El viernes me desplacé hasta un embalse para despedirme de los basses del lugar hasta el año que viene.
El recibimiento no pudo ser mejor por parte de los basses, puesto que al primer lance clavé uno, pero este no estaba dispuesto a ser sometido y logró soltarse del anzuelo que lo afianzaba por la boca.
Pero poco después inauguré mi marcador, con un pequeño bass que me animó mucho.Y digo que me animó, pues el panorama era desolador. Las terrazas formadas por la bajada del nivel, indicaban que este descendía a un ritmo acelerado, pues la sequía ha decidido asentarse este año en nuestra comunidad.Las orillas estaban plagadas de huellas. Ardillas, visones americanos, zorros, aves limícolas, garzas y gaviotas han visitado el embalse hace poco, pues sus patas dejaron el rastro inconfundible de su presencia, grabado en el cieno.La mayoría de ellos no presentan un peligro para los moradores del embalse, pero la garza si.
Su quietud y paciencia para disparar el pico hacia su presa, la convierte en el mayor depredador de basses en estos momentos.
Sus huellas estaban presentes en gran parte del perímetro, por lo que pienso que se han dado más de un festín.Cuando pasé por la parte baja del embalse, pude comprobar el "caudal ecológico" que sale por un tubo. Un triste y mísero chorro de agua herrumbrosa, portadora de más de un quedradero de cabeza para los seres que allí habitan.
No sé quien es el responsable de este despropósito, pero supongo que ni siquiera habrá visto el agua que se le ofrece a todos los que frecuentan la parte baja del río, en el que fue construido el embalse.Ascendiendo por el valle hacia la otra orilla, me despedí de estos bosques ajenos a la sequedad estival. La humedad es la reina y señora de estos lugares. Los helechos, hiedras y demás plantas miman cada gota de agua que se les brinda y por eso la vegetación llega a ser tan verde y frondosa. La lluvia amenazaba sobre mi cabeza, su llegada era inminente y con la captura de otro bass, esta comenzó a descencer con suavidad hacia el suelo.
La lluvia era muy fina y terminaría por empaparme, por lo que aceleré un poco la marcha.
Divisé a un par de pescadores que intentaban hacerse con algún bass. Uno pescaba a spinning y otro con la modalidad de pesca a mosca.Llegué a una ensenada somera, en la que desembocaba un arroyo.
Estaba frente a los pescadores.
Con un pequeño vinilo comencé un festival de capturas. Eran capturas de poco porte, pero los otros pescadores no se habían hecho con ninguno por el momento.
Supuse que sería cosa del engaño empleado, por lo que continué desanzuelando basses.
Pasé el arroyo con dificultad, pues me enterré hasta las rodillas. Una vez en otro lado, charlé brevemente con ambos pescadores y después continué mi camino.La actividad cesó por completo y ahora divisaba algunos ejemplares mayores.
Me tuve que conformar con verlos, ya que no mostraban el más mínimo interés por los señuelos que les ofrecía.
Después de cruzar el río, observé unas perturbaciones junto a un muro de piedra.
Esto me sugirió utilizar un señuelo de superficie.
Primera pasada y ... !!!ZAS¡¡¡ Picada brutal de un bass mayor que los anteriores.
Las carreras fueron continuas por lo que no acertaba a ver el porte del ejemplar.
Constantes idas y venidas hasta que apreté un poco el freno del carrete y comencé a acercarlo por fin.
Un bonito ejemplar para inaugurar el tramo final del recorrido.A pesar de la larga batalla entre hombre y pez, este todavía guardaba fuerzas en su interior, pues una vez liberado, aceleró y desapareció como una exhalación.
La perturbación creada tardó en desaparecer del agua y fue entonces cuando retomé la pesca.Proseguí con el mismo señuelo un rato más y este me proporcionó más ataques en superficie.
Después de cada lance, contenía la respiración. Imaginaba el momento en que se produciría el ataque y cuando este se llevaba a cabo, el sobresalto disparaba mi corazón para que todos mis sentidos trabajasen de manera óptima.
!!!La diversión de estos momentos era impagable¡¡¡
Me quedé a las puertas de los 50 basses, pero más que satisfecho por la jornada.
La lluvia cesó finalmente y esto me permitiría cambiarme a pie del coche con comodidad, así que me saqué todo el exceso de barro que portaba en las botas y vadeador y me fui hacia el coche.
Desde allí eché un último vistazo al embalse y me despedí de él hasta la próxima.
Pero poco después inauguré mi marcador, con un pequeño bass que me animó mucho.Y digo que me animó, pues el panorama era desolador. Las terrazas formadas por la bajada del nivel, indicaban que este descendía a un ritmo acelerado, pues la sequía ha decidido asentarse este año en nuestra comunidad.Las orillas estaban plagadas de huellas. Ardillas, visones americanos, zorros, aves limícolas, garzas y gaviotas han visitado el embalse hace poco, pues sus patas dejaron el rastro inconfundible de su presencia, grabado en el cieno.La mayoría de ellos no presentan un peligro para los moradores del embalse, pero la garza si.
Su quietud y paciencia para disparar el pico hacia su presa, la convierte en el mayor depredador de basses en estos momentos.
Sus huellas estaban presentes en gran parte del perímetro, por lo que pienso que se han dado más de un festín.Cuando pasé por la parte baja del embalse, pude comprobar el "caudal ecológico" que sale por un tubo. Un triste y mísero chorro de agua herrumbrosa, portadora de más de un quedradero de cabeza para los seres que allí habitan.
No sé quien es el responsable de este despropósito, pero supongo que ni siquiera habrá visto el agua que se le ofrece a todos los que frecuentan la parte baja del río, en el que fue construido el embalse.Ascendiendo por el valle hacia la otra orilla, me despedí de estos bosques ajenos a la sequedad estival. La humedad es la reina y señora de estos lugares. Los helechos, hiedras y demás plantas miman cada gota de agua que se les brinda y por eso la vegetación llega a ser tan verde y frondosa. La lluvia amenazaba sobre mi cabeza, su llegada era inminente y con la captura de otro bass, esta comenzó a descencer con suavidad hacia el suelo.
La lluvia era muy fina y terminaría por empaparme, por lo que aceleré un poco la marcha.
Divisé a un par de pescadores que intentaban hacerse con algún bass. Uno pescaba a spinning y otro con la modalidad de pesca a mosca.Llegué a una ensenada somera, en la que desembocaba un arroyo.
Estaba frente a los pescadores.
Con un pequeño vinilo comencé un festival de capturas. Eran capturas de poco porte, pero los otros pescadores no se habían hecho con ninguno por el momento.
Supuse que sería cosa del engaño empleado, por lo que continué desanzuelando basses.
Pasé el arroyo con dificultad, pues me enterré hasta las rodillas. Una vez en otro lado, charlé brevemente con ambos pescadores y después continué mi camino.La actividad cesó por completo y ahora divisaba algunos ejemplares mayores.
Me tuve que conformar con verlos, ya que no mostraban el más mínimo interés por los señuelos que les ofrecía.
Después de cruzar el río, observé unas perturbaciones junto a un muro de piedra.
Esto me sugirió utilizar un señuelo de superficie.
Primera pasada y ... !!!ZAS¡¡¡ Picada brutal de un bass mayor que los anteriores.
Las carreras fueron continuas por lo que no acertaba a ver el porte del ejemplar.
Constantes idas y venidas hasta que apreté un poco el freno del carrete y comencé a acercarlo por fin.
Un bonito ejemplar para inaugurar el tramo final del recorrido.A pesar de la larga batalla entre hombre y pez, este todavía guardaba fuerzas en su interior, pues una vez liberado, aceleró y desapareció como una exhalación.
La perturbación creada tardó en desaparecer del agua y fue entonces cuando retomé la pesca.Proseguí con el mismo señuelo un rato más y este me proporcionó más ataques en superficie.
Después de cada lance, contenía la respiración. Imaginaba el momento en que se produciría el ataque y cuando este se llevaba a cabo, el sobresalto disparaba mi corazón para que todos mis sentidos trabajasen de manera óptima.
!!!La diversión de estos momentos era impagable¡¡¡
Me quedé a las puertas de los 50 basses, pero más que satisfecho por la jornada.
La lluvia cesó finalmente y esto me permitiría cambiarme a pie del coche con comodidad, así que me saqué todo el exceso de barro que portaba en las botas y vadeador y me fui hacia el coche.
Desde allí eché un último vistazo al embalse y me despedí de él hasta la próxima.
Una gran entrada Jose, joder a las puertas de los 50 bases, seguro que seria una jornada muy divertida, disfrutando de este tipo de especies.
ResponderEliminarSaludos
Efectivamente Álvaro. La diversión es muy grande, pero fue una pena que no pudiera acompañarme algún colega de aventuras.
ResponderEliminarSaludos
La verdad es que pescar estos peces en superficie es una de las modalidades más emocionantes que podemos practicar. Por cierto ¿no es demasiado pronto para dejar de pescar basses? por aqui lo bueno todavía no empezado. Una buena y detallada entrada como siempre Jose y buen bass el de la foto. Un saludo.
ResponderEliminarSólo me despido de los basses de este embalse, ya que sus aguas se vedan con la finalización de la temporada truchera.
ResponderEliminarPescaré basses en otros embalses hasta final de temporada.
Saludos
Pufff, basses y truchas en el mismo embalse...quién los pillara!! La otra mañana también pude reencontrarme con los basses, a los cuales tenía abandonados hace tiempo, y me lo pasé realmente bien. Tuve la suerte de dar con una zona en la que el agua estaba más fría de lo habitual por la entrada de un arroyo, y los basses que allí había rondaban los 2 kilazos, agrupándose en bancos de 10 12 ejemplares....junto con algunos lucios que también quisieron alegrarme la mañana. Un buen día sin duda.
ResponderEliminarMe alegra que lo pasaras bien Jose. Me voy unos días de vacaciones, a ver si tengo suerte y pillo algún bonito desde el kayak.
Nos vemos a la vuelta.
Saludos!!
Ayer mismo me llamaron para organizar una escapada bassera...
ResponderEliminarPescarlos en superficie con un pequeño popper es la leche,saltan igual que un delfín en un espectáculo circense..
Lo del escape de esas aguas..es otra historia,a ver si lo solucionan y dejan de contaminar.
S2
Quién mirase un grupo de basses así jejeje.
ResponderEliminarTe deseo suerte en tu aventura marinera, pues el bonito en conserva me encanta. Ya sabes, si pillas alguno majo, me lo mandas enlatado jejeje
Saludos
Yo espero ir pronto a los embalses del Miño, Fermintxo.
ResponderEliminarAllí los hay en cantidad y calidad, aunque la superficie a batir es muy grande.
Coincido contigo en la especatcularidad de sus saltos.
Saludos
Hno. de los anzuelos, Jose:
ResponderEliminarEntretenidísima salida de pesca, por lo que cuentas.
Da gusto salir a pescar así.
Un abrazo fuerte y,...
Un afectuoso sapukay.-