(Fotos ampliables)
El domingo conocí un tramo del río Oitavén que podría calificar de dificultad extrema.
Me desplacé hasta el pueblo de Liñares para pescar en una zona que había conocido de pasada en una ocasión.El pueblo de Liñares es conocido por la bellísima catarata que tiene en su entorno además de la ruta de senderismo PRG-24 que muestra al caminante los encantos de la zona. Ya que estaba allí yo también quise mirar la catarata y allá me fui con el vadeador puesto a caminar un trozo de la senda para poder admirarla. Aunque el calor era insoportable la buena señalización del lugar me decía que el lugar estaba cerca.Aunque aquí se aprecia la catarata, he de decir que todavía tiene unos metros más de caída y además, comentaros que la catarata dispone de una cantidad mínima de agua ya que se ha levantado en la parte superior, un canal de derivación para una de las dos minicentrales que se han construido en el Oitavén. Una vez observado el valle me di cuenta que esa zona no debía estar muy pescada pues la altura entre el camino en el que me encontraba y el río era de más de 100 metros con una pendiente descomunal. Entonces caminé por la senda hacia abajo para localizar un punto de entrada al río. Cuando por fin encontré un pequeño pasillo que debía ser utilizado por zorros o jabalíes comencé el descenso muy cauteloso. Al cabo de un rato me dí cuenta que la maleza era demasiado tupida para seguir avanzando. Entonces di media vuelta y comencé una ascensión no exenta de muchísimas dificultades. El corazón latía con fuerza por el calor y el esfuerzo, las piernas se resentían ante la pendiente y los clavos de las botas no hacían su cometido sobre las capas de helechos secos.Un último vistazo al valle, y volví sobre mis pasos para encontrar un punto en el que poder comenzar a pescar.
Al segundo lance que hice sentí una picada, y tras una breve lucha logré sacar esta pintona de dorada librea. Al siguiente lance no logré clavar un ejemplar algo mayor, pero todavía quedaba mucho río por delante.Las picadas se iban sucediendo, al igual que las tablas y chorreras, las cuales me hacían sacar la cámara a cada rato para inmortalizar esos momentos.En esta tabla y gracias al vadeador, logré recuperar un aparejo de moscas que estaba enredado en la rama de un roble, lo que me indicó que ya habían estado pescando por la zona.Llegado a este punto, al Oitavén se le incorpora el río Xesta (que espero pescar en breve), que es un río que discurre por un gran bosque de robles en el que se organiza la fiesta de los prados, cuyo nombre le viene dado por una capilla situada en ese lugar. A orillas del río Xesta hay otra ruta de senderismo. La PRG 25.
Finalmente me encontré a este pescador de cebo natural delante de mí. Me acerqué para hablar con él y tras una breve charla decidí que fuese el quién continuase río arriba pues yo ya estaba satisfecho.
Cuando estaba cambiándome junto al coche, un anciano me comentó que por debajo de la catarata se aventura algún pescador lugareño y que se sacan ejemplares muy grandes.
Como tengo ganas de aventurarme por esa zona, esperaré a que el caudal baje un poco para intentarlo de nuevo.
Me desplacé hasta el pueblo de Liñares para pescar en una zona que había conocido de pasada en una ocasión.El pueblo de Liñares es conocido por la bellísima catarata que tiene en su entorno además de la ruta de senderismo PRG-24 que muestra al caminante los encantos de la zona. Ya que estaba allí yo también quise mirar la catarata y allá me fui con el vadeador puesto a caminar un trozo de la senda para poder admirarla. Aunque el calor era insoportable la buena señalización del lugar me decía que el lugar estaba cerca.Aunque aquí se aprecia la catarata, he de decir que todavía tiene unos metros más de caída y además, comentaros que la catarata dispone de una cantidad mínima de agua ya que se ha levantado en la parte superior, un canal de derivación para una de las dos minicentrales que se han construido en el Oitavén. Una vez observado el valle me di cuenta que esa zona no debía estar muy pescada pues la altura entre el camino en el que me encontraba y el río era de más de 100 metros con una pendiente descomunal. Entonces caminé por la senda hacia abajo para localizar un punto de entrada al río. Cuando por fin encontré un pequeño pasillo que debía ser utilizado por zorros o jabalíes comencé el descenso muy cauteloso. Al cabo de un rato me dí cuenta que la maleza era demasiado tupida para seguir avanzando. Entonces di media vuelta y comencé una ascensión no exenta de muchísimas dificultades. El corazón latía con fuerza por el calor y el esfuerzo, las piernas se resentían ante la pendiente y los clavos de las botas no hacían su cometido sobre las capas de helechos secos.Un último vistazo al valle, y volví sobre mis pasos para encontrar un punto en el que poder comenzar a pescar.
Al segundo lance que hice sentí una picada, y tras una breve lucha logré sacar esta pintona de dorada librea. Al siguiente lance no logré clavar un ejemplar algo mayor, pero todavía quedaba mucho río por delante.Las picadas se iban sucediendo, al igual que las tablas y chorreras, las cuales me hacían sacar la cámara a cada rato para inmortalizar esos momentos.En esta tabla y gracias al vadeador, logré recuperar un aparejo de moscas que estaba enredado en la rama de un roble, lo que me indicó que ya habían estado pescando por la zona.Llegado a este punto, al Oitavén se le incorpora el río Xesta (que espero pescar en breve), que es un río que discurre por un gran bosque de robles en el que se organiza la fiesta de los prados, cuyo nombre le viene dado por una capilla situada en ese lugar. A orillas del río Xesta hay otra ruta de senderismo. La PRG 25.
Finalmente me encontré a este pescador de cebo natural delante de mí. Me acerqué para hablar con él y tras una breve charla decidí que fuese el quién continuase río arriba pues yo ya estaba satisfecho.
Cuando estaba cambiándome junto al coche, un anciano me comentó que por debajo de la catarata se aventura algún pescador lugareño y que se sacan ejemplares muy grandes.
Como tengo ganas de aventurarme por esa zona, esperaré a que el caudal baje un poco para intentarlo de nuevo.
Si señor jose, lo tuyo es la aventura, yo he ido alguna vez al oitaven, pero no me meto por esos sitios, tengo las piernas ya bastante jodidas, tambien he ido por el parada pero de eso hace ya bastante tiempo. Una preguntiña, como andan de truchas? se les ve movimiento?, venga un saludiño.
ResponderEliminarTienen bastante trucha pequeña, pero en los pozos se divisan grandes ejemplares. Lo peor es que hay que pescar fino y largo porque te localizan a las leguas ya que las aguas bajan muy claras. Cuando disminuya el caudal y aumente la vegetación en el cauce salen muchas más.
ResponderEliminarTenemos que quedar.
Hola Jose, esta muy bien conocer nuevos y reconditos lugares para pescar, pero hay una condicion especial que hay que cumplir, y esto te lo dice la voz de la experiencia como tu muy bien sabes, pues tienes un buen ejemplo en mi persona...y es no ir solo...si esto no se cumple...pospon la salida....sin mas.(hazme caso...Nino)
ResponderEliminarPreciosos lugares. Espectaculares.
ResponderEliminarÚltimamente estas saliendo bastante de pesca, ehhh?
Jose, hermoso lugar. Si bien acá tenemos lugares muy lindos nuestros ríos son mucho más caudalosos que los suyos.
ResponderEliminarMe resulta raro que pesques allí, es decir, yo acá jamás me detendría a pescar en uno de esos ríos con tan poca agua. Imagino que la pesca debe de ser con guantes de seda.
Saludos.
Tienes toda la razón Nino pero ocurre que ni Dios vive la pesca como lo hago yo y claro para tener un compañero de mis carácterísticas, tendría que irme contigo.
ResponderEliminarJorge, este año pienso sacarle jugo a la licencia.
Oldsmugler muchos de los ríos de suramérica reciben agua del deshielo de los andes, eso es algo que aquí no tenemos, si bien este es un año seco.
Galicia es conocida por la lluvia y estos ríos en inviertno meten miedo.
Gracias a todos.
Buenas Jose, NIno tiene toda la razon, yo cuando voy solo no me aventuro por sitios de esas caracteristicas, pero bueno todos lo hemos hecho alguna vez, sigue viviendo la pesca como lo haces y sigue proporcionandonos esas bellas imagenes, un saludiño, cuando quieras quedamos. mi correo es antonio-ruiz-@hotmail.com
ResponderEliminarSi viviera por allía rriba te ibas a enterar... Con técnicas de barranquismo y un acompañante te puedes meter en todos esos sitios con total seguridad y tranquilidad. Un arnés ligero y una pequeña cuerda y a disfrutar de esas gargantas... Si te pillas una cuerda de 8mm de cuarenta metros te puedes autoasegurar y evitarás cualquier riesgo
ResponderEliminarPor cierto el sitio es muy bello...saludos
Hola Jose, muy bonita la entrada y enhorabuena por la pesca.
ResponderEliminarSaludos
Nino tiene razón en que hay que tener cuidado,yo te animo a que sigas en tu línea, porque estos lugares son en los que verdaderamente uno se siente a gusto, pero siempre hay que andar con pies de plomo,y más en esta época del año.Un saludo y suerte.
ResponderEliminarAcabo de descubrir este blog ,de lo cual me alegro;pues he disfrutado del realto,las fotos y la aventura.Me recuerda mi juventud ,hace mucho.saludos.farioreo.
ResponderEliminarBueno fario reo, según Luis Guerrero, con un arnés y una cuerda a casi todos los sitios se puede bajar.
ResponderEliminarPues mi colega Nino ya no está para muchos trotes y con la ayuda de otros todavía llega a sitios difíciles.
Lo que sí tengo presente es que ningún pez vale la vida.
Gracias Farioreo.
Parece un sitio virgen y encantador, un relato estupendo con unas fotos preciosas. Saludos.
ResponderEliminarSi señor, un rio precioso Jose. Esperando con ansia que nos cuentes la salida de pesca por debajo de la cascada...
ResponderEliminarUnas imagenes fabulosas ademas hermosas solo para darte tu homenaje senderista, por lo que comentas en una de la fotos cuando te encuentras el aparejo en el roble...eso me pasa a mi a menudo y no m explico como llegan a lugares "inaccesibles" cuando veo restos de vinilos y demas aparejos, pero lo cierto es que llegan, por eso la pesca en la actualidad es tan dificil, o te mueves o eres pajarito frito.
ResponderEliminarsaludos
Espero que todo el mundo haya leido lo que escribio Jose;ningun pez vale la pena arriesgar la vida.Yo me he llevado un par de sustos que pudieron haber sido prevenibles,pero..para eso los años nos dan las lecciones.Uno fue por meterme donde no debia y el otro por andar por zonas peligrosas y sin cuidado.Tan solo el ir solo y meter un a pierna entre dos piedras ,resbalar y partirse la pierna ,tibia y perone a 1km del coche ,aun con la suerte d e [poder sacar la pierna del rio,etc es un accidente y problema muyy gordo.eso le paso a un joven el rio Argoza ,cantabria hace unos años.saludos.
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