lunes, 7 de marzo de 2011

Con mucho esfuerzo

El sábado por la tarde había planeado ir de pesca con mi hermano en busca de sargos, pero por la mañana hice un esfuerzo desmedido que me costó un serio dolor de espalda, lo que provocó la imposibilidad de acompañarlo. Ya os contaré cómo le fue.
Por la noche casi no pude dormir y el dolor apenas se había disipado, pero quise asistir con Marcos y Diego a una jornada de spinning a pie del mar.

Una anécdota para comenzar la mañana.
Llegué al peaje de la autopista y como no venía nadie detrás de mí, pues me permití buscar en la cartera el dinero del importe, con más calma. Pulsé el botón del elevalunas para bajar la ventanilla y noté que algo fallaba. Por norma general aún no se ha bajado la ventanilla y ya me están atendiendo. Giro la cabeza y observo como el trabajador (con evidentes signos de sueño) está sentado en su silla, con los ojos cerrados, la televisión encendida y cuya cabeza bajaba y subía instintivamente. Unos segundos después me decidí por golpear el cristal de la ventana con los nudillos. El hombre sobresaltado me atendió con normalidad y pulsó el botón para elevar la barrera. Es curioso que en un segundo se me ocurrió que podía abrir la ventana y pulsar el botón para subir la barrera o darle un susto de muerte, pero no opté por ninguna de las dos opciones. Me alejé esbozando una sonrisa seguida de unas carcajadas y ahí se quedó la cosa.Llegamos aún de noche al lugar elegido y me enfundé el vadeador con algunos problemas. El dolor de la espalda aparecía principalmente al respirar hondo.
Comenzamos en una zona de canales entre rocas tapizadas de abundante mejillón. Marcos tuvo problemas técnicos y acudí para ayudarle a solventarlos. A continuación ya lanzábamos nuestros artificiales en busca de la primera lubina de la mañana.En nuestro deambular por las rocas, advertí que había más estrellas de mar de lo normal o que por lo menos estaban más a la vista de lo normal.
Diego tuvo una persecución por parte de dos agujas, pero ninguna llegó a prenderse del anzuelo.El sol comenzaba a dar síntomas de querer inaugurar el nuevo día y como escuderas envió a unas algodonosas nubes.
Las aguas no estaban tomadas, por lo que me preocupaba el aumento de la luminosidad. Si bien, en esto de la pesca no hay nada matemático.Marcos me advirtió que Diego había capturado una lubina, pero la distancia era mucha y no estaba yo para muchas carreras en esta ocasión, por lo que no acudí a filmar la suelta.
Por fin había salido la primera del día y aún quedaba mucho tiempo por delante.La previsión del mar era de bastante calma, pero a media mañana comenzó a mostrar una actividad más intensa.
Probamos fortuna en los canales que había entre las rocas, pero en esta ocasión no fueron fructíferos.Para los amantes de la buena mesa, estaríamos cometiendo un sacrilegio, cuando a menudo pescamos sobre rocas tapizadas de colonias de percebes.
Pero claro, nosotros buscamos a la reina de esta costa, que no es otra que la lubina.
Y desde una gran roca Marcos capturó la segunda lubina de la jornada. La operación de desanzuelado no era nada fácil, pues había que estar con un ojo puesto en el mar, ya que si una ola nos alcanzaba allí, las consecuencias podían ser fatales.
Una vez liberada proseguimos con la pesca.El mar ya se había desbocado por momentos y teníamos que extremar las precauciones. La mañana había discurrido sin incidentes y queríamos que continuase así.
La zona en la que nos encontrábamos era profunda y aquí pudimos utilizar unos jigs, montados con sus respectivos vinilos.Opté por probar con un pequeño grub, pues los peces de roca suelen atacarlos y podía sonar la flauta. En una de las recuperaciones noté algo de peso, pero sin movimiento alguno. Era algo raro, era ... ¡¡¡Una estrella de mar!!! ¡¡¡Comiendo un mejillón!!!
La pesca no deja de sorprenderme y después de liberarla, no tenía claro cómo se le llamaría a esta acción, porque escamas no tiene. ¿¿¿¿Tocar equinodermo???? Tal vez.Volvimos sobre nuestros pasos y observamos a un pescasub. Anteriormente habíamos visto a otro en la distancia, pero ahora no era plan de ponerse a pescar donde él lo estaba haciendo, por lo que decidimos cambiar de escenario.
Hicimos una breve parada para tomar un café y a continuación proseguir con la pesca.Nos fuimos a las proximidades de una antigua cetárea. Las aguas estancadas de su interior son ideales para comprobar la natación de nuestros señuelos. Por sus muros accedimos hasta la costa para afrontar el tramo final de la jornada.Me volví a encontrar con estas extrañas formaciones de arena a modo de tubo y que presumiblemente estarán habitadas por algún tipo de invertebrado.
Tras unos minutos en la zona, Diego y Marcos concluyeron su jornada. Yo lo intentaría un poco más en varios puntos, pero no tuve fortuna.
La espalda me había permitido acompañar a mis compañeros y en vista de ello, por la tarde me iría con mi hermano en busca de algún sargo.
Pero esto os lo contaré próximamente.



6 comentarios:

  1. Ya no estas para esfuerzos, vas viejo y debes cuidarte jejeje...
    Dedicate a los logos y deja a los jovenes como yo. Cuidate mucho estamos en contacto.

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  2. Buen detalle de un pescador por esa devolución de la pequeña lubina a su medio. Bebemos aprender y tener por costumbre en estos detalles y aseguraremos futuras capturas de mayor tamaño.

    Un saludo para la pandilla

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  3. Si es que estas loco Jose, acabas con la salud, eres un todoterreno macho, no paras! jaja
    Bueno espero que te recuperes y pronto vuelvas a dar brincos por las rocas detras de las lubis!
    un saludo!

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  4. Hola Jose;
    Has tenido la oportunidad de grabar un buen susto y ponerlo para deleite de todos nosotros, jeje.

    De las lubinas pues más de lo mismo, salvo capturas ocasionales por el norte tampoco sale gran cosa, y las que salen no dan la talla.

    Lo mas cerca que estamos de coger algo de porte es capturar algún pescasub con la técnica del enganche.

    Un saludo.

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  5. Walter, desconozco el significado de la palabra viejo, en cuanto a mi persona se refiere. No soy el de antaño, pero me sigo defendiendo.
    Miguel, si uno no siembra, tampoco recogerá y por eso somos conscientes de la importancia de la pesca responsable.
    Mientras el cuerpo aguante Pablo, practicaré pescas dinámicas y el día que no pueda, pues lo haré desde una silla o en el sofá con un videojuego de pesca, jejeje
    No me gustan nada los sustos pescadicto, pero aún teniendo precaución, suele aparecer alguno.
    Es una pena que no haya arrimado el pescado grande después de estos temporales.
    Saludos.

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  6. Hola,bonita jornada d pesca,y nunca vi una extrella d mar con un mejillon encima q fuerte.Saludos.

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