sábado, 25 de junio de 2011

Pescando en la jungla

Me levanto temprano para ir a pescar a un río en el que no ponía los pies desde hacía tres años. El motivo principal era que la última vez que había ido, las orillas estaban impracticables.
Comencé pescando en la zona intermareal, donde mújoles, truchas y algún reo comparten hábitat.
Con las primeras luces capturé esta trucha que se defendió como sólo las truchas de estas zonas suelen hacer: con una bravura descomunal.El río se presentaba bajo y cuando una trucha emprendía la persecución tras el señuelo, el cuerpo de esta generaba una perturbación que delataba la talla y la posición del pez.
Era algo así como cuando la aleta dorsal de un tiburón asoma por encima de la superficie del agua, pero en este caso el pez era mucho menos temible jejejeDisfruté de lo lindo con estas estelas generadas por los cuerpos de las truchas, pues hay que tener la sangre fría para no adelantarse a los acontecimientos.
Supongo que muchos pescadores de truchas han visto como una trucha se dirigía hacia su señuelo y en el momento de clavar, se precipitan y le quitan literalmente el engaño de la boca.
Y de esta manera fui sacando truchas a buen ritmo.Por encima de una pequeña cascada engañé a otra trucha, que respondió al ofrecimiento de una pequeña cucharilla negra.
A estas alturas de temporada me gusta hacer uso de colores naturales, donde destacan el negro, el dorado y el cobreado. También uso alguna cucharilla zincada, ya que la plateada me resulta demasiado brillante (salvo que se le oscurezca la pala con la llama de un mechero o cerilla).Cuando el río se me presentó de esta manera, pensé: -Ahora ya sé porque hacía tiempo que no venía por aquí.
En estos casos sólo me preocupa la integridad del vadeador, por lo que busqué un palo y comencé a abrirme paso entre la maleza.
Avanzando con el agua muy cerca del pecho, logré llegar a una zona en la que pude dejar las tareas de limpieza.
El reto ahora era mucho mayor. Una enorme rama de sauce se había caído en el cauce y las zarzas habían colonizado los intersticios de esta. Tocaba salir del río y buscar algún lugar por el que avanzar.La zona por la que me movía era similar a una ciénaga y la vegetación eran tan espesa que sólo podía intuír donde pisaba.
Busqué con ahínco una salida, pero finalmente tuve que abrirme paso hasta una carretera, para así poder pasar al otro lado.
La señal de 50 de la fotografía me indicaba la proximidad de la vía, pero tuve que aplastar algunas zarzas para acceder al firme de la calzada.Atravesé la carretera y esto fue lo que me encontré del otro lado.
En cualquier momento podía aparecer Tarzán con Chita. Y lo cierto es que no me sorprendería jejeje.
Tras un rato de angustia buscando nuevamente el cauce, logré visualizar por fin el río.
Después de acceder a este, tras un breve respiro, retomé de nuevo la pesca.Las orillas seguían pareciendo una selva, pero mientras el río fuera vadeable, yo no tenía nada de qué preocuparme.
Tuve que volver a salir del cauce y reencontrame con la maleza acechando por todas direcciones, pero junto a unos pequeños olmos, pude regresar al río.
Bajé con cautela pues estaba en una zona en la que antaño había capturado reos y en la que se solían divisar buenos ejemplares.
La casualidad quiso que en uno de los lances, un ejemplar de este salmónido migrador persiguiera mi señuelo, pero con la mala fortuna de quedarme sin espacio para prolongar la recogida. El reo se giró y permaneció estático a unos metros delante de mí.
Cuando reanudé la marcha, el pez huyó como una exhalación.Unos metros más arriba, otra trucha sucumbió a la cucharilla presentada bajo unas zarzas.
Con tanta maleza en las orillas, existían múltiples lugares en los que se podían encontrar las truchas, y sólo haciendo un barrido minucioso, podía hacerme con alguna pintona.Otras se encontraban cobijadas bajo las rocas de los márgenes. Digamos que la experiencia te dicta los lugares más propicios en los que ofrecer el engaño.Esta trucha salió de su escondite, bajo la rama de un laurel, para tomar el engaño. El ataque fue fulminante y la sombra de los árboles me permitieron ver la escena con todo lujo de detalle.Alternado el vadeo y la caminata, fui capturando truchas a lo largo del río, hasta llegar a un nuevo punto caliente.
La salida de un arroyo aportaba agua fresca y oxigenada a las aguas paradas de este tramo. Aquí también tenía engañado a algún reo en otras ocasiones, por lo que procedí con suma cautela.
Lancé justo por encima de la salida del arroyo y entonces se produjo la picada.
Por la potencia del ejemplar, supuse que se trataría de un reo, pero una vez en la mano me di cuenta de que me equivocaba. Se trataba de una trucha de complexión robusta y muy clara, que tras ser observada y fotografiada, volvió al agua.Las zarzas y ortigas fueron dando paso a los grandes helechos, en las orillas del río.
Esto se agradecía a la hora de salir del cauce, pero ahora la luz del sol se asomaba hasta la superficie del agua, provocando molestos brillos. Y por desgracia no me había traído las gafas polarizadas ...Traté de darle la espalda al astro rey, buscando la orientación óptima, para así poder divisar las evoluciones del señuelo.
Y así se siguieron sucediendo las capturas. Pero la tranquilidad ya duraba demasiado y el río volvía a estar oculto tras un entramado vegetal de distintas especies.
Con algunos rasguños en los brazos, logré abrirme paso y alcanzar zonas más despejadas.Llegué a un pequeño pozo en el que vertía sus aguas un pequeño arroyo.
En apenas un metro de recorrido engañé a esta trucha. En el siguiente lance picó otra, pero una cabriola le proporcionó la ventaja suficiente para soltarse. Y colocándome a la izquierda lancé hacia el arroyo, sin embargo no hubo respuesta.
Al avanzar pude comprobar que una trucha salía justo del lugar en el que había efectuado el lance. Entonces pensé: -Esa sabía latín jejeje.Ya me aproximaba a la zona en la que finalizaría la jornada y aquí el río era más transitable.
Observé varios alisos secos a lo largo del cauce. Estas betuláceas, cuyas raíces sirven de cobijo a los múltiples moradores del río, dejan huérfanas de sombra a las orillas que durante años gozaron de su favor.En los últimos metros de la jornada, me enfrenté a un fantasma del pasado, pues aquí perdí un reo de gran porte. Mi juventud me aconsejó sacarlo lo más rápido posible, pero si algún día se repite la escena, la experiencia será mi consejera y la sacadera mi aliada.Volví sobre mis pasos hasta el punto de partida.
Con la claridad del día pude observar a los mújoles comiendo plácidamente en el fondo del río. Estos peces suelen dar bastantes sustos cuando la luz es tenue, ya que el roce de la línea con sus cuerpos suele propiciar su huida en estampida.

Al final la jornada se hizo dura, pero muy satisfactoria en cuanto a capturas. Y yo me quedo con la segunda parte.

20 comentarios:

  1. Sería dura por la maleza del cauce, pero de lo más entretenida también... buenas truchas y en cantidad, que más se puede pedir...
    Saludos.

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  2. Muy bonita jornada Jose.

    Yo solía frecuentar ese tipo de arroyos y canales y me divertia de lo lindo con las Meeps del #00 y del #0 asi como con las Vibrax del #0, ahora no tengo tanto tiempo....

    Nueve capturas de comunes a lance ultra ligero tal y como están las cosas es para estar muy contento.

    Que sigas disfrutando de esas capturas y que la jungla siga como esta..... por si acaso.

    Saludos.

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  3. La verdad es que pediría al menos un reo jejeje, que este año son muy esquivos. Aunque ya queda poco para agosto y septiembre.
    Saludos

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  4. Al final fueron 22 las truchas capturadas, Lupia. He puesto las fotos de las 9 que me parecieron más buenas o singulares.
    Para mí las Mepps son de lo mejor, junto con las Edu y las Martin.
    Y espero que la jungla siga así, pues el río no será tan frecuentado.
    Saludos

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  5. Recuerdo cuando me contaste que ese río era bueno pero muy capotero, viendo la entrada no lo parece pero sabemos la razón. Por mi parte,antes de que lo dejen peor que se quede tal cual, que dure muchos años y que nosotros lo veamos, saludos.

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  6. Pues sí José Antonio. Que se quede así, que ya nos encargamos nosotros de hacer camino para pasar.
    Pero tarde o temprano, algún aventurero se meterá por esos lugares y dará cuenta de las truchas.
    Triste pero cierto.
    Saludos

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  7. muy buenas jose, enhorabuena por las capturas. los rasguños y arañazos merecen la pena por pescar estas truchillas de pinta oscura. ¿por allí son todas así?
    un saludo y a seguir así.

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  8. Pescar en eses rios es de lo mejor y es totalmente diferente a uno grande, la discreccion y el buen hacer son la clave para no espantar a las truchas, y ver como te persiguen la cucharilla hasta que pican es de lo mas emocionante. Hace que no le dedico ninguna jornada a estes pequeños ríos y la verdad es que con tus artículos me estan entrando ganas. Para mi la Mepps es la mejor sin duda alguna, pesca de todo.
    Saludos Jose

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  9. Lo raro es que no saliera ninguna piraña...eso parecía la jungla amazónica..jejejeje..
    Ha sido una jornada de muchas y bonitas capturas,así da gusto..
    S2

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  10. Pues sí que es una jungla..pero de las de verdad!! Me sorprende mucho ver cómo un pequeño arroyo tan encajonado alberga truchas de tan buen porte...qué maravilla!
    Ten cuidado en esos sitios si vas solo y deja siempre recado a alguien de dónde estuviste, por si acaso....

    Me ha encantado el relato: emocionante hasta el final.

    Saludos

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  11. Pues no chagua. Dependiendo de la zona, son de un color u otro. Ya no sólo por el fondo del río, sino por el tramo de este. Las truchas de los tramos altos son sin duda las más bonitas, pero cada una tiene su encanto a su manera.
    Saludos

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  12. Pues anímate Pablo, pues como bien dices es una gozada.
    Pero los reos se están reistiendo en estos inicios. A ver más adelante ...
    Saludos

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  13. Si hubiera pirañas sólo me preocuparía de no tener heridas en las manos, Fermintxo jejeje.
    Aunque siendo así, no creo que hubiera truchas.
    Saludos

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  14. Miguel, el río no es ni la sombre de lo que fue.
    Tan sólo divisé un par de reos, cuando lo normal era ver varios por cada postura.
    En fin, que vamos poco a poco hacia el abismo.
    Saludos

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  15. Esos ríos son una pasada, si el lances es certero la picada casi está asegurada, pero que duda cabe que es duro pescar ahí...yo aprendí a pescar en esos ríos!!

    Buena jornada, enhorabuena!!

    Saludos

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  16. AUPA JOSE

    Ya me gustaría verte con taparrabos,la caña entre los dientes y sorteando obstáculos jajaja.

    Que bien te lo pasas por la selva!!

    SALUDOS FIERA

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  17. Menuda troitada no regato! E por riba ten reos!! Dime onde está que vou acabar con todo!!! jajaja

    Agora en serio, noraboa por esa espléndida xornada de pesca. E non te obsesiones cos reos, que queda moooita tempada todavía...

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  18. Yo también aprendí en ríos así Carlos y ahora los demás no me presentan mucha dificultad.
    Saludos

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  19. Uyyyy Ander, Eso de verme con taparrabos, ... va a ser que no.
    Pero colgado de una hiedra, es más posible.
    Saludos

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  20. Labanqueiro, a poboación de reos vai disminuído pouco a pouco, aínda que hai anos moi bos.
    Espero poder seguir pescando nel, moitos anos.
    Saúdos

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