El día anterior, Juan me había dicho que unos pescadores portugueses habían capturado unos sargos impresionantes en los alrededores de cabo Estai y como el mar estaba un tanto desapacible en las zonas de mar abierto, pues habíamos quedado para pescar en esa zona.
Mientras que Juan y David practicarían la modalidad de rockfishing en busca de sargos o peces de roca, Diego, Rubén y yo lo intentaríamos con el spinning, pero buscando a la codiciada lubina.Se ve que más gente supo de la captura de esos magníficos sargos, porque el puntal en el que se habían pescado, estaba saturado de pescadores.
Desde la distancia contamos nueve pescadores, pero al avanzar nos dimos cuenta de que había algunos más.Juan y David ya estaban en plena faena, presentando sus aparejos entre las zonas de rocas. A pesar de la aparatosidad de la zona, la pérdida de aparejos no es tan frecuente como se pueda pensar a priori.Como un enjambre de abejas, los pescadores se afanaban en sacar alguna pieza de porte considerable.
Lo difícil sería no enganchar el aparejo de un compañero, ante tal despliegue de medios.Juan había tenido algunas picadas, mientras que David había capturado algún pinto.
El mar se iba retirando y se podían divisar nuevas zonas en las que presentar los cebos.Con algunas rocas al descubierto, pude alcanzar buenas zonas desde las que lanzar mis señuelos, pero no obtuve picada alguna por parte de los peces.
Me fui en busca de Diego y Rubén, por si ellos habían tenido más suerte.Por el camino me encontré con un conocido y comentando la situación, me dijo que esa misma mañana, un pescador capturó un robalo de 4 kilos.
Sin embargo, no hubo más capturas hasta ese momento.Estaba con Diego junto a una de esas charcas que se forman con la bajada de la marea, cuando divisamos un pequeño cardumen de peces. Eran pequeños sargos que nadaban en la seguridad de la charca y que estaban acompañados de pintos y "lorchos".
Fue uno de estos el que capturé probando un pequeño vinilo junto a las grietas de las rocas.Me acerqué nuevamente hasta el lugar donde Juan y David estaban pescando y al cabo de unos minutos, David cobraba un colorido pinto.
La velocidad de recogida del carrete es importante, ya que si el pez se enroca, difícilmente se podrá liberar.Los pintos o maragotas, presentan una gran variedad de libreas y sin duda son unos de los peces más bellos que podemos contemplar por esta zona.Después de despedirnos de Rubén, Diego y yo nos fuimos desplazando hacia una zona en la que no habíamos estado.
Entre las rocas, encontramos unas extrañas bolsas de malla, cerradas a conciencia y fijadas a la roca. Le preguntamos a un hombre que andaba por allí, si conocía el origen de dichas bolsas y este nos habló de un experimento de la universidad.La afirmación del hombre se corroboró cuando en una de las bolsas encontramos esta etiqueta.
No sé cual es la finalidad de dicho experimento, pero espero que en un futuro se desvele en algún medio de comunicación.
Desde la distancia contamos nueve pescadores, pero al avanzar nos dimos cuenta de que había algunos más.Juan y David ya estaban en plena faena, presentando sus aparejos entre las zonas de rocas. A pesar de la aparatosidad de la zona, la pérdida de aparejos no es tan frecuente como se pueda pensar a priori.Como un enjambre de abejas, los pescadores se afanaban en sacar alguna pieza de porte considerable.
Lo difícil sería no enganchar el aparejo de un compañero, ante tal despliegue de medios.Juan había tenido algunas picadas, mientras que David había capturado algún pinto.
El mar se iba retirando y se podían divisar nuevas zonas en las que presentar los cebos.Con algunas rocas al descubierto, pude alcanzar buenas zonas desde las que lanzar mis señuelos, pero no obtuve picada alguna por parte de los peces.
Me fui en busca de Diego y Rubén, por si ellos habían tenido más suerte.Por el camino me encontré con un conocido y comentando la situación, me dijo que esa misma mañana, un pescador capturó un robalo de 4 kilos.
Sin embargo, no hubo más capturas hasta ese momento.Estaba con Diego junto a una de esas charcas que se forman con la bajada de la marea, cuando divisamos un pequeño cardumen de peces. Eran pequeños sargos que nadaban en la seguridad de la charca y que estaban acompañados de pintos y "lorchos".
Fue uno de estos el que capturé probando un pequeño vinilo junto a las grietas de las rocas.Me acerqué nuevamente hasta el lugar donde Juan y David estaban pescando y al cabo de unos minutos, David cobraba un colorido pinto.
La velocidad de recogida del carrete es importante, ya que si el pez se enroca, difícilmente se podrá liberar.Los pintos o maragotas, presentan una gran variedad de libreas y sin duda son unos de los peces más bellos que podemos contemplar por esta zona.Después de despedirnos de Rubén, Diego y yo nos fuimos desplazando hacia una zona en la que no habíamos estado.
Entre las rocas, encontramos unas extrañas bolsas de malla, cerradas a conciencia y fijadas a la roca. Le preguntamos a un hombre que andaba por allí, si conocía el origen de dichas bolsas y este nos habló de un experimento de la universidad.La afirmación del hombre se corroboró cuando en una de las bolsas encontramos esta etiqueta.
No sé cual es la finalidad de dicho experimento, pero espero que en un futuro se desvele en algún medio de comunicación.
Hola Jose:
ResponderEliminarLas noticias en el mar vuelan, si alguien se va de la lengua al dia siguiente ya sabes lo que te pasa en ese pesquero.
Saludiños
Así es José suele pasar, las noticias vuelan y en los tiempos que corren, con internet todavía más y sin tener que preguntar mucho, yo siempre recomiendo no dar nombres de los lugares a los que vamos. Un saludo.
ResponderEliminarEstoy con Antonio solo falta que te pite el teléfono con el aviso,la cantidad de bocazas que hay por ahí
ResponderEliminarEu julgo que a presença de pescadores Portugueses não foi a razão para tantos pescadores na Zona. Por sorte pescaram os peixes, mas não é uma zona muito batida pelos Portugueses.Talvez pelo mar estar muito bravo na costa, se refugiaram nesse pesqueiro e tiveram sorte, nada mais. Haverá outros pesqueiros, outros sitios com poucos pescadores para praticarem a v/modalidade preferida.
ResponderEliminarSaludos
Joaquim Bonifácio
Walter, Antonio y Javgoe; Las noticias sobre capturas vuelan, ya sea mediante amigos, las tiendas de pesca, internet, revistas o gentes del lugar que comentan el evento sin mayor importancia.
ResponderEliminarLevas toda a razón Joaquim. O mar estaba moi bravo nas zonas máis expostas. tanto o día anterior coma o día que eu fun.
Por lugares onde pescar non será, pois aínda que tódolos pescadores deportivos de España e Portugal se puxeran en ringleira, seguindo a contorna da costa, non ocuparían máis ca unha pequena porción de costa.
Saludos e saúdos.
Hno. de los anzuelos, Jose:
ResponderEliminarEs una pena si miembros de una Universidad dejan abandonados materiales de desechos luego de algún experimento. Así lo entendí.
El intento por pescar valió, y la aventura resultó entretenida con buenas companías. La pesca en ocasiones no nos brinda muchos peces, pero siempre muchos buenos momentos.
Un abrazo y,...
un afectuoso sapukay.-
Hola muy buenas Jose tras largo tiempo de silencio. la verdad es que en todos lados, tanto en el río como en el mar, hay esos pequeños soplos de donde sueltan truchas en tal lugar del río, o de donde se cogen grandes peces, como es este caso. La verdad es que al final, si la gente se apila, en mi modesta opinión, se pierde la esencia de la pesca: estar solo ante la naturaleza y, tranquilamente intentar que un pez pique en el extremo del sedal. al final se convierte en una especie de caza ansiosa, peleando por un puesto en la orilla.
ResponderEliminarDe lo de las bolsas, suponiendo un poco puede ser un estudio de biodegradabilidad, o para ver lo que crece en ellas.
Pasa buen otoño.Un saludo