Después de una sequía preocupante y de unos años en los que la lluvia invernal era más bien escasa, por fin abril hizo valer aquel dicho de "En abril, aguas mil". Y es que llevamos unos días en los que la lluvia ha obrado milagros, ayudando a retrasar la época de los incendios, que ya comenzaban a aparecer y llenando de agua los embalses destinados al consumo.
Es por ello que Antonio y yo nos fuimos a un tramo libre sin muerte que está enclavado en una zona de montaña. Este tramo sólo lleva un año como tal y queríamos comprobar si le espera un futuro esperanzador o por el contrario es un mero espejismo.
Una vez en el lugar, observamos que el río había crecido considerablemente con estas lluvias.
El frío reinante en el valle hizo que una granizada nos diese la bienvenida mientras nos cambiábamos.
Con todo preparado y la cucharilla de un solo anzuelo sin muerte al otro lado de la línea, nos desplazamos río abajo para comenzar en una zona que considerásemos idónea.
Llegados a un punto en el que el descenso se hacía imposible, decidimos comenzar la jornada. Sin embargo, avisté una buena tabla desde mi posición, pero para llegar a ella tendría que cruzar el río.
Casi me cuesta una caída, pero al final lo conseguí.
Le dije a Antonio que comenzara a pescar, mientras iba a investigar a la parte baja. De camino me encontré algunas vacas que pastaban plácidamente en la espesura del bosque.
Llegué a la tabla y efectué el primer lance ... observé como una trucha venía con la intención de atacar mi señuelo, pero a media taba se percató de mi presencia y volvió a su posición inicial.
Seguí bajando por una senda empedrada desde la que se veía un pequeño grupo de casas.
Ahora el cielo había concedido una tregua y las nubes se alternaban con amplios claros.
Cuando me disponía a hacer unas fotos a un botón de oro (Ranúnculus repens), me di cuenta de que en las pequeñas pozas de agua que había en la senda por la que había bajado, había gran cantidad de vida. Concretamente un gran número de tritónes ibéricos (Lissotriton boscai).
Estuve un buen rato haciendo fotos de algunos ejemplares, pues se trata de un anfibio que capturaba a menudo en mi niñez.
Retomé la pesca, porque Antonio ya llevaría un buen tramo de río andado, así que fui ascendiendo y efectuando lances en las zonas que podían contener alguna trucha al acecho.
Y en un pequeño remanso de agua fue donde clavé la primera pintona de la jornada. No tenía la menor duda de que aquí tendrían una librea muy bella y así fue.
Cuando por fin alcancé a Antonio, fuimos pescando a la par, pero cada uno por una orilla.
El utilizaba el lance de ballesta para alcanzar las zonas más interesantes, mientras yo hacía lo propio con el lance de péndulo.
Las picadas se fueron sucediendo bastante espaciadas, con truchas de distintas tallas, pero no acertábamos a materializar las capturas, ya que las pintonas se libraban del anzuelo con suma facilidad.
Ya fuera por la corriente, por el anzuelo de gran tamaño o por su bravura, lo cierto es que nos sorprendía haber perdido tantas picadas en un tramo relativamente corto.
La lluvia retomó su actividad y volvimos a lidiar con el agua del río y la del cielo a la vez.
El frío se apoderaba por momentos de nuestras manos, cosa que ayudaba a su vez a las astutas truchas.
Con otras tantas pintonas que se habían soltado hábilmente de nuestros anzuelos, le comenté a mi compañero que debíamos de pescar con la sacadera en la mano, pues no había casi tiempo para acercar las truchas hasta la mano.
Nueva tregua en el cielo, para llevar mejor la jornada.
Las truchas seguían picando y soltándose de los artificiales con una facilidad pasmosa, a pesar de no perder ni un ápice de tensión en la línea.
Cerca de donde habíamos comenzado a pescar, había varios molinos de agua en proceso de reconstrucción, pero este que se ve en la fotografía ya estaba recuperado para su funcionamiento.
Llegamos a una zona en la que el río discurría más pausado. Quizás aquí si fuéramos capaces de sacar alguna pintona, al tener la posibilidad de ver la picada a cierta distancia.
Sin embargo, el desenlace era frustrante pues la tónica del día seguía siendo la misma.
Ahora que el día parecía haber decidido poner una sola cara, el entorno se comtemplaba de otra manera.
La orilla por la que yo iba caminando presentaba algunos inconvenientes, por lo que hubo varias ocasiones en las que tuve que caminar por el bosque de robles y abedules.
Me llamó la atención que a pesar de la sequía anteriormente citada, había zonas en la que el musgo y los líquenes tapizaban gran parte de los árboles. Esta es una buena muestra de la humedad que hay en un bosque típico de las zonas con clima oceánico. Aunque he de comentar que aquí se encuentra magníficamente conservado.
Poco después de pasar bajo la sombra de un roble anciano, Antonio logró sacar su primera pintona.
La maldición que nos perseguía durante la jornada por fin se había roto.
La sensación de impotencia y desánimo, se tornó ahora alegría, ya que podía ser que las truchas estuvieran más activas, ahora que el tiempo había cambiado levemente.
Tenía muchas esperanzas de engañar alguna trucha en esta tabla, pero no hubo manera a pesar de divisar algún ejemplar.
A partir de aquí, Antonio tuvo que cambiar de orilla, pues el margen por el que se había movido hasta el momento, era ahora intransitable.
Mientras tratábamos de salvar un obstáculo un tanto difícil, descubrimos a un par de sapos comunes (Bufo bufo).
La hembra (de mayor tamaño) bien podría ser España, y el macho (encima), la deuda externa, que nos oprime, nos da por ... y con la que tenemos que cargar jejeje.
Una foto muy instructiva, sin duda.
Una vez salvado el obstáculo, volví a ver varios tritones ibéricos en otra pequeña charca.
Me detuve un buen rato hasta obtener una instantánea de mi agrado.
Este puente marcaba el final del tramo y aunque la zona tenía una pinta estupenda, no observamos movimiento alguno. Sin embargo, algún "gracioso" había movido uno de los carteles que demarcaban el final del tramo sin muerte, hasta situarlo por la parte baja del puente. De esta manera, se podía pescar desde debajo del puente, pero con muerte.
Este comportamiento no me extraña nada porque nos encontramos en España, donde el que más y el que menos, se aprovecha de la picaresca para hacer su particular agosto.
Pescamos un poco más en la zona libre, para agotar un poco más el tiempo disponible y así aprovechar la estancia en el lugar.
La valoración del lugar para mí fue positiva, ya que este tramo permite ser pescado a mosca y seguro que con mejores resultados.
Una vez salimos del río, nos llevamos una grata sorpresa, ya que nos encontrábamos muy cerca del coche, a pesar de haber recorrido un buen trecho. La razón es bien sencilla, ya que habíamos hecho un recorrido casi circular
De camino al coche, nos encontramos con algunos caballos que huían ante nuestra proximidad.
En estas zonas en las que ver el ganado suelto es algo habitual, hay que tener mucha precaución con el coche, pues nos podemos llevar un buen susto.
que cantidad de truchas se os soltaron, una lastima, pero que cantidad de buenas fotos sacastes. La de los sapos, genial jejeje.
ResponderEliminarSaludos crack
Creoq ue el tramo se presta más a ser pescado con mosca, pero para eso deberemos aguardar un poco más.
EliminarEso sí, me lo pasé muy bien en un entorno tan excepcional.
Saludos
Very nice shots. Places you have delightful - just a fairy tale!
ResponderEliminarExcellent spring pictures.
Many thanks. The place is very nice and the photos are taken in the place. Then, the photos are nice.
EliminarRegards
Enhorabuena por esa pequeña captura, las demas ya le pillaron el truco y se sueltan solas jejeje,por cierto unas, fotos preciosas.
ResponderEliminarUn saludo
No frecuento muchos tramos sin muerte, por o que estoy algo desentrenado, pero me llamó la atención la facilidad que han tenmido para librarse una y otra vez del anzuelo.
EliminarSaludos
Bonita jornada Jose,
ResponderEliminarTiene muy buena pinta ese tramo de río. Quizás el tiempo no os acompaño, el frío no les acaba de gustar a las pintonas. En las fotos se ve mucha vida.
Yo aun no me he estrenado en río pero cada día que pasa tengo mas ganas. Tu reportaje me ha dado envidia. Alguna recomendación para la provincia de A Coruña. Siempre acabo en los mismos tramos y ya estoy un poco cansado. Necesito conocer sitios nuevos que me motiven.
Saludos
Aquíhe puesto una mínima parte de las fotos que he hecho, porque el tramo se presta a ello.
EliminarEsta zona sé que es rica en odonatos, pérlidos y tricópteros, pero las eclosiones tardarán en llegar.
En la provincia de A Coruña conozco varios ríos, pero de los que se conocen por la pesca del reo. Y para eso hay que aguardar a mayo.
Lo que sí te diría es que intentes pescar en tramos sin muerte que aún no conoces o en zonas que por su difícil acceso, no son muy pescadas.
Sólo así se puede casi garantizar una pesca entretenida.
Si es por el entorno, casi cualquier río gallego es válido.
Saludos
Vaya escenario compañero, en un lugar así lo de las capturas es algo secundario, preciosas fotos un saludo.
ResponderEliminarSi, pero sólo si vas de paseo jejeje.
EliminarYa bajará el nivel y entonces volveré.
Saludos
El entorno percioso, ese bosque autóctono es digno de admirar, el río precioso, sinduda cuando baje el caudal y la temperatura aumente la mosca sera una buena opción.
ResponderEliminarah, y la comparativa con la foto de los sapos muy buena, jejeje
Un saludo Jose!!
Ese día estaba muy alto, pero en verano le miro más opciones.
EliminarSaludos
Hola Jose;
ResponderEliminarQue pena de fallos... pero los anzuelos sin muerte y no usar triples tienen sus pros y sus contras. Has experimentado ambas, una suelta limpia y bastantes fallos.
Enhorabuena artista.
Un abrazo.
Pd.: El calor esta al llegar.
En especial muchas sueltas por parte de las pintonas. Pero creo que con la mosca habrá mejores resultados.
EliminarSaludos
Hno. de los anzuelos, Jose:
ResponderEliminarUna jornada con muchos matices, muy linda.
En mi caso pesco solamente con anzuelos sin muertes, con los que hay que tener la precaución de mantener siempre la tensión del nylon, cualquier descuido o desatención involuntaria facilita la suelta del Pez.
Un abrazo grande y,...
Un afectuoso sapukay.-
Leo, créeme que la tensión ha sido constante, pero la bravura de las truchas hace que sea más complicado.
EliminarHabrá más suerte en otra ocasión.
Saludos
Precioso escenario, seguramente que a mediados de mayo sea una fiesta para la seca.
ResponderEliminarUn saludo.
Si deja de llover, claro.
EliminarPero por ahora casi prefiero que siga lloviendo.
Saludos
Aunque tardaron en aparecer las picadas aparecieron,pero pescar sin muerte hace que se escapen.Debe ser difícil pescar sin muerte,yo nunca lo he intentado cuando pesco a pluma,debe sere difícil.Suerte y saludos Jose.
ResponderEliminarEvidentemente, hay más posibilidades de que a captura se libere durante la fase de acercamiento, pero eso también nos hace evolucionar como pescadores.
EliminarSaludos
Que pasada de paraje...Casi es lo de menos el pescar..
ResponderEliminarS2
Como he dicho más arriba, sólo si vas de paseo. Sino siempre es más satisfactorio ver la librea de las truchas.
EliminarSaludos
El tramo muy bueno, lástima que no tenga un melocotonero cerca.
ResponderEliminarVolveremos con el caudal más bajo y si no ocurre nada raro será una jornada mejor que esta, y más seca.
Saludos.
Aunque tuviera un melocotonero, esta no sería época de fruta.
EliminarTodavía habrá que aguardar un poco.
Saludos
Qué preciosidad de rio Jose..y qué vida tiene!! Tenéis aunténticos tesoros naturales para disfrutar: qué suerte!!
ResponderEliminarAquí en el sur, seguimos sin lluvias significativas, aunque gracias a que tenemos grandes y numerosos embalses, no habrá problemas a corto/medio plazo
Saludos Jose
Tiene mucha más vida de la que podemos ver. Espero que siga así a pesar de sequías e incendios.
EliminarEspero que por ahí no haya problemas con el abastecimiento, pues las lluvias se hacen de rogar.
Saludos