La tarde se presentaba con amenaza de tormenta, sin embargo los rayos no hacían acto de presencia. Por ello me decidí a efectuar una salida fugaz en un pequeño arroyo, que últimamente suelo visitar una vez en el año.
El equipo ultraligero era la opción adecuada, en vista de que el caudal ya era escaso.
Al llegar junto al río, salté el muro que me separaba del agua y mojé mis botas. En ese momento sentí como el rumor del agua me envolvía. Sin duda quedaban atrás otros pensamientos, para centrarme única y exclusivamente en la pesca.
En un par de lances con mi cucharilla, pude hacerme con la primera pintona, que no quiso posar para la foto. Se ve que me cogió desprevenido.
Poco después llegó la segunda truchita, de bello colorido, la cual hizo toda clase de cabriolas, antes de llegar a mi mano.
Pude divisar algunas truchas pequeñas en una tabla de poca corriente, sin embargo aquí no tuve fortuna. Fui ascendiendo por el río, recordando temporadas pasadas, en las que este río me proveía de grandes alegrías.
Se ve que las truchas estaban activas, porque atacaban mi señuelo con voracidad.
En este momento de su juventud, lucen libreas muy bonitas, que las hacen únicas.
No faltó a su cita un perro que suele ladrar a todo aquel que ose adentrarse en sus dominios. Proseguí sin hacerle caso, para ver si se calmaba, aunque no hubo suerte. Este me acompañó en tono amenazante, aunque salvando las distancias.
En un pequeño remanso, advertí la silueta de un ave, flotando sobre el agua. Cuando me acerqué, me quedé sorprendido, pues se trataba del cadáver de un martín pescador (Alcedo atthis). Desconozco el motivo de su muerte, pero me apenó mucho, pues no es un ave muy abundante en este río.
Seguí avanzando y clavando pequeñas truchas, que me hacía contemplarlas como cuando era niño.
Los recuerdos de mis comienzos son muy distantes, aunque agradables. Y la evolución como pescador, me ha llevado a disfrutar más aún de su pesca.
En el trayecto por este pequeño cauce, llegué hasta una cascada, que ahora se ha convertido en un atractivo turístico. En otros tiempos sólo algunos ribereños y los pescadores, disfrutábamos de esta visión. Sin embargo, una senda junto al río, ha facilitado que ahora sea posible su visita, por cualquiera que lo desee.
Avanzando por el pequeño río, observé a un mirlo acuático (Cinclus cinclus), que salía de una pequeña repisa que había en la parte inferior de un viejo puente de piedra. En sus oquedades, han criado durante años, estas pequeñas aves y también otras como la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), que pude observar poco después, tras percibir su melodía en la distancia.
Los lances precisos me iban premiando con algunas truchitas, y digo algunas, porque otras se liberaban con facilidad, tras efectuar potentes saltos, fuera del agua.
En esta tabla solía detenerme en mis inicios como pescador, pues a veces daba buenos ejemplares.
Mi amigo Luis y yo nos turnábamos en los lances, de manera que ambos pudiésemos hacernos con el ansiado trofeo.
Al llegar a este molino restaurado, que ahora es una vivienda, me doy cuenta de que la jornada ya está tocando a su fin.
Voy prospectando con mis lances cada piedra y cada raíz, tratando de dar con aquellas pintonas más resabiadas.
En una gran poza saco tres truchas más. Aunque la zona está casi colmatada por cantos rodados y arena, todavía quedan pasillos entre la vegetación, que dan cobijo a estos salmónidos.
Un recorrido de 1 kilómetro, que me trajo gratos recuerdos.
!!Volveré para recordar¡¡
Jolín este año no lo caté.
ResponderEliminarEspero aun estar a tiempo de ir un día de estos juntos,como hacíamos diariamente antaño.
Que anécdotas y recuerdos tenemos de este río,eh José!
Tú organízate y vamos, Luis.
EliminarCasi en cada tramo, tenemos anécdotas y encina es el río donde hice mi mejor captura: tu amistad.
Saludos
Buena salida .. Precioso sitio y las truchas preciosas . Dan ganas de montar un acuario con ellas , unas semanas .. .. . Lo de los perrazos sueltos es un coñazo siempre ...
ResponderEliminarHasta pronto
Lo del acuario es una idea genial, Javier. Tendría que enterarme de la legislación al respecto.
EliminarY de perros, tengo muchas jejeje.
Saludos
¡Que bonito paisaje!, ¿Dónde es?
ResponderEliminar¿Me recomiendas algún arroyo para ir a pescar cerca de Bayona o algún sitio de mar?
Es un pequeño rio cercano a mi casa, Carlos.
EliminarEl río Miñor es una buena opción para aprender en el río y su desembocadura es un destino excelente para pescar en el mar.
Saludos
Menudo paraje y las truchas preciosas. Es un río para perderse.
ResponderEliminarSaludos!
Y qué pena de no tener cámara digital hace unos años, Mario.
EliminarSaludos
Que lugares e Jose,,,,el sonido de la naturaleza,,,, el agua,,,, los olores,,,, joder,,,,precioso,,,,y las truchas,,,,un saludo
ResponderEliminarAquí me perdí muchas veces, Emilio. Pocos placeres tan baratos tenemos en la vida.
EliminarSaludos
Fantastico Rio Josiño, lo conoci cuando tuve la tienda y grandes satisfacciones medio, no en tamaño pero si en cantidad,¡.
ResponderEliminarPrecioso relato meu, haber si nos vemos
Si lo llegas a conocer antaño, ibas a llorar se se nostal, Esteban. Era una joya.
EliminarSaludos
Menudas truchas más bonitas! Los colores de las truchas "de verdad" son increíbles. Bonito río y bonito escenario. Allí me perdería una y mil veces.
ResponderEliminarUn saludo!
Las truchas, cuando son pequeñas, son como los bebés, Txatxangorri ... todas son bonitas. Cuando crecen hay de todo jejeje.
EliminarSaludos
Que verdad jajajajaja💪
EliminarGracias por darme la razón jejeje.
EliminarSaludos
¡Hombre, hombreeee! Por fin imágenes que agradan grandemente y no se te ponen los pelos de punta. Bueno, sí, se te ponen de punta pero como si escuchas un buen blues, una buena canción o una estupenda sinfonía.
ResponderEliminarUn fuerte aplauso.
Buenoooo, Si es José Manuel, el censurador de imágenes y azote de aquellos que cometan pequeños errores en su carrera de pescador jejeje.
EliminarYo soy de música variada, así que ... no me va a encasillar jejeje.
Saludos
Pequeños errores...? Esta vez te vas a salvar por la maravillosa entrada que has hecho que sino...Ja,ja
EliminarUfff, menos mal que paso el corte. Ahora a ver qué me toca cocinar en el próximo "JoséMaster Chef" jejeje.
EliminarSaludos
Preciosos peces Jose. Muchas veces he recorrido esa orilla y me he sentado junto a esa cascada. Esperemos que perdure durante muchos años y esas truchillas tengan futuro.
ResponderEliminarUn saludo amigo!!
Curioso que nunca hayamos coincidido, o sí ... Óscar.
EliminarSólo espero que el futuro sea mejor, aunque sea con ayuda.
Saludos
Unos peces preciosos, pero el paisaje es de cuento.
ResponderEliminarMuchas gracias, Xema.
EliminarPor desgracia estos cuentos van desapareciendo, aunque de nosotros depende que sigan aquí.
Saludos
que colorido todo, tanto los peces como el paisaje. Un kilometro lleno de belleza. un abrazo Josiño!
ResponderEliminarPues sí, Pablo.
EliminarEn un kilómetro se puede encontrar uno mucha variedad. Así que imagínate en todo su recorrido.
Saludos
Hola Josiño! Quería hacerte una pregunta privada que no tiene que ver con la pesca. Y es que quiero regular el formato de los comentarios, pues no me gusta la idea de que cualquier persona que disponga de un teclado pueda publicar un comentario. Y es que leyendo entradas antiguas de otros blogs... Me he quedado alucinando con las sandeces que he leído. Te comento lo que he hecho: he ido a Blogger / configuración/ entradas, comentarios y elementos compartidos. Y en moderación de comentarios he puesto la opinión #SIEMPRE. Justo abajo aparece una casilla donde he puesto el Gmail del blog. Como no escribe mucha gente aún no se si lo he hecho bien. Un saludo!
ResponderEliminarBuenas Pablo.
EliminarSimplemente, vete a la configuración del blog, apartado "Entradas, comentarios y elementos compartidos". Ahí eleiges quien puede escribir comentarios y si quieres activar la moderación de comentarios. Si pones la opción de "siempre", cualquier comentario tendrá que ser aprobado por tí.
Espero haberte ayudado.
Saludos