Al día siguiente de la jornada con mis compañeros, volví al lugar con la esperanza de repetir alguna captura.
La temperatura era de un grado positivo y las manos acusaban este hecho, así que me puse los guantes para mitigar la sensación de congelación en los dedos.Puse rumbo a unas rocas altas y realicé el primer lance. A pesar de la falta de costumbre con los guantes, noté como un pez atacaba el señuelo.
¡¡Era un robalo!!Me había pillado por sorpresa, pues no contaba con capturar algo al primer lance. Traté de frenarlo pero el animal tenía una buena zona en la que luchar. En apenas medio minuto logró hacerse fuerte tras una sierra de rocas y el bajo de fluorocarbono se cortó.
Me fastidió más que se llevara el señuelo clavado que haber perdido la captura.En poco tiempo observé como los barcos y lanchas de los profesionales comenzaron a hacer acto de presencia.
Acompañados por las omnipresentes gaviotas, los marineros se afanaban en extraer el fruto del mar con las artes de pesca más diversas.
Proseguí un buen rato sin observar actividad.
Cuando ya había decidido abandonar el lugar, tuve una caída sobre las rocas. Un codo y las vértebras cervicales doloridas fueron las consecuencias de este traspiés.
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Unos días después me acerqué con mi hermano hasta la costa, pero no hubo manera de localizar un lugar en el que pescar debido al impresionante mar de fondo.
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Y ayer volví por la zona sabiendo con lo que me encontraría ...
Un mar de fondo descomunal, que no dejaba arrimarse ni para hacer el más tímido de los lances.Ante este panorama, busqué una zona en la que poder hacer unos lances, pues las ganas de pescar me habían llevado hasta allí.
Encontré una ensenada en la que pescar era viable, pero como disponía de un espacio muy limitado, decidí hacer una búsqueda más exhaustiva a lo largo de la costa.
Esta ensenada quedaría como último recurso.Hacia el sur, la cosa estaba muchísimo peor. Desde el coche podía observar como las olas se fragmentaban al golpear contra las rocas.
Creo que ni siquiera el indómito chivo podría pescar en estas condiciones.
La sucesión de enormes olas era incesante y la visión de estas colosales masas acuosas era sobrecogedora.Y esta es una nimia muestra de lo que aquí ocurre con los temporales de invierno, en los que a veces es necesario cortar el tráfico por la costa.El estruendo de las olas junto con el fuerte viento se hace molesto por momentos y sólo se consigue mitigar una vez dentro del coche.No hay imagen capaz de transmitir todo lo que aquí ocurre en un día como este.
A lo lejos se divisa el faro que habrá contemplado batallas épicas entre el océano y la abrupta costa.A medida que voy recorriendo la costa, me doy cuenta de que la tarea de realizar algún lance es prácticamente nula.
Busco zonas algo abrigadas del viento y en las que el mar de fondo no sea un inconveniente.La incesante serie de olas golpeando la linea de costa genera una espuma sucia. Todo lo que es ajeno al mar, este lo arroja fuera de su seno.Aún más al sur, llego a una zona en la que las olas son todo un espectáculo. Me siento sobre una roca y contemplo desde la seguridad de la distancia, como estas impactan sobre las rocas plagadas de percebes y mejillones.El barrido de las olas en las zonas más someras, genera un bello manto espumoso que no llega a disiparse.Aguardo paciente a que la ola estalle y muestre una fugaz estampa.En la distancia se generan unas olas de muy buen porte. Se acerca el momento que estaba esperando.¡¡ Al fin !!
Esta es la instantánea que esperaba obtener en este lugar.
Bastaron unos minutos para divisar por el objetivo de la cámara a esta monstruosa masa de agua pulverizada, engullendo a la inerte roca.Reanudo la marcha y no encuentro un lugar en el que el panorama no sea distinto.Todavía quedan unas horas para la pleamar y parece que la cosa se complica.
Decido dar la vuelta y volver al punto de partida.Desde el faro la visión es muy distinta. A pesar de que el oleaje parece pequeño, basta compararlo con el tamaño de los coches que circulan por la carretera.
No hay rocas en el agua que no sufran el asedio de las impresionantes olas. Estas desaparecen efímeramente para volver a la carga una y otra vez.La velocidad con la que se aproximan es francamente increíble. Ni una sola alma se atreve a vagar en las proximidades de la rompiente.
Me encuentro con alguna gente que disfruta con el espectáculo desde la primera fila, pero sin descuidar la seguridad.Volví a la ensenada que había visitado al inicio para realizar algunos lances, pero ahora está ocupada por un pescador.
En vista de que la jornada no va a comenzar, decido sacar algunas fotografías más.La hierba y los arbustos se agitan nerviosos bajo el vendaval. El viento comienza a soplar con más fuerza y conservar el equilibrio se torna más difícil.Un último vistazo antes de subirme al coche para emprender el camino de vuelta.
Ha sido una jornada atípica, pero la he disfrutado de todas formas.
Solo espero que a la tercera vaya la vencida y pueda volver a pescar en esta magnífica costa.
La verdad que a mi me paso lo mismo intentar pescar, pero al final mirar, impresionante mar que empezó de nada y despues había que verlo. Para el lunes martes se esperan olas de 9 metros teniendo en cuenta que el último fue de 11 metros, lo que nos espera. Recuperaye de ese leñazo y bonita instantanea.
ResponderEliminarUn saludo
Madre mía, no te metas ahí que tiene muy mala pinta, menos mal que solo has hecho fotos.
ResponderEliminarUn saludo.
Enhorabuena Jose, tanto como si pescas como si no siempre consigues hacer un reportaje interesante y con unas buenas fotos. A seguir asi! Saludos
ResponderEliminarEnhorabuena Jose, tanto si pescas como si no siempre consigues marcarte un relato interesante y con muy buenas fotos. A seguir asi!
ResponderEliminarMala suerte, pero hay que estar atento siempre, y reponte de la caida. Las fotos son brutales.
ResponderEliminarSaludiños
Ya estoy repuesto Miguel, pero las previsiones no son nada alentadoras. Menos mal que comienza la temporada de río para intercalar jornadas.
ResponderEliminarLa intención era pescar Carlos, pero la única zona que me valía fue ocupada por un pescador y ante todo hay que ser respetuoso con el prójimo.
Muchas gracias Labanqueiro. Se intentará.
Pescar en esas situaciones no es nada recomendable Walter. Y menos si no se está al 100%.
Es mejor ser paciente y esperar jornadas mejores.
Saludos a todos.
Bueno Jose felicidades por las fotos que son muy wapas, y cuidadin con esas caidas aun mas cuando se va solo, pues eso a reponerse y esperar tiempos mejores.
ResponderEliminarSaludos.
Señor Jose! Buena toma de la ola, me gusta... cuidadín con el mar, que ya sabes que es muy traicionero....
ResponderEliminarUn saludo desde los dublines!
La verdad que estos días el mar estaba bastante bravo pero aun asi excelente crónica un saludo Victor
ResponderEliminarNo te preocupes Fito, que lo de la caída fue algo fortuito. Creo que es mi segunda caída en muchísimas jornadas de pesca y caminando como una cabra por las rocas.
ResponderEliminarAlex, el mar no es traicionero. Somos nosotros muy confiados o despistados.
Pues sí Víctor. Y hoy más de lo mismo.
Saludos
Impresionante, la verdad es que esa zona de cabo Silleiro es especialmente bonita y, a veces, no te das cuenta de la magnitud de la mar hasta que bajas a la orilla
ResponderEliminarun saludo
Pues estos últimos días no dejó ni bajar a la orilla José Mª.
ResponderEliminarCoincido contigo en que esta costa es muy bella.
Saludos
TEX RAZON A MAR ESTA EN MOY MAL ESTADO ULTIMA MENTE UN SAUDO
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