de fondo son evocadores de algo más profundo que la pesca. Cuantas sensaciones¡¡¡
    nosolopesca.
    Un fuerte abrazo a 1000 km desde el sur.
    p.d. "book of days" es de mis canciones favoritas.

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  11. En cada tierra hay bellos lugares Leo. Aquí somos afortunados en ese sentido y yo lo soy más por tener buenos compañeros de pesca.
    Espero mostrar otros lugares aún más singulares Luis. Si este año que va a comenzar me trae salud, no tengas duda de que os los mostraré.
    Saludos.

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  12. muy buen reportaje y desearte felices fiestas

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