La noche anterior había quedado con mi hermano para llevar a cabo una jornada de pesca matinal por la costa sur gallega.
Mientras nos cambiábamos, apareció Julio (que ya estaba pescando en una zona más al norte).
Cuando ya estábamos preparados, bajamos hasta las rocas y comenzamos a pescar.El mar estaba bastante movido, por lo que había que andarse con cuidado. Los primeros lances no obtuvieron respuesta así que comenzamos a movernos por la costa en dirección sur.El sol estaba a punto de aparecer tras las montañas y la marea pronto comenzaría a subir.
Mi hermano probaba suerte con un minnow y Julio hacía lo mismo.No estaba el mar para paseantes ni señuelos ligeros, sino para chivos o cucharas ondulantes.
Pero los minnows que últimamente nos están dando tantas alegrías requieren de menor esfuerzo a la hora de ser lanzados.
Julio sacó la primera pieza de la jornada. Una lubina que sucumbió ante el pez artificial, movido en una zona más calmada.Poco después mi hermano cobraba una aguja, que últimamente están presentes en nuestras salidas de pesca marinas.
Son peces tremendamente luchadores y en especial si tienen un tamaño considerable.
A continuación yo perdí una aguja, por un problema con la linea trenzada.Después de la "presión" a la que me vi sometido tras ambas capturas y la pérdida de la aguja, yo respondí con una bonita lubina.
A pesar de pasar holgadamente la medida, la liberé para intentar sacar una mayor.Con la marea comenzando a subir, el mar se puso más bravo. Ahora había que andar con mucho ojo, pues las olas barrían las rocas a las que pretendíamos acceder.
En una de las recuperaciones, observé como dos enormes olas se formaban. Apuré la recogida y me preparé para recibir la primera, de frente. Con el señuelo a salvo, la segunda me golpearía con violencia, así que en tres saltos me puse a salvo sobre una roca más alta.
La ola se deshizo y nos sobrepasó sin consecuencias para nosotros.Después Julio tuvo que apresurarse ante la repentina llegada de otras dos olas de buenas dimensiones.
Esperamos un rato a que se calmase el mar y proseguimos prospectando el lugar.A continuación saqué esta otra lubina, que a pesar de ser de menor talla que la anterior, me dio más guerra.
Sólo con la ayuda de Julio pude ponerla en seco, pues la linea había quedado prendida entre una piña de percebes.Con el mar casi impracticable, comenzamos la retirada.
Mi hermano y Julio se pusieron a charlar, por lo que decidí insistir en una zona que podía dar alguna pieza más.
En un momento miré como una lubina seguía mi señuelo, pero sin atacarlo.Después de un buen rato lanzando, miré como una lubineta seguía mi señuelo, el cual llevaba enganchado un trozo de un alga.
Rápidamente se lo saqué y lancé donde había perdido de vista al pez.
Dos vueltas de manivela y el pez picó al señuelo.
Como el calor comenzaba a intensificarse, decidimos dar por concluida la jornada.
Cuando ya estábamos preparados, bajamos hasta las rocas y comenzamos a pescar.El mar estaba bastante movido, por lo que había que andarse con cuidado. Los primeros lances no obtuvieron respuesta así que comenzamos a movernos por la costa en dirección sur.El sol estaba a punto de aparecer tras las montañas y la marea pronto comenzaría a subir.
Mi hermano probaba suerte con un minnow y Julio hacía lo mismo.No estaba el mar para paseantes ni señuelos ligeros, sino para chivos o cucharas ondulantes.
Pero los minnows que últimamente nos están dando tantas alegrías requieren de menor esfuerzo a la hora de ser lanzados.
Julio sacó la primera pieza de la jornada. Una lubina que sucumbió ante el pez artificial, movido en una zona más calmada.Poco después mi hermano cobraba una aguja, que últimamente están presentes en nuestras salidas de pesca marinas.
Son peces tremendamente luchadores y en especial si tienen un tamaño considerable.
A continuación yo perdí una aguja, por un problema con la linea trenzada.Después de la "presión" a la que me vi sometido tras ambas capturas y la pérdida de la aguja, yo respondí con una bonita lubina.
A pesar de pasar holgadamente la medida, la liberé para intentar sacar una mayor.Con la marea comenzando a subir, el mar se puso más bravo. Ahora había que andar con mucho ojo, pues las olas barrían las rocas a las que pretendíamos acceder.
En una de las recuperaciones, observé como dos enormes olas se formaban. Apuré la recogida y me preparé para recibir la primera, de frente. Con el señuelo a salvo, la segunda me golpearía con violencia, así que en tres saltos me puse a salvo sobre una roca más alta.
La ola se deshizo y nos sobrepasó sin consecuencias para nosotros.Después Julio tuvo que apresurarse ante la repentina llegada de otras dos olas de buenas dimensiones.
Esperamos un rato a que se calmase el mar y proseguimos prospectando el lugar.A continuación saqué esta otra lubina, que a pesar de ser de menor talla que la anterior, me dio más guerra.
Sólo con la ayuda de Julio pude ponerla en seco, pues la linea había quedado prendida entre una piña de percebes.Con el mar casi impracticable, comenzamos la retirada.
Mi hermano y Julio se pusieron a charlar, por lo que decidí insistir en una zona que podía dar alguna pieza más.
En un momento miré como una lubina seguía mi señuelo, pero sin atacarlo.Después de un buen rato lanzando, miré como una lubineta seguía mi señuelo, el cual llevaba enganchado un trozo de un alga.
Rápidamente se lo saqué y lancé donde había perdido de vista al pez.
Dos vueltas de manivela y el pez picó al señuelo.
Como el calor comenzaba a intensificarse, decidimos dar por concluida la jornada.
Muy buenas Jose enhorabuena por las capturas, sigues con la suerte en tu lado por lo menos por llegar a casa de una pieza a juzgar por el oleaje que había.
ResponderEliminarSigue así y que nosotros lo veamos, un saludo.
hola,buena jornada d pesca,sigue asi enhorabuena.Saludos,
ResponderEliminarHno. de los anzuelos, Jose:
ResponderEliminarBuena aventura y feliz pesca.
¡Felicitaciones a tu hermano, Julio y a Ti por los logros.
Desde la Provincia de corrientes, Argentina,...
Un abrazo gigante y,...
Un afectuoso sapukay.-
Buena jornada Jose, enhorabuena. Enseguida estaré por tu zona unos días, a ver si consigo engañar a alguna...
ResponderEliminarSaludos.
Esa es la mayor suerte que uno puede tener en esta afición, Chagua: "Llegar a casa entero".
ResponderEliminarLo cierto es que a veces se suele arriesgar en las mejores zonas, pero es algo totalmente desaconsejable.
Gracias anónimo.
Hola Leo.
Muchas gracias por las felicitaciones.
Eso espero Efrén, porque "haberlas haylas", el caso es dar con ellas.
Saludos a todos.
enorabuena, menuda jornada...
ResponderEliminarBuenas Jose:
ResponderEliminarA partir de ahora voy a tener que leer tu blog con el estómago lleno,ya que llegar del trabajo y ver y leer percebes me hace la boca agua como a Homer "Perceeeebeeessss"ja,ja,ja
Increibles las olas y la foto retirándose el pescador de la orilla.Eso si que es un mar y no el que veo desde la terraza.
Pd Saludos desde Málaga
Holiss amigo!! que bueno y que lindo es poder salir tan seguido a pescar.Yo solo salgo ultimamente cuando leo tu blog jajaja!!
ResponderEliminarOtra cosa; como me gustaria estar en España y pescar con mi hermano Diego.
Jose como siempre las fotos HER-MO-SAS.
Enhorabuena por las capturas.
Te mando un beso
Fer.