El domingo decidí irme con Antonio hasta la costa. La marea no era muy propicia pero las ganas de acercarse hasta el gran azul era suficiente razón para madrugar.El mar estaba un poco más desapacible de lo que se esperaba, pero la captura de una gran aguja por un pescador que se encontraba a nuestro lado, no me desanimó.
Nuestro objetivo era la lubina, así que comenzamos pescando con los peces artificiales.
Antonio se había subido a una roca para alcanzar mayor distancia, pero en vista de que el mar aún estaba bajo, decidí fotografiar un poco el entorno.La instantánea más buscada era sin duda la de las olas rompiendo contra las rocas. Un espectáculo que visto desde un lugar seguro, es toda una maravilla.Una vez los rayos de sol se precipitaron por las laderas de las montañas circundantes, las colonias de diminutos mejillones comenzaron a brillar como el azabache.
Después de un rato indeciso y como el nivel del mar todavía estaba bajo, nos decantamos por cambiar de zona.Este era el aspecto que presentaba el mar, cerca del faro. El mar sólo nos permitiría pescar con chivos, pero al poco decidimos dar por concluída la jornada.
Lo cierto es que estos lugares nos deleitan con escenas de belleza inigualable.
Como la mañana no fue afortunada en lo referente a la pesca, por la tarde me dirigí hasta la montaña, para pescar en un río que discurre en un entorno único.Nada más llegar, esta es la vista que domina el valle. Los tojos aportan su color áureo entre el verde intenso de retamas y pinos. Sin embargo la bajada entre los tojos no es nada agradable.Una vez abajo, el entorno es espectacular. Este es uno de los primeros ríos que conocí como pescador. Los años no lo han mejorado, pero entre sus grandes piedras graníticas todavía se esconden unas bravas y bellas truchas.Me extrañó no mirar ninguna pintona en la parte donde suelo comenzar a pescar en este río. Mis sospechas se hacían mayores a medida que subía escubriñando cada rincón con la pequeña cucharilla cobriza. Una truchita picó al engaño, tras mucho insistir en las corrientes.
Antes de regresar, quise subir hasta un gran pozo en el que se suelen avistar buenos ejemplares.
Un rápido vistazo me hizo dar cuenta de que este no era ya el río de años anteriores. Al final del pozo hay unas buenas tiradas y quise aprovechar para intentar sacar algun bello ejemplar.
Este es un río en el que cada tabla o pozo tiene su encanto. En una zona con poca corriente, algo me llamó la atención.Se trataba de una paloma, supongo que mensajera. Mi hermano se ha dedicado a la columbicultura y algo sé del tema.
Al principio pensé que estaría herida por el ataque de un azor o gavilán, pero después comprobé que no había rastro de sangre. Hace unos días me había encontrado con un visón y hoy me había encontrado con esta paloma.
Luego supuse que se trataría de una paloma que estaba haciendo un alto en el camino, en una de las muchas competiciones que se hacen durante el año. La paloma portaba unas anillas que no había visto antes.La paloma resultó ser de Portugal. Había sido anillada en el 2007 o con una anilla de ese año.
Las anillas de la otra pata eran unos modelos un tanto extraños, como le comenté posteriormente a mi hermano.
Tras desearle un buen viaje de regreso a su palomar, la liberé para que prosiguiera su retorno.
Esto fue lo que dió de sí esta jornada. Una captura en forma de pez y muchas en forma de bellos paisajes.
Antonio se había subido a una roca para alcanzar mayor distancia, pero en vista de que el mar aún estaba bajo, decidí fotografiar un poco el entorno.La instantánea más buscada era sin duda la de las olas rompiendo contra las rocas. Un espectáculo que visto desde un lugar seguro, es toda una maravilla.Una vez los rayos de sol se precipitaron por las laderas de las montañas circundantes, las colonias de diminutos mejillones comenzaron a brillar como el azabache.
Después de un rato indeciso y como el nivel del mar todavía estaba bajo, nos decantamos por cambiar de zona.Este era el aspecto que presentaba el mar, cerca del faro. El mar sólo nos permitiría pescar con chivos, pero al poco decidimos dar por concluída la jornada.
Lo cierto es que estos lugares nos deleitan con escenas de belleza inigualable.
Como la mañana no fue afortunada en lo referente a la pesca, por la tarde me dirigí hasta la montaña, para pescar en un río que discurre en un entorno único.Nada más llegar, esta es la vista que domina el valle. Los tojos aportan su color áureo entre el verde intenso de retamas y pinos. Sin embargo la bajada entre los tojos no es nada agradable.Una vez abajo, el entorno es espectacular. Este es uno de los primeros ríos que conocí como pescador. Los años no lo han mejorado, pero entre sus grandes piedras graníticas todavía se esconden unas bravas y bellas truchas.Me extrañó no mirar ninguna pintona en la parte donde suelo comenzar a pescar en este río. Mis sospechas se hacían mayores a medida que subía escubriñando cada rincón con la pequeña cucharilla cobriza. Una truchita picó al engaño, tras mucho insistir en las corrientes.
Antes de regresar, quise subir hasta un gran pozo en el que se suelen avistar buenos ejemplares.
Un rápido vistazo me hizo dar cuenta de que este no era ya el río de años anteriores. Al final del pozo hay unas buenas tiradas y quise aprovechar para intentar sacar algun bello ejemplar.
Este es un río en el que cada tabla o pozo tiene su encanto. En una zona con poca corriente, algo me llamó la atención.Se trataba de una paloma, supongo que mensajera. Mi hermano se ha dedicado a la columbicultura y algo sé del tema.
Al principio pensé que estaría herida por el ataque de un azor o gavilán, pero después comprobé que no había rastro de sangre. Hace unos días me había encontrado con un visón y hoy me había encontrado con esta paloma.
Luego supuse que se trataría de una paloma que estaba haciendo un alto en el camino, en una de las muchas competiciones que se hacen durante el año. La paloma portaba unas anillas que no había visto antes.La paloma resultó ser de Portugal. Había sido anillada en el 2007 o con una anilla de ese año.
Las anillas de la otra pata eran unos modelos un tanto extraños, como le comenté posteriormente a mi hermano.
Tras desearle un buen viaje de regreso a su palomar, la liberé para que prosiguiera su retorno.
Esto fue lo que dió de sí esta jornada. Una captura en forma de pez y muchas en forma de bellos paisajes.
Jose, fiquei encantado com esse rio de montanha, és um privilegiado por poder conviver com tal beleza, parabéns.
ResponderEliminarJunior, a verdade é que o río arrecende a maxia. En tódolos recunchos que me atopo nel, poderías ficar dende a mañá ata o solpor.
ResponderEliminarE por sorte o coñeczo dende que era cativo. Teño lembranzas co meu irmán pescando á mosca namentres eu o facía coa culleriña.
Un saúdo.
Hola Jose,
ResponderEliminartienes buenos y bonitos entornos a tu alrededor, y aún conservan buena cuenta de naturaleza. Hay que aprobecharla a tope, como haces tu!
Vaya casualidad lo de la paloma, jeje...ayer estuve pescando en río, y un visón lo tenía a escasos 5 metros, tranquilete el tío...papeando como no, pescado. Y mi hermano se encontro un pato en el mar, atacado por una gaviota, a veces nosoloespescar.
Un saludo compañero.
Del mar a la montaña cual paloma mensajera jeje... Me ha parecido encantador ese río espero que los años le mantengan el esplendor que se merece.
ResponderEliminarPrecioso artículo.
Saludos..
jose, o rio e precioso. Por que dis que o paso dos anos non o millorou? contaminacion? furtivismo? o home?
ResponderEliminara paloma e preciosa, a verdade e que eu non me atreveria a collela por mor dun picotazo :-)
saudos corkianos
Jose, como siempre, bellísimo... los paisajes de tu tierra son una pasada. Tus entradas son cada vez mas parecidas a los repotajes del national g. Lo de la paloma es un puntazo y más si cabe es el haber grabado el momento en que sale volando, pues por lo agazapadilla que parece, daba la impresión de que no podía volar. Por aquí estamos intentando asumir los cambios que nos trae la vida. Hay un poco de todo pero vamos saliendo palante.
ResponderEliminarUn abrazo Josiño
Toni, lo del pato atacado por una gaviota no lo he visto nunca, pero en una ocasión le robé una anguila a una gaviota. Qué jugarreta le hize a la pobre, jejeje
ResponderEliminarGaizka, el río siempre será una verdadera joya, en cuanto al entorno. Lo malo es que la mala getión de la administración le ha dado un palo muy grande.
Alex, digo que el río no mejoró con el paso de los años porque durante las dos últimas temporadas, la talla mínima legal era de 17 cm. Y claro, en un río de montaña, los ejemplares no se desarrollan tan rápido como en uno de meseta. Y además, la suelta de bogas en el embalse en el que vierte sus aguas, ha heho que ahora también proliferen en el río. Una pena.
Gracias por tus palabras Luis, aquí siempre intentando mejorar.
Espero que poco a poco, y en compañía de los tuyos, vayas saliendo de la situación adversa.
Un saludo colega.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
Como siempre que leo las entradas de tu blog , me queda un regustillo de sana envidia, del mar a un rio de montaña en nada de tiempo, ¡ Todo un lujo ! ¿Quien se aburriria en una zona como aquella? Aqui por Málaga no tenemos tantas lubinas,alguna hay,pero lo que si abunda es una especie exotica que a partir de esta fecha es frecuente encontrarte por la costa,distrayendo la faena del pescador,las "guiris",jajaja.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Jose!
ResponderEliminarLa verdad es que hay que valorar la suerte que tenemos los que podemos pasar del mar a la montaña en poco tiempo, es un verdadero lujo!
El mar estaba peligroso para la pesca y el rio es precioso, pero por lo que comentas no hay mucha trucha no?
Un saludo!
Buena entrada Jose, pena que no hubiera capturas pero seguro que disfrutasteis como enanos de esos paisajes tan desestresantes venidos a ver después de una dura semana de trabajo.
ResponderEliminarUn saludo. Juan (un tal jalaico)
Hno. de los anzuelos, José:
ResponderEliminarDos muestras de que la libertad es uno de los valores preciados de la vida: La libertad del mar con sus olas y el maravilloso vuelo de la paloma.
Un afectuoso sapukay.-
Eduardo, esa especie exótica le va más a otro tipo de "pescadores".
ResponderEliminarLo cierto es que del mar a la montaña sólo necesito 20 minutos.
Pablo, la culpa de que haya poca trucha en estos momentos, se debe a la mala gestión de la administración. Sin embargo, el potencial de ese río es inmenso.
Juan, cuando quieras te acerco por esos lugares. Seguro que te vienes contento de haberlos conocido.
Como siempre Leo, mirando el lado poético de la vida.
Gracias a todos.
Se agradece la invitacion Jose, pero yo desde hace muchos años prefiero y he decidido dejar a las truchas tranquilas, no obstante, ya sabes para ir a las lubinas no tienes mas que darme una llamada par ir a tentarlas.
ResponderEliminarUn saludo. Juan (un tal Jalaico)
Magnífica entrada, me ha gustado mucho. La próxima vez que vengas a tentar lubinas por "mi zona" avisa que me bajo con la caña de mosca a ver si se puede hacer algo.
ResponderEliminarY respecto a las truchas... no tengo ni idea de donde puede ser... intrigado me tienes.
Un saludo
Ese rio es el Parada verdad?? Yo soy de la zona y jaja ese rio no tiene que ver ni por asomo con lo que era antes, en cuestion de 4 o 5 años cambion un 500%. Igual que Eiras, donde las jornadas de completar el cupo con trucha autoctona suenas a leyenda.
ResponderEliminarEfectvaente es el río Parada. POr desgracia lo que tu comentas es cierto. Creo que aunque se haga una buena gestión del río, no recuperará su gloria pasada. Lo digo principalmente por las bogas que ahora puebla sus aguas.
ResponderEliminarUn saludo.