Ayer decidimos pescar un río que a priori tendría bastante agua. La cosa no sería muy fácil, pero optamos por intentarlo.
Yo aparqué el coche en la parte superior del tramo que íbamos a pescar, mientras que José Antonio lo dejaría en la parte inferior.
¿Dónde está el pescador?
Con todo preparado comenzamos a ascender río arriba. No tardó mucho mi compañero en capturar la primera pintona. El caudal nos obligaba a apurar la recogida de los señuelos, pero parecía que las truchas no tendrían inconveniente en atacarlos.
Todas las truchas que fuimos capturando eran de escaso porte, y es que este tramo ya ha sido visitado con frecuencia por pescadores de cebo natural, desde el inicio de la temporada. Y por norma general, estos no son devotos del captura y suelta.
Las zonas de corrientes eran abundantes, pero de vez en cuando nos encontrábamos con alguna tabla o pozo profundos.
En las zonas de mayor profundidad, las truchas se agrupaban en buen número, permaneciendo atentas a lo que ocurría a su alrededor. A pesar de todo, pude tomar esta instantánea en la que las pintonas se desplazaban río arriba.
- La anécdota -
En otro pozo observé a cinco sapos comunes (dos hembras y tres machos) bajo el agua. Cuatro de ellos estaban emparejados, pero uno solitario permanecía sobre la raíz de un aliso, cercano a esta pareja. Cuando metí la cámara en el agua, el sapo solitario se lanzó hacia mi mano y se agarró firmemente, hasta tal punto que lo saqué fuera del agua sin que se soltase. Acto seguido saltó hacia el agua y buscó la protección de las profundidades.
Debió pensar mal jejeje.
Seguimos sacando algunas pintonas mientras avanzaba la tarde.
Le comenté a mi compañero que hace años había capturado un reo en este río, en el primer día de la temporada, en un pozo que debía estar cercano.
En uno de los muchos enganches que tuvimos, procedí a desenganchar mi señuelo.
La fuerza de la corriente era tal, que casi me arrastra río abajo. Y es que un caudal alto, unido a la fuerte corriente, puede desequilibrarte fácilmente.
Una vez llegamos al pozo que comenté anteriormente, donde había capturado un reo, mi compañero me comentaba el camino para salir del río, pues no había opción para seguir ... a priori.
Entonces recordé que yo me había aventurado por la zona complicada. Sujeté la caña con los dientes y me fui agarrando como pude a la pared de roca.
La garganta de roca que se ve en la fotografía fue hecha artificialmente para desviar el río y poder construir una línea ferroviaria próxima.
Intuía que nadie en su sano juicio osaría aventurarse aquí, por lo que cabía la posibilidad de que una buena trucha estuviera aguardando.
Pero esta no salió, quedándome con la miel en los labios.
José Antonio ya había dado la vuelta por el camino lógico y me aguardaba unos metros más arriba.
Apoyando mi equipo, logré salir de aquel cañón. La pendiente era tal, que apenas se avanzaba y además el terreno cedía a cada paso. Una caída aquí puede tener consecuencias catastróficas.
Llegamos a un puente en el que un pequeño afluente se unía al cauce principal. Mi compañero me dijo que unos días antes había sacado varias truchas allí.
Cuando llegamos al punto en cuestión, miramos varias pintonas que huían despavoridas.
José Antonio capturó una pequeña, mientras yo prospectaba el resto del pozo.
En la cabecera de este, algo detiene el avance de mi señuelo y el carrete empieza a soltar hilo ... llevo una caña de 1.35 m, carrete de tamaño 750 y un monofilamento del 0.16 mm ... me siento apurado. Aprieto un poco más el freno y logro meter el pez en la sacadera.
Lo libero de la cucharilla fácilmente, ya que esta va provista de un anzuelo simple. A la vez, mi compañero exclama: -!!Es un reo¡¡
Por desgracia, este ejecuta un salto desde dentro de la sacadera y recobra la libertad, privándome de la foto de rigor.
De vuelta al río principal, miramos dos trozos de sedal con sus plomos y anzuelos, colgando de un cable situado a varios metros por encima de nuestras cabezas.
Algún pescador de cebo un tanto bruto debió querer clavar una trucha o soltar el anzuelo de un obstáculo. El caso es que pudo llegar a la luna, que se ve justo debajo en la foto jejeje.
Proseguimos sacando alguna pintona más, si bien las grandes no dieron la cara.
Eso sí, la librea de todas era digna de admiración.
Con todo decidido, fuimos apurando los últimos lances para llegar hasta mi coche.
Pudimos hablar con un par de pescadores antes de marcharnos. Uno de ellos miró como el otro se guardaba una trucha pequeña en el bolsillo.
Luego me preguntó el teléfono del SEPRONA, pero el infractor se salió con la suya, ya que no tardó en abandonar el río.
El pescador que llamó a las autoridades, estaba acompañado de su pequeño hijo. Sin duda conoció un ejemplo claro de lo que no se debe hacer.
A su vez, este pescador me facilitó el nombre de una página suya de facebook, que me parece muy interesante:
Y para despedirme, os quería comentar que este blog, mañana cumple 6 años.
No voy a decir aquello de que parece que fue ayer, porque han sido muchas las jornadas vividas, pero sí diré que en estos seis años he conocido mucha gente y aprendido un montón.
GRACIAS POR ESTAR AHÍ.
Bonita jornada Jose, y divertida anecdota la de la del Sapo.
ResponderEliminarUn saludo meu, y a seguir disfrutando del rio, porque lo que es el mar no deja mucho donde apostarse a pescar.
A ver si te animas a venir al río.
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Que bonitos escenarios..y que bonitas pintonas..
ResponderEliminarQue paseo más bonito..
S2
Si me dices: -Qué bonito tú, te caneo jejeje.
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Muy buenas imagenes y bonitas truchas.
ResponderEliminarFelicidades por los 6 años del blog y a seguir así que durará muchos más.
Saludos
Muchas gracias. El blog espero que siga algún tiempo más.
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Bonita entrada Jose,unas fotos muy guapas,y esas truchas,preciosas.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que la trucha es uno de esos peces emblemáticos y bellos de nuestra geografía.
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Una jornada entretenida Jose.
ResponderEliminarNo serían grandes, pero siempre hace ilusión sentir algo al otro lado del sedal.
Un saludo
Las grandes ya llegarán cuando visite otros ríos mejores.
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Saludos lo tuyo ha sido el barranquismo no la pesca jaja saludos y buena pesca
ResponderEliminarSi jejeje. Pero eso añade algo de emoción.
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Siempre tienen un encanto especial lor pequeños ríos, y por mucho caudal que venga, si se puede menear la cucharilla las truchas responden.
ResponderEliminarpor desgracia la realidad es esa, y la mayoría, y digo la mayoría, se llevan truchas pequeñas a casa...en fin.
En cuanto al cumpleaños del blog, espero que dentro de otros 6 por lo menos vuelvas a escribir acerca de ello.
Un abrazo Jose
Lo que más me gusta de los pequeños cursos es la destreza que hay que tener, para pescar en ellos.
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Bonita entrada como siempre con uenas fotos, enhorabuena por los 6 años y un saludos desde Cai
ResponderEliminarMuchas gracias. Ahora a por los 7.
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Que guapa esa jornada de pesca, y que escenarios. Felicidades por el cumple y que sean más...un abrazo.
ResponderEliminarDe estos escenarios estamos sobrados.
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Muy buena entrada...esos escenarios siempre son satisfactorios y para los pescadores de verdad!!
ResponderEliminarEn cuanto al blog...que decir...buen trabajo y sigue así...
Un abrazo.
Precisión y cautela son necesarios en estos lugares.
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Jose, coma sempre moi boas fotos.
ResponderEliminarNoraboa po-los 6 aniños. Saudos dende Ferrolterra
Moitas grazas. A criatura vai medrando jejeje.
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Precioso ese rio y bonitas truchas indultadas, debe ser todo un lujo pescarlas en tal lugar.
ResponderEliminarUn saludo.
Efectivamente es un gozo para los sentidos.
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Enhorabuena por la jornada vivida y preciosos entornos los que te rodean, buena entrada !
ResponderEliminarMuchas gracias. Es una suerte disponer de ellos cerca de casa.
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Jornada bastante entretenida José, lastima que no dieron cara las grandes. me pregunto que haría este hombre con esa pequeña trucha.
ResponderEliminarFelicidades por los seis años y que se cumplan muchos mas. Saludos
Lo importante fue acercarse al río una vez más.
EliminarLa trucha pequeña igual acompañaba a otras. Es una lacra, pero por ahora toca convivir con ella.
Saludos
Felicidades Jose!!! Enhorabuena por esos seis años.
ResponderEliminarBuena jornada. Que chulas son las truchas de nuestros ríos. Es una pena que el hombre sea tan depredador y no podamos disfrutar de truchas de mayor.
Un abrazo y a seguir disfrutando de nuestra pasión
Muchas gracias compañero.
EliminarLas truchas pequeñas son la prueba de que las grandes son diezmadas sistemáticamente. Y cuando faltan estas, las pequeñas son las siguientes.
Saludos
Bonita jornada Josiño y mejores fotos, a seguir asi compañero que ya apareceran las grandes.
ResponderEliminarSaludos.
No me cabe la menor duda, y más con lo testarudo que soy yo jejeje.
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Felicidades por estos 6 años y espero que sigas deleitandonos con tus relatos Jose,un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Iván. Si no son 6 años, que sea alguno más.
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