Nos fuimos repartiendo las moscas y los tramos de río a pescar. Pepe en esta ocasión ejercería de fotógrafo oficial, ya que en la jornada anterior había capturado muy buenas truchas y quería que fuésemos nosotros los que disfrutáramos de una jornada memorable.Tras un rato intentándolo en una tabla más abajo del puente, por fin me hice con la primera trucha. Tardé un poco en lograr meterla en la sacadera, ya que se defendió con bravura.
A continuación saqué un cacho, (para mi sorpresa) que tomó la mosca sin temor alguno.
Justo bajo el puente tuve varios rechaces de truchas impresionantes, pero eso no me afectó a la hora de seguir pescando.Pepe estaba atento a nuestras evoluciones y buscaba el momento de disparar su cámara para obtener buenas instantáneas.
Desde la orilla, Manuel Iglesias y un compañero seguían nuestras evoluciones.Paco me alcanzó y le dije que me acompañara río arriba. José Antonio había sacado algunas piezas y entre ellas un buen truchón.
Amablemente dejó que nosotros siguiéramos pescando en la tabla en la que él se encontraba.Un enganche de Paco propició que yo continuase pescando.
Al poco de comenzar clavé esta bella trucha que no se rindió fácilmente. Manuel me decía desde la orilla que no la cobrase como si fuera una lubina, ya que en un principio recuperé línea como si me fuera la vida en ello.
Foto y al agua.Paco me adelantó con cautela para dejarme pescar bajo las ramas de un árbol. Y aquí salió esta otra pintona, después de tener una picada fallida.
Poco después observé a una trucha enorme delante de mí, pero que no mostraba actividad alguna.
Yo ya estaba más que satisfecho y ahora sólo me preocupaba que Paco clavase alguna de las magníficas truchas que tenía delante.A continuación fui acompañando a Paco. Delante de nosotros había varias truchas de muy buen porte y existía la posibilidad de clavar alguna.
Alguna subió para tomar la mosca, pero en el último momento rechazaba el engaño.
Paco decidió atar una ninfa y aún tuvo oportunidad de hacerse con una de aquellas magníficas truchas, pero finalmente no hubo suerte.Al salir del río para ir a comer, comentamos los lances de la mañana.
El hecho de pescar durante bastante tiempo por la mañana nos hizo pensar en la posibilidad de ir a pescar otro tramo sin muerte por la tarde.
Lo hablaríamos mientras comíamos.Manolo nos llevó al lugar en el que mejor se prepara el pulpo según los entendidos.
A la entrada del bar pudimos ver como las hábiles manos de la pulpeira, van preparando las raciones.El pulpo tardaba en hacer acto de presencia y los nervios estaban a flor de piel, pero como se suele decir: "Las cosas buenas, quieren su tiempo".Pero al fin llegó el pulpo que junto al pan comenzaron a desaparecer, acompañados de un vino blanco para mojar el gaznate.
Y de segundo Manolo nos recomendó la "Carne ó caldeiro". No es que fuera muy devoto de la idea, pero resultó que estaba deliciosa.
Y mientras llevaban los postres, fui a ultimar los preparativos de la jornada de la tarde.
El hijo de Manolo me proporcionó las coordenadas de un tramo libre sin muerte del río Arnoia en el que reposar la comida.
Pepe se quedaría en O Carballiño para pescar por la tarde, pues el río al que íbamos no era muy cómodo de andar.Justo antes de llegar al punto exacto, nos encontramos con esta exposición de arte rupestre moderno, que da la bienvenida al viajero.
Más abajo nos encontramos con más rocas y árboles decorados de formas muy diversas.Antes de montar los equipos, dimos un pequeño paseo por las inmediaciones del lugar.
No miramos actividad alguna, pero eso no quería decir que las truchas no estuvieran en el río.
Una vez en el río, decidimos la estrategia a seguir. José Antonio se quedaría cerca del límite inferior, mientras que Paco y yo nos iríamos río arriba.En los primeros lances conseguí sacar esta trucha, que hizo que las perspectivas fueran muy buenas.
A continuación de un salto de agua, había un largo y oscuro pozo que Paco y yo no pescamos, pues la posibilidad de vadearlo era inviable.Río arriba sólo pude ver una cebada, algo que me dio mala espina, pues por la hora en la que nos encontrábamos, debería observarse más actividad.
Aún así, Paco y yo buscamos más zonas en las que presentar nuestras moscas.
Junto a una gran roca tuve una picada, pero la actividad seguía siendo nula.El río ahora nos mostraba zonas más prometedoras, pero se acercaba la hora de marchar, por lo que decidimos ser prudentes y abandonar el río.
Al llegar junto a nuestro compañero, este nos dijo que había capturado un cacho y que no había tenido ninguna picada más.
Nos dirigimos hacia el coche para cambiarnos y emprender el viaje de regreso al hotel.
Mientras cambiábamos la indumentaria, comenzamos a contar chistes y nos echamos unas risas intercambiando el repertorio.
Para finalizar, nos reunimos con Pepe y este nos comentó que había sacado un par de truchas y una de ellas de buen tamaño.
Sin duda han sido unas jornadas muy entretenidas en las que he compartido vivencias muy gratas y por eso, desde este espacio os invito a que repitáis la experiencia cuando queráis.
Estoy seguro que la gastronomía y los reos harán realidad un próximo viaje a esta tierra de meigas.
Saludos para Pepe Romera, Paco Tello y José Antonio Meléndez.
<<<<<<<<<< Las jornadas según José Antonio >>>>>>>>>>
A continuación saqué un cacho, (para mi sorpresa) que tomó la mosca sin temor alguno.
Justo bajo el puente tuve varios rechaces de truchas impresionantes, pero eso no me afectó a la hora de seguir pescando.Pepe estaba atento a nuestras evoluciones y buscaba el momento de disparar su cámara para obtener buenas instantáneas.
Desde la orilla, Manuel Iglesias y un compañero seguían nuestras evoluciones.Paco me alcanzó y le dije que me acompañara río arriba. José Antonio había sacado algunas piezas y entre ellas un buen truchón.
Amablemente dejó que nosotros siguiéramos pescando en la tabla en la que él se encontraba.Un enganche de Paco propició que yo continuase pescando.
Al poco de comenzar clavé esta bella trucha que no se rindió fácilmente. Manuel me decía desde la orilla que no la cobrase como si fuera una lubina, ya que en un principio recuperé línea como si me fuera la vida en ello.
Foto y al agua.Paco me adelantó con cautela para dejarme pescar bajo las ramas de un árbol. Y aquí salió esta otra pintona, después de tener una picada fallida.
Poco después observé a una trucha enorme delante de mí, pero que no mostraba actividad alguna.
Yo ya estaba más que satisfecho y ahora sólo me preocupaba que Paco clavase alguna de las magníficas truchas que tenía delante.A continuación fui acompañando a Paco. Delante de nosotros había varias truchas de muy buen porte y existía la posibilidad de clavar alguna.
Alguna subió para tomar la mosca, pero en el último momento rechazaba el engaño.
Paco decidió atar una ninfa y aún tuvo oportunidad de hacerse con una de aquellas magníficas truchas, pero finalmente no hubo suerte.Al salir del río para ir a comer, comentamos los lances de la mañana.
El hecho de pescar durante bastante tiempo por la mañana nos hizo pensar en la posibilidad de ir a pescar otro tramo sin muerte por la tarde.
Lo hablaríamos mientras comíamos.Manolo nos llevó al lugar en el que mejor se prepara el pulpo según los entendidos.
A la entrada del bar pudimos ver como las hábiles manos de la pulpeira, van preparando las raciones.El pulpo tardaba en hacer acto de presencia y los nervios estaban a flor de piel, pero como se suele decir: "Las cosas buenas, quieren su tiempo".Pero al fin llegó el pulpo que junto al pan comenzaron a desaparecer, acompañados de un vino blanco para mojar el gaznate.
Y de segundo Manolo nos recomendó la "Carne ó caldeiro". No es que fuera muy devoto de la idea, pero resultó que estaba deliciosa.
Y mientras llevaban los postres, fui a ultimar los preparativos de la jornada de la tarde.
El hijo de Manolo me proporcionó las coordenadas de un tramo libre sin muerte del río Arnoia en el que reposar la comida.
Pepe se quedaría en O Carballiño para pescar por la tarde, pues el río al que íbamos no era muy cómodo de andar.Justo antes de llegar al punto exacto, nos encontramos con esta exposición de arte rupestre moderno, que da la bienvenida al viajero.
Más abajo nos encontramos con más rocas y árboles decorados de formas muy diversas.Antes de montar los equipos, dimos un pequeño paseo por las inmediaciones del lugar.
No miramos actividad alguna, pero eso no quería decir que las truchas no estuvieran en el río.
Una vez en el río, decidimos la estrategia a seguir. José Antonio se quedaría cerca del límite inferior, mientras que Paco y yo nos iríamos río arriba.En los primeros lances conseguí sacar esta trucha, que hizo que las perspectivas fueran muy buenas.
A continuación de un salto de agua, había un largo y oscuro pozo que Paco y yo no pescamos, pues la posibilidad de vadearlo era inviable.Río arriba sólo pude ver una cebada, algo que me dio mala espina, pues por la hora en la que nos encontrábamos, debería observarse más actividad.
Aún así, Paco y yo buscamos más zonas en las que presentar nuestras moscas.
Junto a una gran roca tuve una picada, pero la actividad seguía siendo nula.El río ahora nos mostraba zonas más prometedoras, pero se acercaba la hora de marchar, por lo que decidimos ser prudentes y abandonar el río.
Al llegar junto a nuestro compañero, este nos dijo que había capturado un cacho y que no había tenido ninguna picada más.
Nos dirigimos hacia el coche para cambiarnos y emprender el viaje de regreso al hotel.
Mientras cambiábamos la indumentaria, comenzamos a contar chistes y nos echamos unas risas intercambiando el repertorio.
Para finalizar, nos reunimos con Pepe y este nos comentó que había sacado un par de truchas y una de ellas de buen tamaño.
Sin duda han sido unas jornadas muy entretenidas en las que he compartido vivencias muy gratas y por eso, desde este espacio os invito a que repitáis la experiencia cuando queráis.
Estoy seguro que la gastronomía y los reos harán realidad un próximo viaje a esta tierra de meigas.
Saludos para Pepe Romera, Paco Tello y José Antonio Meléndez.
<<<<<<<<<< Las jornadas según José Antonio >>>>>>>>>>
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy buena esta segunda parte y aun mas las fotografias de esos bonitos paisajes.
ResponderEliminarsaludos
Jajaja menos mal¡¡ El segundo día ya fuisteis de pesca. Los ríos son una preciosidad, la verdad que en parajes así, la pesca pasa a ser casi secundario, merece la pena simplemente disfrutar.
ResponderEliminarAl final Paco pescó??
Un saludo
Me pierdo con tanto Álvaro (black, satubetis, bético)jejeje
ResponderEliminarMuchas gracias Alvaroblack.
Pues al final creo que Paco sólo sacó la trucha en Villagudín y un cacho.
Pero si llegas a mirar el cacho de mega-truchón que perdió el primer día, te tiras de los pelos hasta quedarte como una bola de billar.
Saludos.
Esto ya es otra cosa...Ahora sí que son Truchones en Galicia, pufff!!
ResponderEliminarEnhorabuena a todos porque os lo habéis sabido montar de p...madre!!!
Miguel, que en la anterior ocasión también habían salido truchones, sólo que yo no tuve la oportunidad de fotografiarlos.
ResponderEliminarAhora ya he puesto el enlace al blog de pescamoscasevilla, en la que aparecen las fotos.
Un saludo.
Si, la segunda jornada fue bastante mas animada que la primera. Aunque pescar el Arenteiro con la penumbra de la tarde tuvo su encanto.
ResponderEliminarJose , echaste una "jarta" de echar fotos ehh
Muy buenas
Bueno aqui esta el Alvaro que falta jejej. Sin duda una pedazo de jornada compañeros, rios preciosos y las truchas se portaron bien saliendo buenos ejemplares, lo mejor es que todo esto fue inmortalizado jeje.
ResponderEliminarEn cuanto a la comida, yo no soy de pulpo pero ese plato tenia una pintita....
A seguir pasandolo como sabeis y enhorabuena a todos por esas capturas y fotitos tan buenas.
un saludo
Pero bueno¡¡¡¡¡
ResponderEliminarcreia que me había confundido de blog. Fotos de Melendez, Paco y Pepe en NOSOLOMOSCA ¿comorrrrrrrr?
Menuda escapada se han pegao mis paisanos. Me alegro del encuentro y por lo que veo fue completito del todo. Menuda envidia de la mala me dais.....
Seguro que lo pasasteis genial y esto sentará un precedente. Un abrazo para todos.
Barbux, si otros pescadores no le hubieran pasado la cucharilla a esos truchones, estaríamos hablando de otra pesca, pero aún así no salió mal la cosa.
ResponderEliminarÁlvaro, tú no eres de pulpo, pero aquí hay variedad. Pregúntale a Pepe jejeje.
Pero el caso es que lo pasamos divinamente.
Luis, creo que tus paisanos se han quedado prendados de esta tierra y sólo han visto la punta del iceberg.
Algún día llegará la gran migración sureña jejeje.
Saludos a todos.
Ya ves Luis, te dá la "pica" y te plantas alli en un plis.
ResponderEliminarQue no , que las fotos están trucadas, Que ni comimos ni bebimos ni pescamos, ná de ná. Tol dia metio en el hotel.
Josiño, al principio pensé que era el desconocimiento del medio pero despues ya nos dimos cuenta que aquellas truchas tenian varias licenciatiras. Pero bueno, al final todos doblamos las cañas. No se si será una migracion pero el que escribe está deseando de volver.