lunes, 29 de mayo de 2023

Apertura en buena compañía

 Un año más, mayo es sinónimo del inicio de la temporada de reo y salmón. Este último está atravesando malos momentos al igual que la lamprea, la cual suele ser un referente en el río que visitamos en esta ocasión. Sin embargo, nosotros teníamos puestas las esperanzas en los reos y truchas, y en este caso asistiríamos Jose, Jorge, David, Fabián y un servidor.

El frío nos sorprendió en esta jornada, ya que no contábamos que las temperaturas fueran tan bajas a estas alturas de la temporada. De todos modos, las ideas eran claras y comenzamos a pescar a primera hora, momento que alguno aprovechó para estrenarse.

La niebla también había acudido al valle, regalándonos bellas estampas mientras lanzábamos nuestros señuelos.

En algunos lugares, el poder hacer algún lance era todo un reto, sin embargo,  está claro que las nutrias no tienen dificultades para capturar presas como el cangrejo de río.

La mala fortuna no quiso que me estrenase con un buen reo, y por dos veces tuve que quedarme con la miel en los labios. Otros pescadores habían corrido la misma suerte, así que había que seguir intentándolo.

En este punto pude ver a un visón americano en la orilla. Un depredador que ha llegado para quedarse, porque no es nada fácil contener su población.

Este año había "estacadas" muy distintas a las de otros años. Por desgracia para todos aquellos que montan estas estructuras sobre el río, este ha sido un año para olvidar.

Las capturas iban siendo tímidas, aunque animaban la jornada. No estaba siendo el mejor arranque, pero tampoco el peor jejeje.

A mediodía paramos para comer y en el restaurante pudimos ver algunos ejemplares de lamprea: el pez más antiguo del mundo. Un pez carente de mandíbula, con 400 millones de años a sus espaldas y que es todo un manjar, especialmente cuando se cocina en su propia sangre. Ya los romanos explotaban su población y buena prueba de ello son las "pesqueiras" que se construyeron a lo largo del río Miño.
 
Después de la comida, sólo David, Fabián y yo continuamos pescando. En esta ocasión en el tramo sin muerte. El anzuelo simple sin arponcillo suele dar un poco más de ventaja a las truchas y especialmente a reos, ya que como me ocurrió con una picada, este saltó enérgicamente, soltándose del anzuelo. A pesar de todo salieron bastantes truchas, lo cual fue un justo premio a la insistencia.
 
De camino al coche recogí un buen número de latas que había tiradas por la zona, ya que es algo que me molesta bastante. En general todo tipo de basura, si bien me parece increíble que una persona tire una lata vacía, cuando pesa una ínfima parte que cuando está llena. Son misterios de la humanidad.

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