domingo, 11 de junio de 2017

Madagascar día 3: Variedad de peces

Se inaugura otro día en el paraíso.
Tras  preguntarle a Walter cómo se encontraba, nos vamos a desayunar bien, para mantener el cuerpo con reservas de energía.
Antes de zarpar, me voy a la playa para hacer unas fotos.
En unos minutos ya teníamos todo listo para salir de pesca, así que pusimos rumbo a nuestra primera parada.
Tras hacernos con algo de cebo, comenzamos con el jigging a unos 70 metros de profundidad.
La suerte hizo que tuviera una picada brutal en los primeros intentos. Inmediatamente pensé en un GT. !!Qué manera de tirar¡¡
Traté de separarlo del fondo con éxito ... aunque volvieron las carreras ... volví a recuperar línea, mientras me daba una tregua. Los cuádriceps me dolían, cuando me apoyaba con ellos contra el casco del barco, pero tenía que aguantar.
Una cosa era pensarlo y otra hacerlo, porque la espalda también se sumaba a las quejas.
Con unos minutos más de lucha, al fin pude ver su impresionante silueta, emergiendo del fondo.
!!Magnífico giant trevally para comenzar la jornada¡¡
Después lo devolví a su medio, para continuar con la pesca.
!!Esta captura me había puesto como una moto¡¡ jejeje
 Poco después capturé este mero o grouper, que en estas aguas llegan a tamaños bestiales.
Es un pez que se desenvuelve muy bien en las zonas de coral, dado que sus tonos están adaptados a este entorno.
 El siguiente en tocar escama fue Hür con este bonito blood snapper.
Hasta el momento fue la especie más abundante en Madagascar.
 Con una pequeña bacoreta, Hür logró capturar otro mero, lo cual me hizo pensar en que estábamos en una zona propicia para ellos.
Sería cuestión de intentarlo, para dar con uno mucho mayor.
Cada "bocado" que ofrecíamos, podía ser recibido por varios peces, lo cual nos hace pensar en la cantidad de peces que conviven en esta zona del planeta. !!Todo un paraíso¡¡
Y siguiendo con los meros, volví a sacar otro. En esta ocasión un red grouper que me alegró mucho la mañana, pues su colorido era espectacular.
Además se defendió de lo lindo, dado que su volumen era superior al de los anteriores.
Algo más tarde, el freno del carrete de Walter comenzó a emitir "música celestial", a coro con la salida del trenzado por el guiahilos. "Algo" muy grande estaba al otro lado de la línea.
La caña se doblaba violentamente, pero mi compañero no cedía ni un ápice ... tenía que aguantar las arrancadas del pez.
Con esfuerzo, comenzó a cobrar línea, y de esta manera, acortar distancias con el oponente.
Más el pez no se doblegaría con facilidad, así que vuelta a sacar hilo ... y vuelta a recuperar trenzado.
Fue así como, tras unos minutos, Walter se hizo con este bello GT, que provocó la alegría en la tripulación.
Con los signos inequívocos del cansancio en su rostro, mi compañero le agradeció al pez su pelea, pues le había brindado la oportunidad de medirse a un rival muy potente.
 Pero la cara de mi amigo se tornó alegría y satisfacción, por haberlo logrado.
Ya sólo quedaba soltarlo y que volviese a su vida en libertad.
Walter elevó sus brazos en señal de victoria, para luego tomarse un descanso.
Nuevamente, Hür logró poner en seco otro bonito grouper.
 El cinturón de combate le estaba facilitando la tarea de luchar con los peces, ya que nuestro compañero tenía molestias en la espalda.
Cambiamos de zona, para situarnos en fondos de hasta 100 metros.
Aquí hacían falta jigs de más peso, para que llegasen con rapidez a las profundidades.
Desde el abismo saqué este bello bohar snapper, que me dio su guerra para ganarle la partida.
No sé si es que tenía la suerte de cara, pero volví a clavar otro pez en poco tiempo.
Este también presentaba una pelea potente, por lo que pensé en un rival de cierto porte.
A su vez, Walter trataba de sacar otro pez que le había picado casi al mismo tiempo que el mío.
Lo que no me imaginaba, es que cuando viera a mi pez sobre el suelo de la embarcación, iba a exclamar: !!!!Qué bonito, chaval¡¡¡¡ !!!!Que bonitooooo¡¡¡¡
Se trataba de un buen ejemplar de bluefin trevally, que con su coloración espectacular me había generado un sentimiento de júbilo, indescriptible.
Walter a su vez había sacado un longnose emperor. Otro de esos peces que a la hora de defenderse, sabe muy bien como hacerlo.
Liberamos a la vez sendos peces, para luego abrazarnos por el doblete tan espectacular que habíamos logrado.
En otro lance, tuve la fortuna de hacerme con otra especie, ciertamente bella, pues presentaba un punteado dorado, por encima de la línea lateral.
Los familiares de los GT´s eran mucho más coloridos, si bien no tan luchadores como los primeros.
Este gold spotted trevally recuperó su libertad, tan pronto lo desanzuelé.
Era el turno de Walter, y esta vez repitió con otro emperador.
Sus libreas cambian bastante, lo cual me hace pensar que se adaptan al entorno en el que viven, al igual que los meros.
Y hablando de meros, pues fue lo siguiente que saqué en la mañana. Un baby grouper que se prendió de un enorme anzuelo, montado sobre un jig bien grande. En ese momento supe la clave para que lleguen a tamaños tan grandes ... se comen todo lo que les cabe en la boca jejeje.
El pez más abundante en la expedición, volvía a hacer acto de presencia.
Hür capturaba su enésimo blood snapper, el cual posó para la cámara, antes de volver al agua.
A mí me tocó un emperador o emperatriz, que tuve que subir desde bastante fondo.
Este ejemplar presentaba unos colores muy vivos en la comisura de sus labios.
El hecho de tener la boca muy adelantada en la cabeza, hacía que fueran los peces que menos se dañaban por la captura.
Llevábamos una mañana imparable, hasta que se produjo "LA PICADA".
Hür se topó de frente con un gran pez, que le hizo sudar la gota gorda.
Nuestro compañero trató de poner agua de por medio entre el pez y el fondo. Y en un momento en el que Hür elevó la caña, el pez tiró con violencia, partiendo la punta de la caña.
Aprovechando este hecho, el pez debió alcanzar una zona en la que se libró del anzuelo.
Fue un palo muy duro, pero debíamos continuar.
Sabiendo que por la zona rondaban grandes tiburones, no pude dejar de pensar en que quizás fuera uno de estos depredadores, el que había provocado la rotura de la caña.
Cambiando de zona, divisamos una tortuga verde que había subido a la superficie para tomar aire.
En su vientre portaba dos "inquilinos" de los que no pagan alquiler jejeje.
La caña de Walter anunciaba que había que salir al ruedo nuevamente.
Tenía que ser un pez de porte, porque la caña se doblaba a gusto.
Después de un rato pudimos ver que se trataba de un longnose emperor, el cual sólo se había pinchado el paladar con el anzuelo, sin llegar a clavarse la muerte de este. El buen hacer de mi compañero, sin perder la tensión, hizo que el pez llegase a la superficie.
Así que liberé al pez fácilmente, sin izarlo a bordo.
Justo antes del parón para comer, Walter sacó este blood snapper de frente protuberante.
Tras soltarlo, Manuel dispuso todo para comer.
Como de costumbre, la comida era exquisita, por lo que la degustaba gratamente,  aunque esta vez tuve un sobresalto.
Habíamos dejado una caña con un trozo de carnada, de manera que este se moviese cerca del fondo.
Mientras comíamos, la caña anunciaba que teníamos un pez. En vista de que mis compañeros no estaban por la labor, la cogí rápidamente y clavé con decisión, por si el pez no estaba bien afianzado.
Unos minutos después, terminaba la lucha con este bonito ejemplar de longnose emperor.
Después de liberarlo, seguí comiendo como si nada, lo cual hizo reír a Ludo.
Una vez terminamos de comer, nos tomamos el pastis (anís de Marsella) y volvimos a la carga.
La fortuna hizo que Hür clavase un pez tremendo. Sin embargo, no sé si fue el hecho de faltarle un trozo a la caña, que el pez se defendió con cierta comodidad, hasta que logró soltarse.
Una pena, porque seguro que se trataba de otro pez enorme.
La pesca continuaba, hasta que otra pieza se quedaba prendida de mi jig.
El procedimiento fue el de otras veces, aunque esta vez se producía una nueva situación, de la que nos percatamos cuando el pez ya estaba junto a la embarcación.
Un tiburón de puntas blancas había seguido al longnose emperor que estaba en apuros. A pesar de ello, pude sacarlo del agua antes de que lo atacase.
Era un ejemplar de algo más de 2 metros, que pasó cerca de la embarcación, por lo que Rafa pudo grabarlo con su cámara.
Tras una pasada, se fue hacia las profundidades. En ese momento liberé al pez, que también regresó a la seguridad del fondo.
Haciendo jigging, clavé accidentalmente este pequeño GT, que mantuvimos en un cubo con agua, por si no se recuperaba.
El hecho de que haya varios peces junto al señuelo en alguna recogida, hace que esto pueda ocurrir.
En una nueva deriva sobre fondos de 100 a 110 metros, Walter clavó algo potente.
Y digo potente porque el pez sacó hilo y no dejaba que la caña recuperase su forma de reposo.
Mi compañero sabía como cansarlo, así que trabajó al pez para que la captura se materializase.
De vez en cuando miraba de reojo, pues ya llevaba un buen rato con él, aunque 100 metros son muchos metros.
Tenía la costumbre de ver la profundidad en la sonda, pues así podía calcular cómo efectuar la deriva.
Al final Walter se hizo con este magnífico grouper entrado en kilos. Otra captura para mi compañero, que no dejaba de sorprendernos en cada jornada.
Para descansar un poco del jigging, nos pusimos a pescar con cebo.
Un pez un tanto "extraño" picó esta vez, ya que su comportamiento era diferente al de otros anteriores. Percibía como golpeteos en la línea, así que me pregunté qué sería.
Se trataba de un pequeño tiburón de puntas blancas, que me disponía a subir. Cuando iba a cogerlo, Manuel me dijo algo que entendí como !!No, no, no¡¡. Fue él el encargado de cogerlo y liberarlo. Lo hizo rápidamente, pero antes de soltarlo, le dio unos golpes con el alicate en el morro. Supongo que era algún tipo de ritual para que no volviese a picar, o al menos, eso me pareció.
Cuando ya me había recuperado un poco, volví a las profundidades, usando los jigs.
En una de las derivas, tuve una picada de lo que supuse que era un pez pequeño.
Se trataba de un rosy jobfish o rusty jobfish, de colores rojizos muy bellos.
A continuación, picó otro tiburón de puntas blancas, el cual llegó muy encabritado. 
Este hecho hizo que fuera más recomendable cortar el hilo, para no tener un percance.
Con la tarde avanzada, unos compañeros de Ludo se acercaron hasta nuestra posición.
Cuando su embarcación estaba próxima a la nuestra, nos mostraron un estupendo ejemplar de giant trevally. Ludo respondió tirándoles una bacoreta jejeje.
Después oxigenaron bien al pez y lo devolvieron a su medio.
Está claro que con esta forma de entender la pesca, los recursos piscícolas apenas se resienten.
A última hora de la tarde, apareció nuevamente, un pez que habíamos visto de manera fugaz en la primera jornada. Se trataba de un rainbow runner (corredor del arcoiris).
La silueta es muy diferente a la de los demás peces, pues se mueve en las capas superficiales del océano.
Sus colores son muy bonitos y su cola muy singular.
Tras una breve observación, Hür lo echó al agua.
 Poco antes de marcharnos, tuve la fortuna de capturar una nueva especie.
Un blacktip trevally que picó a bastante profundidad, pero que no tenía tan "mala leche" como sus primos GT´s jejeje.

 El día de hoy fue particularmente agradecido conmigo, pues capturé 10 especies diferentes. Esto fue propiciado por dos motivos. El primero es que mis compañeros no estaban al 100%. Walter tenía la espalda tocada y las manos destrozadas, a causa de las cañas, mientras que Hür también flaqueaba de la espalda. El segundo motivo, es que Walter me animaba en todo momento. El hecho de que mi amigo confiase en mi fortaleza, me motivó aún más.

CONTINUARÁ ...

Un agradecimiento especial para el equipo de Karan, por hacer posible este sueño.

26 comentarios:

  1. Una auténtica pasada...el snapper ese.... una librea increíble.
    Vaya viajecito bueno

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    1. Junto con el red emperor, lo más bello del viaje, Alex.
      A ver si hacemos algo parecido, pero por Galicia jejeje.

      Saludos

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  2. Joder ya estoy mas enganchado a esta serie que a la de Juego de Tronos, esperando ya el siguiente capitulo, la pasta que os debisteis dejar al volver pagaron las hipotecas de varios fisios, estupendo Josiño mas que un viaje toda odisea, alucinante la cantidad de especies distintas conviviendo en un mismo entorno, y aqui que nos pegamos de palos con los vecinos...un saludo.

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    1. Pues no te creas, Ricardo. Yo sólo compré algo de material, porque fui invitado. Y la única secuela del viaje fue el no dormir nada en los vuelos. Como me decía Walter ...!!Estoy como un toro¡¡ jejeje.
      La pesca allá es muy distinta, por no haber pesca comercial en el entorno de la isla.

      Saludos

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  3. Vaya jornada y vaya biccharracos gigantes y preciosos ¡¡¡ Que paraiso ¡¡¡

    Enhorabuena ¡¡ Quedo con el virus de querer hacer un viaje a ese paraiso ...

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    1. Javier, te pido que reserves algún adjetivo para el siguiente capítulo jejeje.
      Ojalá puedas ir al menos una vez en la vida.

      Saludos

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  4. Espectacular jose... Es el sueño de cualquier pescador...mucha variedad de Preciosos peces... Un saludo

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    1. Muchas gracias Jorge.
      Es el sueño de un pescador de mar, porque uno de agua dulce quiere Suecia, Noruega, Nueva Zelanda, Patagonia, etc jejeje.

      Saludos

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  5. Menudas libreas y menudo tamaño el de los peces.
    La foto de la tortuga bestial!!
    Que pasada!
    Un saludo Josiño.

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    1. Las libreas fue de lo mejor para mi, Txatxangorri.
      Hubo tiempo de ver tortuga y algún otro animal curioso.

      Saludos

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  6. Otro día impresionante. Suerte que tuvo el primer GT, que desayunaste antes, que si no... de un bocao.

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    1. Gracias José Manuel.
      Nunca se me ocurriría ir a por estos peces, con el estómago vacío.
      Y además me bastaría con adelantar la comida jejeje.

      Saludos

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  7. Para cuando el siguiente??????
    Como las dos anteriores entradas está también bestial!!!
    Que maravilla de especies y que gozada poder pescarlos.
    Los dolores de espalda ya pasaran mientras leña al mono

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    1. Ya prontito, Ander.
      Fue una jornada como las tuyas ... de mucha variedad jejeje.
      La espalda respondió bien, porque iba muy rodado jejeje.

      Saludos

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  8. Menuda actividad! Debe ser un placer indescriptible pelear con esas joyas de la naturaleza y después devolverlas a su lugar.Totalmente de acuerdo José, es un viaje que al menos habría que hacer una vez en la vida,de ella me quedo siempre con lo inolvidable. Magníficos reportajes y fotografías. Saludos.

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    1. Sí que lo es , Javier. Básicamente, porque sabes que el pez seguirá creciendo y se puede pescar con más tamaño.
      Espero que el esto de las entradas también te gusten.

      Saludos

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  9. Cada capítulo es mejor que el anterior, que pasada Josiño!!

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  10. Yo también estoy enganchado a este maravilloso viaje!. Impaciente por ver el siguiente capítulo. Un sueño hecho realidad.

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    1. Bueno Chencho ... espero que los últimos capítulos estén a la altura de tus expectativas jejeje.
      Pronto caerá el siguiente episodio.

      Saludos

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  11. Impresionante Jose!! con toda esa variedad de peces un Robalo del norte con un Spittin te va a saber a poca cosa ahora,XD.

    Un abrazo,y esperando la siguiente entrada.

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    1. Adaptando los equipos, un robalo con un Spittin, será un gran rival, Manel.
      Estoy seguro que estás de acuerdo.

      Saludos

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  12. Una pasada poder disfrutar de tanta variedad de peces. Alguno más para la colección. ...simplemente fantástico. ...como siempre me pasa últimamente ya me he leído la entrada de la que voy al trabajo hace unos días. ..pero siempre ando apurado. Menudas entradas curiosas a la par que motivadoras no estas mostrando. Cada entrada que voy leyendo, más convencido estoy de que un viaje de ese calibre en mi vida ha de ser necesario. Un fuerte abrazo Josiño

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    1. Como le he dicho a otros, Pablo ... Es algo pata hacer una vez en la vida.

      Saludos

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  13. El dueño de todo pescador ¡¡¡diez especies diferentes!!! Eso si que es disfrutar que duela el lomo jaja.la cantidad de peces y sus tamaños son fruto de un trabajo de conservación extraordinario. Enhirabuena por esas vivencias un saludo.

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    1. Puede que sí, Iván.
      Aquí daba igual lo que doliese jejeje.

      Saludos

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