El 1 de noviembre es una fecha muy importante para la pesca de cefalópodos en Galicia, pues comienza la apertura de la veda de la sepia, dentro de las rías. Y esto implica que nos juntamos Jose, Luis, Xiao, y un servidor, para pasar una buena jornada de pesca con tinta de por medio.
La jornada no comenzó tan temprano como en otras ocasiones y navegando hacia el pesquero, ya nos dimos cuenta que el festival de embarcaciones iba a ser muy grande.
Una vez iniciamos la pesca, las picadas no tardaron en producirse. Xiao, que es el más inexperto, nos mojó la oreja con un buen ejemplar de sepia. Hubo un momento de risas, cuando el choco se agarró a mi croc jejeje.
Los calamares también hicieron acto de presencia y fueron bien recibidos. Para mí es una captura con más valor, ya que me gustan especialmente.
Cuando pusimos rumbo hacia la parte exterior de la ría, nos encontramos los restos de un vertido de aceite de palma que se había producido el día anterior.
Alguno de los restos eran de tamaño considerable, si bien creo que no supone un riesgo para la zona.
Al mediodía, ya teníamos un buen número de capturas, así que dimos por concluida la jornada. Era el momento de ir a practicar otra pesca muy interesante.
Se trataba de un cocido, que con el tiempo frío ya apetecía. Unas tazas de vino para aguardar por la sopa de cocido.
Este es el aspecto una vez servida ...
... y esta es la pinta que tiene después de echarle un poco de vino tinto, que lo cierto es que le da un gusto especial.
Y al fin llegó la "captura" del día. Un cocido gallego como Dios manda. Con su repollo, patatas, habas, chorizo, ternera, gallina, cerdo, chorizo, etc. y aderezado con una buena conversación.
Y para finalizar, los postres, que aquí son de gran calidad.
Una gran jornada de pesca como excusa para juntarnos una vez más y sentarnos a la mesa en inmejorable compañía.










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